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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 13 de diciembre de 2010

COMUNICADO SOBRE DOCUMENTOS PUBLICADOS POR WIKILEAKS

CIUDAD DEL VATICANO, 11 DIC 2010 (VIS).-La Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público hoy el siguiente comunicado a propósito de la documentación del Departamento de Estado de Estados Unidos que ha hecho pública Wikileaks:

“Sin entrar a valorar la gravedad extrema de la publicación de una cantidad tan grande de material secreto y confidencial y de sus posibles consecuencias, la Oficina de Prensa de la Santa Sede observa que una parte de los documentos publicados recientemente por Wikileaks concierne a informes enviados al Departamento de Estado de EE.UU. por la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede.

Naturalmente estos informes reflejan las percepciones y opiniones de la gente que los ha escrito y no pueden considerarse expresiones de la misma Santa Sede, ni citas exactas de las palabras de sus oficiales. Por tanto, su fiabilidad se debe evaluar cuidadosamente y con gran prudencia, teniendo en cuenta esta circunstancia”.
OP/ VIS 20101213 (160)

OTROS ACTOS PONTIFICIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 11 DIC 2010 (VIS).-El Santo Padre nombró:

-Obispo Lino Fumagalli, hasta ahora de la diócesis suburbicaria de Sabina-Poggio Mirteto (Italia), obispo de Viterbo (superficie 2.161, población 187.500, católicos 183.400, sacerdotes 177, religiosos 300, diáconos permanentes 10) en Italia. Sucede al obispo Lorenzo Chiarinelli, cuya renuncia al gobierno de la diócesis fue aceptada por límite de edad.

-Miembros de la Congregación para la Educación Católica a los cardenales Josip Bozani, arzobispo de Zagreb (Croacia); Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo); Reinhard Marx, arzobispo de München und Freising (Alemania); Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura y de las Pontificias Comisiones para los Bienes Culturales de la Iglesia y de Arqueología Sacra y del Consejo de Coordinación entre las Academias Pontificias.
NER:RE:NA/ VIS 20101213 (140)

DIOS Y NO LAS GRANDES PROMESAS CAMBIAN EL MUNDO

CIUDAD DEL VATICANO, 12 DIC 2010 (VIS).-Benedicto XVI visitó esta mañana la parroquia romana de San Maximiliano Kolbe, en la periferia de la capital, donde celebró la Santa Misa. La comunidad parroquial posee desde 2009 una nueva iglesia, dedicada a este santo mártir franciscano polaco.

En la homilía, el Papa subrayó que “el Adviento es una fuerte invitación a dejar entrar cada vez más a Dios en nuestras vidas, en nuestras casas, en nuestros barrios, en nuestras comunidades, para tener una luz en medio de tantas sombras y en las dificultades de cada día”.

Tras poner de relieve que “con el paso del tiempo, la parroquia ha crecido y se ha transformado con la llegada de numerosas personas de los países del Este de Europa y de otros países”, dijo: “Es importante favorecer el diálogo y promover el entendimiento mutuo entre personas procedentes de diferentes culturas, modelos de vida y condiciones sociales”.

“Aquí, como en todas las parroquias –continuó-, hay que partir de los “más cercanos” para llegar a los “más lejanos”, para traer una presencia evangélica en los ambientes de vida y de trabajo. Todos deben encontrar en la parroquia caminos adecuados de formación y experimentar la dimensión comunitaria, que es una característica fundamental de la vida cristiana, (…) haciendo comunidad con todos, unidos en la escucha de la Palabra de Dios y en la celebración de los Sacramentos, en especial de la Eucaristía”.

Comentando el Evangelio de hoy, en el que Juan el Bautista pregunta si es Jesús el Juez que cambiará el mundo o hay que esperar a otro, Benedicto XVI afirmó que “han venido muchos profetas, ideólogos y dictadores que han dicho: “¡No es El! ¡No ha cambiado el mundo! ¡Somos nosotros!”. Y han creado sus imperios, sus dictaduras, su totalitarismo que habría cambiado el mundo. Y lo ha cambiado, pero destruyéndolo. Sabemos que de estas grandes promesas no ha quedado más que un gran vacío y una gran destrucción”.

“El Señor, en el modo silencioso que le es propio, responde: “Mirad lo que he hecho. No he hecho una revolución cruenta, no he cambiado el mundo con la fuerza, sino que he encendido muchas luces que forman, en el tiempo, un gran camino de luz a lo largo de los milenios”.

Refiriéndose posteriormente a San Maximiliano Kolbe, el Papa recordó que “se ofreció a morir de hambre para salvar a un padre de familia”; de Damián de Veuster, dijo que “vivió y murió con y para los leprosos”; y la Madre Teresa De Calcuta, “dio tanta luz a las personas que, después de una vida sin luz, murieron con una sonrisa, porque fueron tocadas por la luz del amor de Dios”.

“De esta manera -añadió- podemos ver cómo el Señor, en la respuesta a Juan, ha dicho que no es la violenta revolución, no son las grandes promesas las que cambian el mundo, sino la luz silenciosa de la verdad, de la bondad de Dios, que es el signo de Su presencia y nos da la certeza de que somos amados hasta el final, y que no somos olvidados, que no somos un producto de la casualidad, sino de una voluntad de amor”.

El Papa concluyó haciendo hincapié en que “Dios está cerca”, (…) pero nosotros, a menudo estamos lejos. Acerquémonos, vayamos a la presencia de su luz, roguemos al Señor y en contacto con la oración nos convertiremos en luz para los demás”.
HML/ VIS 20101213 (590)

ADVIENTO: EL PAPA ELOGIA LA PACIENCIA Y LA CONSTANCIA

CIUDAD DEL VATICANO, 12 DIC 2010 (VIS).-Al regreso de su visita pastoral a la parroquia romana de San Maximiliano Kolbe, el Santo Padre se asomó a mediodía a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

En este tercer domingo de Adviento, como es habitual, estaban presentes unos 2.000 niños romanos para que el Papa bendijese las figuritas del Niño Jesús que se colocarán en los Belenes de las familias, escuelas y parroquias.

Benedicto XVI, citando un pasaje de la Carta de Santiago de la Liturgia de hoy que dice: “Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la Venida del Señor”, afirmó: “Creo que es importante en nuestros días, subrayar el valor de la constancia y de la paciencia, dos virtudes que pertenecían al bagaje habitual de nuestros padres, pero que hoy son menos populares, en un mundo que exalta el cambio y la capacidad para adaptarse a situaciones siempre nuevas y diversas. Sin nada que objetar a estos aspectos, que también son cualidades del ser humano, el Adviento nos llama a potenciar esa tenacidad interior, esa resistencia del ánimo, que permiten que no nos descorazonemos en la espera de un bien que tarda en llegar, sino que al contrario hacen que lo esperemos, que preparemos su llegada con confianza activa”.

Prosiguiendo con el comentario de la Carta, donde el apóstol pone como ejemplo de paciencia y constancia a los labradores, el Papa dijo: “El agricultor no es fatalista; es el modelo de una mentalidad que une de manera equilibrada la fe y la razón, ya que por una parte, conoce las leyes de la naturaleza y cumple bien su trabajo, y, por otra, confía en la Providencia, porque algunas cosas fundamentales no dependen de sus manos, sino de las manos de Dios. Efectivamente la paciencia y la constancia son una síntesis entre el empeño humano y la confianza en Dios”.

“Fortaleced vuestros corazones” dice la Escritura. ¿Cómo podemos conseguirlo? ¿Cómo pueden ser más fuertes nuestros corazones, ya de por sí frágiles, y más débiles todavía debido a la cultura que nos circunda?”, se preguntó el Papa. “La ayuda no nos falta: es la Palabra de Dios: Mientras todo pasa y cambia, la Palabra del Señor no pasa. Si las vicisitudes de la vida hacen que nos sintamos perdidos y parece que se derrumba toda certeza, tenemos una brújula para encontrar la orientación, tenemos un ancla para no ir a la deriva”.

El pontífice recordó en este sentido “el modelo de los profetas, es decir, de esas personas a las que Dios ha llamado para que hablen en su nombre. El profeta encuentra su alegría y su fuerza en la Palabra del Señor, y mientras los hombres buscan con frecuencia la felicidad por caminos que se revelan equivocados, él anuncia la verdadera esperanza, la que no nos decepciona, pues está fundamentada en la fidelidad de Dios. Todo cristiano, en virtud del Bautismo, ha recibido la dignidad profética: que cada uno pueda redescubrirla y alimentarla, con una asidua escucha de la Palabra divina”.

Después de rezar el Ángelus el Papa se dirigió a los niños de Roma: “Queridos jóvenes amigos -dijo-: Cuando pongáis al Niño Jesús en la gruta o en el pesebre, rezad por el Papa y sus intenciones. Muchas gracias”.
ANG/ VIS 20101213 (570)
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