CIUDAD DEL VATICANO, 24 FEB 2007 (VIS).-El Papa recibió esta mañana a los participantes en la XIII asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida y en el congreso internacional sobre el tema: "La conciencia cristiana como sustento del derecho a la vida", que se ha celebrado el 23 y 24 de febrero en el Vaticano.
El Santo Padre afirmó que el derecho a la vida "tiene que ser sostenido por todos, porque es el derecho fundamental con respecto a los otros derechos humanos". Como señala Juan Pablo II en la encíclica "Evangelium vitae", todos los seres humanos, "con la luz de la razón" pueden "llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término. (...) En el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política".
El cristiano, continuó, debe reaccionar frente a los continuos ataques contra el derecho a la vida y para ello cuenta "con motivaciones que tienen profundas raíces en la ley natural y que pueden ser compartidas por todas las personas de recta conciencia". A pesar de los esfuerzos para que los "contenidos de estas motivaciones" sean mejor conocidos en la comunidad cristiana y en la sociedad civil, han aumentado "los ataques al derecho a la vida en todo el mundo". En este sentido se refirió a "las presiones por la legalización del aborto en los países de América Latina y en los países en vías de desarrollo, donde se recurre también a la liberalización de las nuevas formas de aborto químico bajo el pretexto de la salud reproductiva y se incrementan las políticas de control demográfico".
Benedicto XVI subrayó que en los países más desarrollados, con la investigación biotecnológica y la "búsqueda obsesiva del "hijo perfecto", existe una "nueva ola de eugenismo discriminatorio que halla consensos en nombre del presunto bienestar de los individuos y en el mundo que progresa económicamente se promueven leyes para legalizar la eutanasia. Todo esto sucede mientras se multiplican las presiones para legalizar las convivencias alternativas al matrimonio y cerradas a la procreación natural".
Por este motivo, continuó el Papa, "es muy necesario" que la conciencia cristiana sea iluminada "para reconocer el verdadero valor de las acciones", de modo que "sepa distinguir el bien del mal, también donde el ambiente social, el pluralismo cultural y los intereses superpuestos no contribuyen a este fin".
"Hay que volver a educar en el deseo del conocimiento de la verdad auténtica, en la defensa de la propia libertad para elegir frente a los comportamientos de masa y a las lisonjas de la propaganda".
El Papa afirmó que hay que "abrir la mente y el corazón de las personas durante las distintas etapas de la vida para que acojan los deberes fundamentales en los que se apoya la existencia del individuo y de la comunidad. Solo así será posible encaminar a los jóvenes a que comprendan los valores de la vida, del amor, del matrimonio, de la familia" y a "apreciar la belleza y la santidad del amor, la alegría y la responsabilidad de ser padre y colaboradores de Dios en dar la vida". Cuando no existe una "formación continua y cualificada de la conciencia", añadió, se hace "más difícil el juicio sobre los problemas planteados por la biomedicina en materia de sexualidad, procreación, así como en el modo de tratar y curar a los pacientes y a los más débiles de la sociedad".
Benedicto XVI pidió a los científicos, médicos, juristas, políticos, que "con la enseñanza y con el ejemplo" contribuyesen a "despertar en muchos corazones la voz elocuente y clara de la conciencia".
"Cuando está en juego el valor de la vida humana -terminó-, la armonía entre la función magisterial y el compromiso de los laicos es especialmente importante: la vida es el primero de los bienes recibidos de Dios y es fundamento de todos los demás; garantizar el derecho a la vida a todos y de forma igual para todos es un deber de cuyo cumplimiento depende el futuro de la humanidad".
AC/DERECHO VIDA:CONCIENCIA/... VIS 20070226 (650)
El Santo Padre afirmó que el derecho a la vida "tiene que ser sostenido por todos, porque es el derecho fundamental con respecto a los otros derechos humanos". Como señala Juan Pablo II en la encíclica "Evangelium vitae", todos los seres humanos, "con la luz de la razón" pueden "llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término. (...) En el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política".
El cristiano, continuó, debe reaccionar frente a los continuos ataques contra el derecho a la vida y para ello cuenta "con motivaciones que tienen profundas raíces en la ley natural y que pueden ser compartidas por todas las personas de recta conciencia". A pesar de los esfuerzos para que los "contenidos de estas motivaciones" sean mejor conocidos en la comunidad cristiana y en la sociedad civil, han aumentado "los ataques al derecho a la vida en todo el mundo". En este sentido se refirió a "las presiones por la legalización del aborto en los países de América Latina y en los países en vías de desarrollo, donde se recurre también a la liberalización de las nuevas formas de aborto químico bajo el pretexto de la salud reproductiva y se incrementan las políticas de control demográfico".
Benedicto XVI subrayó que en los países más desarrollados, con la investigación biotecnológica y la "búsqueda obsesiva del "hijo perfecto", existe una "nueva ola de eugenismo discriminatorio que halla consensos en nombre del presunto bienestar de los individuos y en el mundo que progresa económicamente se promueven leyes para legalizar la eutanasia. Todo esto sucede mientras se multiplican las presiones para legalizar las convivencias alternativas al matrimonio y cerradas a la procreación natural".
Por este motivo, continuó el Papa, "es muy necesario" que la conciencia cristiana sea iluminada "para reconocer el verdadero valor de las acciones", de modo que "sepa distinguir el bien del mal, también donde el ambiente social, el pluralismo cultural y los intereses superpuestos no contribuyen a este fin".
"Hay que volver a educar en el deseo del conocimiento de la verdad auténtica, en la defensa de la propia libertad para elegir frente a los comportamientos de masa y a las lisonjas de la propaganda".
El Papa afirmó que hay que "abrir la mente y el corazón de las personas durante las distintas etapas de la vida para que acojan los deberes fundamentales en los que se apoya la existencia del individuo y de la comunidad. Solo así será posible encaminar a los jóvenes a que comprendan los valores de la vida, del amor, del matrimonio, de la familia" y a "apreciar la belleza y la santidad del amor, la alegría y la responsabilidad de ser padre y colaboradores de Dios en dar la vida". Cuando no existe una "formación continua y cualificada de la conciencia", añadió, se hace "más difícil el juicio sobre los problemas planteados por la biomedicina en materia de sexualidad, procreación, así como en el modo de tratar y curar a los pacientes y a los más débiles de la sociedad".
Benedicto XVI pidió a los científicos, médicos, juristas, políticos, que "con la enseñanza y con el ejemplo" contribuyesen a "despertar en muchos corazones la voz elocuente y clara de la conciencia".
"Cuando está en juego el valor de la vida humana -terminó-, la armonía entre la función magisterial y el compromiso de los laicos es especialmente importante: la vida es el primero de los bienes recibidos de Dios y es fundamento de todos los demás; garantizar el derecho a la vida a todos y de forma igual para todos es un deber de cuyo cumplimiento depende el futuro de la humanidad".
AC/DERECHO VIDA:CONCIENCIA/... VIS 20070226 (650)
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario