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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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miércoles, 11 de abril de 2007

PASCUA: DIOS QUE CARGA CON NUESTRAS HERIDAS ES DIGNO DE FE

CIUDAD DEL VATICANO, 8 ABR 2007 (VIS).- Benedicto XVI  celebró a las 10,30 la Misa del Domingo de Resurrección del Señor en la Plaza de San Pedro. Como es tradicional la plaza estaba decorada con plantas y flores procedentes de Holanda. A mediodía, el Papa se asomó al balcón central de la basílica vaticana, para pronunciar ante miles de fieles de todo el mundo el Mensaje de Pascua, saludar en diversos idiomas e impartir la bendición "Urbi et Orbi".

  El Santo Padre habló de los sentimientos de las mujeres que en la mañana de Resurrección encontraron el sepulcro de Cristo vacío y abierto, "sentimientos de tristeza y desaliento por la muerte de su Señor, sentimientos de incredulidad y estupor ante un hecho demasiado sorprendente para ser verdadero" y de la "dura prueba que "el escándalo de la Cruz" había supuesto para la fe de los  apóstoles, hasta que "el Resucitado se hizo presente ante su sed incrédula de certezas" y les dijo  "Paz a vosotros".

  "Ante aquellas palabras -prosiguió Benedicto XVI- se reavivó la fe casi apagada en sus ánimos" y se lo contaron a Tomás "ausente en aquel primer encuentro extraordinario" que "sin embargo, permaneció dudoso y perplejo" hasta que ocho días después Jesús volvió al Cenáculo por segunda vez y Tomás, después de meter su mano en el costado de Cristo respondió con  "una conmovedora profesión de fe: "¡Señor mío y Dios mío!" .

  "¡Señor mío y Dios mío!" -repitió el Papa- Como felicitación pascual, este año, he elegido justamente sus palabras, porque la humanidad actual espera de los cristianos un testimonio renovado de la resurrección de Cristo; necesita encontrarlo y poder conocerlo (...) Si en este Apóstol podemos encontrar las dudas y las incertidumbres de muchos cristianos de hoy, los miedos y las desilusiones de innumerables contemporáneos nuestros, con él podemos redescubrir también con renovada convicción la fe en Cristo muerto y resucitado por nosotros".

   "Cada uno de nosotros puede ser tentado por la incredulidad de Tomás. El dolor, el mal, las injusticias, la muerte, especialmente cuando afectan a los inocentes - por ejemplo, los niños víctimas de la guerra y del terrorismo, de las enfermedades y del hambre-, ¿no someten quizás nuestra fe a dura prueba? No obstante, justo en estos casos, la incredulidad de Tomás nos resulta paradójicamente útil y preciosa, porque nos ayuda a purificar toda concepción falsa de Dios y nos lleva a descubrir su rostro auténtico: el rostro de un Dios que, en Cristo, ha cargado con las llagas de la humanidad herida. Tomás ha recibido del Señor y, a su vez, ha transmitido a la Iglesia el don de una fe probada por la pasión y muerte de Jesús, y confirmada por el encuentro con Él resucitado. Una fe que estaba casi muerta y ha renacido gracias al contacto con las llagas de Cristo, con las heridas que el Resucitado no ha escondido, sino que ha mostrado y sigue indicándonos en las penas y los sufrimientos de cada ser humano".


  "Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el dolor inocente, es digno de fe. (...) ¡Cuántas heridas, cuánto dolor en el mundo! No faltan calamidades naturales y tragedias humanas que provocan innumerables víctimas e ingentes daños materiales" como las ocurridas "en Madagascar, en las Islas Salomón, en América latina y en otras Regiones del mundo".

  "Pienso en el flagelo del hambre, en las enfermedades incurables, en el terrorismo y en los secuestros de personas, en los mil rostros de la violencia - a veces justificada en nombre de la religión -, en el desprecio de la vida y en la violación de los derechos humanos, en la explotación de la persona" dijo el Santo Padre.

  Hablando de África, el Papa subrayó que  "en el Darfur y en los Países cercanos se da una situación humanitaria catastrófica y por desgracia infravalorada; en Kinshasa, en la República Democrática del Congo, los choques y los saqueos de las pasadas semanas hacen temer por el futuro del proceso democrático congoleño y por la reconstrucción del País; en Somalia la reanudación de los combates aleja la perspectiva de la paz y agrava la crisis regional, especialmente por lo que concierne a los desplazamientos de la población y al tráfico de armas; una grave crisis atenaza Zimbabwe, para la cual los Obispos del País, en un reciente documento, han indicado como única vía de superación la oración y el compromiso compartido por el bien común.

  "Necesitan reconciliación y paz: la población de Timor Este, que se prepara a vivir importantes convocatorias electorales; Sri Lanka, donde sólo una solución negociada pondrá punto final al drama del conflicto que lo ensangrienta; Afganistán, marcado por una creciente inquietud e inestabilidad".

  "En Medio Oriente - junto con señales de esperanza en el diálogo entre Israel y la Autoridad palestina -, observó el Santo Padre-  por desgracia nada positivo viene de Irak, ensangrentado por continuas matanzas, mientras huyen las poblaciones civiles; en el Líbano el estancamiento de las instituciones políticas pone en peligro el papel que el País está llamado a desempeñar en el área de Medio Oriente e hipoteca gravemente su futuro. No puedo olvidar, por fin, las dificultades que las comunidades cristianas afrontan cotidianamente y el éxodo de los cristianos de aquella Tierra bendita que es la cuna de nuestra fe. A aquellas poblaciones renuevo con afecto mi cercanía espiritual".
 
  "A través de las llagas de Cristo resucitado podemos ver con ojos de esperanza estos males que afligen a la humanidad -concluyó el Papa-  En efecto, resucitando, el Señor no ha quitado el sufrimiento y el mal del mundo, pero los ha vencido en la raíz con la superabundancia de su gracia. A la prepotencia del Mal ha opuesto la omnipotencia de su Amor. Como vía para la paz y la alegría nos ha dejado el Amor que no teme a la Muerte"
BXVI-SEMANA SANTA/DOMINGO PASCUA/...    VIS 20070411 (1000)


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