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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 11 de septiembre de 2006

OTROS ACTOS PONTIFICIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 9 SEP 2006 (VIS).-El Santo Padre:

-Aceptó la renuncia del obispo Joseph Faber Macdonald al gobierno pastoral de la diócesis de Saint John, New Brunswick (Canadá), en conformidad con el canon 401, párrafo 2 del C.I.C.

-Nombró a monseñor Johannes Harmannes Jozefus van den Hende, obispo coadjutor de Breda (superficie 3.368, población 1.103.150, católicos 476.169, sacerdotes 280, religiosos 1.353, diáconos permanentes 18) en los Países Bajos. El obispo electo nació en Groningen (Países Bajos) en 1964, fue ordenado sacerdote en 1991 y hasta ahora era vicario general de la diócesis de Groningen.
RE:NEC/.../MACDONALD:VAN DEN HENDE            VIS 20060911 (100)


MARIA Y JESUS UNIDOS POR EL SI A LA VOLUNTAD DE DIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 11 SEP 2006 (VIS).-Benedicto XVI se despidió esta mañana del arzobispado de Munich para desplazarse en helicóptero al santuario mariano de Altötting, el corazón religioso de Baviera, al que acuden más de un millón de peregrinos al año.

  Según la leyenda el obispo Rupertus von Salzburg bautizó en este lugar en el siglo VIII al primer duque bávaro de fe católica. En 1330 se colocó en el primitivo templo una imagen de la Virgen María con el Niño Jesús y en 1489 la iglesia fue escenario de dos apariciones de Nuestra Señora que le dieron la fama de la que todavía disfruta. El templo custodia además, en urnas de argento, los corazones de todos los reyes de Baviera.

  A su llegada a Altötting, el Santo Padre fue recibido entre otros, por Edmund Stoiber, ministro presidente de Baviera y por el obispo de Passau, monseñor Wilhelm Schraml. Tras detenerse unos breves minutos en el interior de la iglesia, Benedicto XVI presidió la Santa Misa celebrada en la explanada del templo.

   El Papa observo que en las lecturas de la Misa "encontramos tres veces, siempre de forma diversa, a María, la madre del Señor como una persona que reza". En los Hechos de los Apóstoles "María guía en la oración a la Iglesia naciente, es casi la Iglesia orante en persona. Y así, junto a la gran comunidad de santos y como centro suyo, está todavía ante Dios e intercede por nosotros, pidiéndole que envíe nuevamente su Espíritu a la Iglesia y al mundo".

  En el Evangelio, las bodas de Caná, "pide a su Hijo que ayude a los amigos que se encuentran en dificultad" pero se dirige a Ël, "no solamente como a un hombre, sobre cuya fantasía y disponibilidad a ayudar cuenta", sino que "confía una necesidad humana a su poder (...) que va más allá de la acción y la capacidad humanas". Sin embargo, "no dice a Jesús qué es lo que tiene que hacer; (...) no le pide en absoluto un milagro, (...) sencillamente le confía la situación y deja la decisión en sus manos".

  En María vemos, por una parte, explicó el Papa, "su atención afectuosa por los seres humanos, la prontitud materna con que advierte las situaciones difíciles, su bondad cordial y su disponibilidad a ayudar", pero también "la humildad y la generosidad de aceptar la voluntad de Dios, confiando que su respuesta será para nuestro bien".

  La respuesta de Jesús a María: "Mujer, ¿qué nos importa a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora", no presupone desatención, sino que anticipa "el lugar de María en la historia de la salvación" cuando en la Cruz, Jesús "hará de su madre la madre de todos sus discípulos. (...) María representa la mujer nueva y definitiva, compañera del Redentor y madre nuestra: el apelativo, aparentemente poco afectuoso, expresa en cambio la grandeza de su misión".

  Cristo y su madre están unidos, subrayó el Papa, por la aceptación de la voluntad de Dios que María hace patente durante la Anunciación. "En este doble sí, la obediencia del Hijo se hace cuerpo, María le da el cuerpo. Lo que tienen que ver uno con otra es este doble sí. (...) El Señor se refiere con su palabra a este punto de su unidad profunda".

  Por eso, "Jesús no actúa nunca solo para sí, ni para complacer a los demás. Actúa partiendo siempre de la voluntad del Padre". En el episodio de Caná "no juega con su poder en un asunto, en el fondo, personal. Da una señal, con la que anuncia su hora. (...) En la señal de la transformación del agua en vino, en la señal del regalo de fiesta, anticipa su hora ya desde este momento".

  "Su hora definitiva -concluyó el Papa- será el regreso al final de los tiempos, pero anticipa constantemente este momento en la Eucaristía, en la que llega siempre, ya ahora. (...) La adoración del Señor en la Eucaristía ha encontrado (...) en Altötting un lugar nuevo. María y Jesús están juntos".  

  Durante la misa se recordó en particular el 11 de septiembre de 2001: "Cinco años después del ataque terrorista al World Trade Center de Nueva York, rezamos por la paz en el mundo", se leyó en una de las plegarias.

  Concluida la celebración eucarística, Benedicto XVI inauguró dentro del santuario la nueva Capilla de la Adoración. Después se trasladó a pie al convento de Santa Magdalena, donde almorzó con su séquito.
PV-ALEMANIA/MISA/ALTOTTING                VIS 20060911 (700)


JESUS: TIENDA DE DIOS PLANTADA ENTRE NOSOTROS

CIUDAD DEL VATICANO, 10 SEP 2006 (VIS).-Benedicto XVI se desplazó esta tarde, en automóvil descapotable, del palacio arzobispal a la catedral de Nuestra Señora de Munich. El templo, edificado entre 1468 y 1488, fue casi completamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial, con excepción de un altar y de las dos torres gemelas. La reconstrucción comenzó en 1946 y la última restauración tuvo lugar entre 1989 y 1994.

  En la catedral, que custodia las reliquias del obispo Benno, santo patrón de Baviera que gobernó la diócesis de Meissen entre 1066 y 1106, recibió la ordenación episcopal monseñor Joseph Ratzinger (28 de mayo de 1977).

  Una vez llegado al templo, el Papa se detuvo en la capilla del Santísimo para bajar después a la cripta, donde rezó ante las tumbas de los arzobispos de München und Freising. Benedicto XVI presidió a continuación las vísperas. en las que participaron los niños y niñas de la Primera Comunión, y pronunció una homilía.

  Refiriéndose a la lectura de la ceremonia, un escrito del Apocalipsis, el Santo Padre explicó que el autor mira "hacia lo alto, al cielo y hacia adelante, al futuro", pero haciendo así "habla también de la tierra y del presente, de nuestra vida. Efectivamente, durante nuestra vida, todos estamos en camino (...) y queremos descubrir la senda justa. No queremos decir al final: (...) he tomado el camino equivocado, mi vida ha fracasado".

  El vidente del Apocalipsis habla, prosiguió el Papa, "de un mundo reconciliado (...) donde los seres humanos están reunidos en la alegría." Las personas que allí viven "viven con Dios (...) que ha plantado su tienda entre nosotros. (...) Dios no está lejos de nosotros, en algún lugar distante del universo. (...) En Jesús se ha convertido en uno de nosotros (...) Esta es su tienda".

  El encuentro con Dios, con "este amor divino y al mismo tiempo humano -explicó el Santo Padre-, es la ablución con que nos sumerge en el Bautismo", pero este acto es "solo un inicio. Caminando con Jesús, en la fe y en la vida, (...) su amor nos toca para purificarnos y hacernos luminosos".

  "La blanca vestidura, (...) el traje bautismal y el de la Primera Comunión (...) nos dice:  (...) mediante la convivencia con Jesús y con la comunidad de creyentes, la Iglesia, conviértete en una persona luminosa, una persona de verdad y bondad (...) en la que se transparenta el esplendor de (...) la bondad de Dios".

  En el texto apocalíptico, el Cordero, es decir Jesús, "guía la multitud de toda raza y nación a la fuente de agua viva, (...) símbolo por excelencia de la vida. (...) La fuente verdadera es el mismo Jesús, en el cual Dios se entrega a nosotros (....) sobre todo en la Sagrada Comunión. (...) Mediante la Eucaristía (...) se forma una comunidad que traspasa todas las fronteras y abraza todas las lenguas: la Iglesia universal, en la que Dios habla y vive con nosotros".

  Benedicto XVI se dirigió a continuación a los padres, a los profesores de religión y maestros y a los responsables de las parroquias. "Acompañad a vuestros hijos en el camino hacia la Comunión -dijo a los primeros-. Id con ellos a la iglesia para participar en la celebración eucarística de los domingos. No es tiempo perdido, (...) toda la semana es más hermosa si participáis juntos en la liturgia dominical. (...) Rezad juntos en casa. (...) La oración nos lleva no solamente hacia Dios sino también unos hacia otros".

  "Os pido que tengáis presente en la escuela la búsqueda de Dios -pidió el Papa a los maestros-. Sé que en nuestro mundo pluralista es difícil poner en marcha en la escuela el tema de la fe. (...) Estimulad a los alumnos (...) a preguntarse dónde venimos y a dónde vamos en nuestra vida".

  "Haced todo lo posible para hacer de la parroquia una patria interior para la gente -concluyó hablando a los responsables parroquiales-, (...) donde se experimente la familia de la Iglesia universal".
PV-ALEMANIA/VISPERAS/MUNICH                VIS 20060911 (670)


EL MUNDO TIENE NECESIDAD DE DIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 10 SEP 2006 (VIS).-El Santo Padre celebró misa esta mañana en la explanada de la "Neue Messe" de Munich, la Feria Nueva, a la que asistieron 250.000 personas.

  Comentando las tres lecturas bíblicas de la misa de hoy, el Papa afirmó que todas "hablan de Dios como el centro de la realidad y de nuestra vida personal".

  Benedicto XVI elogió a la Iglesia en Alemania "por sus actividades sociales, por su disponibilidad en ayudar donde sea necesario". En este contexto, contó que durante sus visitas "ad limina", los obispos, últimamente los africanos, agradecen la generosidad de los católicos alemanes.

  Sin embargo, continuó, "si sólo se transmiten conocimientos, habilidades, capacidad técnica e instrumentos, se transmite poco. Entonces entran en seguida en juego los mecanismos de la violencia, y la capacidad de destruir y de matar se convierte en la capacidad predominante para alcanzar el poder. (...) De esta forma, se aleja cada vez más de la reconciliación, del compromiso común por la justicia y el amor".

  El Papa señaló que "las poblaciones de Africa y de Asia admiran nuestras capacidades técnicas y nuestra ciencia, pero al mismo tiempo, se asustan frente a un tipo de razón que excluye totalmente a Dios de la visión del hombre, considerando ésta la forma más sublime de la razón, que hay que imponer también a sus culturas. La verdadera amenaza para su identidad no la ven en la fe cristiana, sino en el desprecio de Dios y en el cinismo que considera la falta de respeto por lo sagrado un derecho de la libertad y convierte la utilidad en criterio moral supremo para los futuros éxitos de la investigación".

  "¡Este cinismo -exclamó- no es el tipo de tolerancia y de apertura cultural que esperan los pueblos y que deseamos todos! La tolerancia de la que tenemos necesidad urgente comprende el temor de Dios, el respeto de lo que para otros es sagrado. (...) Este sentido de respeto sólo puede ser regenerado en el mundo occidental si crece de nuevo la fe en Dios, si Dios está presente de nuevo en nosotros. Esta fe no la imponemos a nadie. (...) La fe solo se puede desarrollar en la libertad. Sin embargo, pedimos a los seres humanos que, en el ejercicio de su libertad, se abran a Dios, que lo busquen y lo escuchen".

  Benedicto XVI subrayó que "el mundo tiene necesidad e Dios. Nosotros tenemos necesidad de Dios. ¿De qué Dios?". Del Dios, dijo, cuya "venganza" es la Cruz: el "No" a la violencia, "el amor hasta el final". No somos irrespetuosos con las otras religiones y culturas, con la profunda veneración por su fe, si confesamos con voz alta y sin medios términos a aquel Dios que opone su sufrimiento a la violencia; que frente al mal y a su poder eleva, como límite y superación, su misericordia. Dirigimos a El nuestra súplica -concluyó-, para que esté con nosotros y nos ayude a ser sus testigos creíbles".

  Después de la celebración eucarística y antes de rezar el Angelus, el Santo Padre se dirigió a María: "Ella es y sigue siendo la sierva del Señor, que nunca se pone en el centro, sino que quiere guiarnos hacia Dios, quiere enseñarnos un estilo de vida en el que Dios es reconocido como centro de la realidad y de nuestra misma vida personal".

  El Papa se trasladó a continuación al palacio arzobispal de Munich para almorzar con los miembros de su séquito y los cardenales invitados.
PV-ALEMANIA/MISA:ANGELUS/MUNICH            VIS 20060911 (590)


ORACION ANTE LA PATRONA DE BAVIERA

CIUDAD DEL VATICANO, 9 SEP 2006 (VIS).-A media tarde, el Papa se trasladó en automóvil a la "Marienplatz" (Plaza de María), en cuyo centro se halla la "Mariensäule" (Columna de la Virgen). En lo alto de la columna, que es de mármol, hay una estatua de bronce dorado de la Virgen María, patrona de Baviera, que fue erigida en 1638 por Maximilian I, en acción de gracias por el fin de la ocupación sueca de la ciudad durante la guerra de los Treinta años.

  Benedicto XVI recordó que hace casi 30 años, en 1977, comenzó su servicio como arzobispo de München con una oración a la Virgen en este lugar, y cinco años después, en 1982, se despidió de su diócesis tras recibir la llamada del Papa para ir a Roma, "dirigiendo una vez más una oración a la Patroma de Baviera, para confiar a su protección "mi" ciudad y mi patria. Hoy -dijo- me encuentro de nuevo aquí; esta vez como Sucesor de San Pedro".

  Tras recordar que al ser nombrado arzobispo de München und Freising, se convirtió en sucesor de San Corbiniano, fundador de la diócesis de Freising, el Papa recordó la leyenda según la cual un oso había despedazado el caballo del santo, que se dirigía a Roma. Corbiniano le reprochó por aquella fechoría y, en castigo, le cargó en sus lomos la carga que hasta ese momento había llevado el caballo.

  "San Corbiniano -dijo el Santo Padre- dejó libre al oso al llegar a Roma. En mi caso, el "Amo" ha decidido otra cosa. Me encuentro, por tanto, de nuevo a los pies de la "Mariensäule" para implorar la intercesión y la bendición de la Madre de     Dios, este vez no sólo para la ciudad de Munich y para Baviera, sino para la Iglesia universal y para todos los seres humanos de buena voluntad".

  Después del canto mariano popular Ave Maria zart (Ave dulce María), el Papa dirigió una plegaria a la Virgen: "Nuestros antepasados, en un período de tribulación, erigieron aquí, en el centro de la ciudad de Munich, tu imagen, para confiarte la ciudad y el país. Querían encontrarte siempre en sus caminos ordinarios y aprender de Ti cómo vivir de modo justo su existencia humana".

  "Ayúdanos -concluyó el Papa- a tener paciencia y a ser humildes, a ser libres y valientes, como lo fuiste Tú en el momento de la Cruz. (...) ¡Bendícenos y bendice esta ciudad y este país! ¡Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre! ¡Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén!".

  Benedicto XVI se trasladó a continuación a la "Residenz", uno de los palacios reales más grandes de Europa, en el que se encuentra la Cancillería. Allí realizó una visita de cortesía al presidente de la República Federal de Alemania, Horst Köhler y se reunió separadamente con la Cancillera federal, Angela Merkel y el ministro presidente de Baviera, Edmund Stoiber.

  A las 20,15, el Santo Padre se dirigió al palacio arzobispal de Munich para cenar y pasar la noche.
PV-ALEMANIA/ORACION VIRGEN/MUNICH            VIS 20060911 (500)


EL PAPA ENSALZA ADHESION DE BAVIERA A VALORES CRISTIANOS


CIUDAD DEL VATICANO, 9 SEP 2006 (VIS).-Benedicto XVI comenzó esta mañana su viaje apostólico a Munich, Altötting y Regensburg (Alemania) que concluirá el próximo jueves, 14 de septiembre.

  El Papa salió a las 13,45 del aeropuerto romano de Ciampino y llegó al aeropuerto Franz Joseph Strauss de Munich, capital de Baviera, a las 15.30. El Santo Padre fue recibido por el presidente de la República Federal de Alemana, Horst Köhler, la cancillera Angela Merkel y el ministro presidente de Baviera, Edmund Stoiber, además de por diversas autoridades eclesiásticas, civiles y militares.

  "Vuelvo a mi patria -dijo Benedicto XVI- entre mi gente, con el programa de visitar algunos lugares que han tenido una importancia fundamental en mi vida, (...) pero también como sucesor del apóstol Pedro para reafirmar y confirmar los lazos profundos entre la Sede de Roma y la Iglesia en nuestra Patria".

  "Son lazos que tienen una historia secular, alimentada por la firme adhesión a los valores de la fe cristiana, una adhesión de la que pueden enorgullecerse de forma particular las regiones bávaras", afirmó el Papa recordando después el gran patrimonio artístico y cultural de su tierra natal donde "se refleja la convicción cristiana de las generaciones que se han sucedido en esta tierra que  tanto amo".

  "Las relaciones de Baviera con la Santa Sede, prosiguió el Santo Padre -que fue arzobispo de Munich-Freising de 1977 a 1982-, aunque con algunos momentos de tensión, se han caracterizado siempre por una respetuosa cordialidad. En las horas decisivas de su historia, el pueblo bávaro ha confirmado siempre su devoción sincera a la Cátedra de Pedro y su firme apego a la fe católica".

  Si bien  "el contexto social actual sea en muchos aspectos diverso del pasado", observó el Papa, "todos estamos unidos en la esperanza de que las nuevas generaciones sean fieles a un patrimonio espiritual que ha resistido a través de todas las crisis de la historia. (...) Baviera forma parte de Alemania y perteneciendo a su historia, con todos sus altibajos, puede sentirse orgullosa de las tradiciones heredadas del pasado. Desearía que todos mis compatriotas en Baviera y en la entera Alemania sean parte activa en la transmisión de los valores de la fe cristiana a los ciudadanos del mañana".

  Benedicto XVI concluyó su discurso saludando a todos los habitantes del país, a los católicos y a "los seguidores de otras iglesias y comunidades eclesiales, en particular a los luteranos y ortodoxos", así como a los pertenecientes a otras religiones y citó la invocación del poeta y latinista alemán Jakob Balde (1604-1668) a la Virgen María, patrona de Baviera: "¡Conserva a tus bávaros, Virgen Patrona, los bienes, la autoridad política, el país, la religión!", para despedirse después de todos con el saludo tradicional  bávaro "Grüss Gott" (Id con Dios)".
PV-ALEMANIA/LLEGADA/MUNICH                VIS 20060911 (470)


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