CIUDAD DEL VATICANO, 27 OCT 2007 (VIS).-Benedicto XVI asistió esta tarde en el Aula Pablo VI a un concierto en su honor donde la Orquesta Sinfónica y el Coro de la Radio Bávara interpretaron la Novena Sinfonía de Beethoven para agradecer al Papa su visita a Baviera en septiembre de 2006.
Al final de la ejecución, el Santo Padre observó que Beethoven compuso su última sinfonía en 1824, después de un período de aislamiento y dificultad que "amenazaban con sofocar su creatividad artística, (...) sorprendiendo al público con una composición que rompe la forma tradicional de la sinfonía" y finaliza con "una explosión inesperada de júbilo".
"Este sentimiento arrollador -prosiguió- no es en absoluto ligero ni superficial, (...) sino conquistado con fatiga" ya que "la soledad silenciosa había enseñado a Beethoven una forma nueva de escuchar que iba más allá de la capacidad de experimentar con la imaginación el sonido de las notas", como si hubiera adquirido la "capacidad de percibir de aquellos que reciben de Dios la gracia de una liberación externa e interna".
Benedicto XVI recordó que en 1989, cuando la Orquesta Sinfónica y el Coro de la Radio Bávara interpretaron con motivo de la "caída del muro" la Novena Sinfonía, y cambiaron el texto del "Himno a la Alegría" en "Libertad, hermosa chispa de Dios", "expresaron algo más que el simple sentimiento de esa ocasión histórica: la verdadera alegría está radicada en la libertad que solamente da Dios".
"Él, a veces a través de períodos de vacío y aislamiento interiores -terminó el Santo Padre-, quiere hacernos capaces de escuchar su presencia silenciosa no sólo "sobre la bóveda estrellada", sino en lo más íntimo de nuestra alma. Es allí donde arde la chispa del amor de Dios que nos hace llegar a ser quienes somos realmente".
AC/NOVENA SINFONIA BEETHOVEN/... VIS 20071029 (310)
Al final de la ejecución, el Santo Padre observó que Beethoven compuso su última sinfonía en 1824, después de un período de aislamiento y dificultad que "amenazaban con sofocar su creatividad artística, (...) sorprendiendo al público con una composición que rompe la forma tradicional de la sinfonía" y finaliza con "una explosión inesperada de júbilo".
"Este sentimiento arrollador -prosiguió- no es en absoluto ligero ni superficial, (...) sino conquistado con fatiga" ya que "la soledad silenciosa había enseñado a Beethoven una forma nueva de escuchar que iba más allá de la capacidad de experimentar con la imaginación el sonido de las notas", como si hubiera adquirido la "capacidad de percibir de aquellos que reciben de Dios la gracia de una liberación externa e interna".
Benedicto XVI recordó que en 1989, cuando la Orquesta Sinfónica y el Coro de la Radio Bávara interpretaron con motivo de la "caída del muro" la Novena Sinfonía, y cambiaron el texto del "Himno a la Alegría" en "Libertad, hermosa chispa de Dios", "expresaron algo más que el simple sentimiento de esa ocasión histórica: la verdadera alegría está radicada en la libertad que solamente da Dios".
"Él, a veces a través de períodos de vacío y aislamiento interiores -terminó el Santo Padre-, quiere hacernos capaces de escuchar su presencia silenciosa no sólo "sobre la bóveda estrellada", sino en lo más íntimo de nuestra alma. Es allí donde arde la chispa del amor de Dios que nos hace llegar a ser quienes somos realmente".
AC/NOVENA SINFONIA BEETHOVEN/... VIS 20071029 (310)
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