CIUDAD DEL VATICANO, 27 OCT 2007 (VIS).-Benedicto XVI ha escrito una carta a Giovanni Maria Vian, con motivo de su nombramiento como director de "L'Osservatore Romano", un encargo "de gran responsabilidad -observa el Santo Padre-, dada la naturaleza peculiar del periódico vaticano".
El Papa elogia la "profunda formación cultural como historiador del cristianismo" y "el conocimiento de la historia del papado" del nuevo director y recuerda que desde 1861 "L'Osservatore Romano" "ha difundido siempre las enseñanzas de los pontífices romanos y las intervenciones de sus colaboradores más estrechos sobre los problemas cruciales que la humanidad encuentra en su camino".
Benedicto XVI traza después brevemente el periplo del "periódico del Papa", y rememora la "elección de imparcialidad que caracterizó la información del diario vaticano durante la primera guerra mundial" y cómo durante la segunda tragedia bélica del siglo XX, el prestigio y la difusión de "L'Osservatore Romano" crecieron "gracias también a su posibilidad para acceder a fuentes de información que en aquella época solo la independencia vaticana podía garantizar".
A lo largo del Novecientos, la publicación en diversas lenguas garantizó al periódico "una difusión realmente internacional", dándole una "dimensión mundial, que (...) asume la máxima importancia para expresar la realidad de la Iglesia universal, la comunión de todas las Iglesias locales y su radicación en las diversas situaciones, en un contexto de amistad sincera hacia las mujeres y los hombres de nuestra época", escribe el Papa.
"L'Osservatore Romano" podrá servir cada vez mejor a la Santa Sede buscando y creando ocasiones de confrontación, mostrando la fecundidad del encuentro entre fe y razón, gracias al cual es posible una colaboración cordial entre creyentes y no creyentes".
La tarea fundamental del periódico, termina el Santo Padre, "sigue siendo, obviamente la de favorecer en las culturas de nuestro tiempo esa apertura confiada y al mismo tiempo, profundamente razonable a la trascendencia, sobre la cual se basa, en última instancia, el respeto de la dignidad y de la libertad auténtica de todo ser humano".
BXVI-CARTA/OSSERVATORE ROMANO/VIAN VIS 20071029 (340)
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