Inicio - VIS Vaticano - Recibir VIS - Contáctenos - Calendario VIS

El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

últimas 5 noticias

VISnews en Twitter Ver en YouTube

viernes, 30 de marzo de 2012

HEBREOS Y CATÓLICOS: LA CRISIS ECONÓMICA ES CRISIS ÉTICA



Ciudad del Vaticano, 30 de marzo de 2012 (VIS).- “Perspectivas religiosas sobre la actual crisis financiera: enfoque para un orden económico justo”, ha sido el tema de la XI reunión de la Comisión bilateral del Gran Rabinato de Israel y la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Hebraismo. El encuentro ha tenido lugar en Roma, del 27 al 29 de marzo; y ha estado presidido por el rabino Shear Yashuv Cohen y por el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

En la declaración conjunta emitida al final de la reunión, ambas delegaciones subrayan que, no obstante varios factores hayan contribuido a la crisis financiera, “en sus raíces hay una crisis de valores morales. La importancia del tener, que crea una cultura de la codicia, eclipsa la importancia del ser; y el valor de la verdad, que conlleva la honradez y la transparencia, está ausente en la actividad económica”.

En el centro de la concepción de cristianos y judíos sobre un orden económico justo, se encuentra la afirmación de la soberanía y la providencia del Creador del mundo, de la que emana cualquier riqueza, entregada a la humanidad para el bien común”, prosigue el texto. De ahí que el objetivo del orden económico sea un bienestar de la sociedad que reafirme la dignidad de todos los seres humanos, creados a imagen y semejanza divina. Este concepto “es la antítesis del egocentrismo, porque lleva aparejado la promoción del bien del individuo en relación con la comunidad y la sociedad, (…) y subraya la necesidad de solidaridad y fraternidad”. Presupone, además, “la obligación de garantizar las necesidades básicas, como la protección de la vida, el sustento, la vivienda, la salud, la educación y el empleo”. Entre las personas más vulnerables que merecen una atención especial, la Comisión menciona entre otros a los emigrantes y trabajadores extranjeros, cuya condición “da la medida de la salud moral de la sociedad”.

El comunicado recuerda también el deber, por parte de los países con economías mas desarrolladas, de “reconocer sus responsabilidades y obligaciones para con las naciones y las sociedades más necesitadas, sobre todo en la era de la globalización”. En este contexto, se citan “el destino universal de los bienes de la tierra; la cultura de 'suficiencia', que implica la auto-limitación; y un sistema ético de asignación de recursos y prioridades”. También se habla de la necesidad de extender la remisión parcial de las deudas -que ha tenido lugar a nivel nacional e internacional- a las familias e individuos..

Los miembros de la comisión bilateral ponen de relieve el papel que las comunidades de fe deben desempeñar para contribuir a un orden económico responsable y la importancia de su compromiso para este fin con los gobiernos, instituciones educativas y medios de comunicación. Por último, observan que “la crisis ha puesto de manifiesto la profunda falta del componente ético en el pensamiento económico”. Por lo tanto, “es imperativo que los institutos y academias de estudios económicos y políticos incluyan la formación ética en sus planes de estudio, como ha sucedido en los últimos años en el ámbito médico”.




LLAMAMIENTO A LA SOLIDARIDAD CON LOS AUTISTAS Y SUS FAMILIAS



Ciudad del Vaticano, 30 marzo (VIS).-El arzobispo Zygmunt Zimowski, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, ha escrito un mensaje con ocasión de la V Jornada Mundial sobre el Autismo (2 de abril) en el que realiza un llamamiento a la solidaridad con las personas autistas y sus familias. En el mensaje, hecho público ayer, recuerda que “los Trastornos del Espectro Autista constituyen (…) una grave alteración del comportamiento, la comunicación -verbal y no verbal- y de la integración social, y afectan a la evolución y el desarrollo normales de la personalidad”.

La Iglesia -escribe el arzobispo- advierte la urgente tarea de ponerse al lado de estas personas, especialmente de los niños y los jóvenes, y de sus familias, si no para romper las barreras del silencio, al menos para compartir con solidaridad y oración su camino de sufrimiento”. Ello es especialmente importante porque las familias con hijos autistas, “no obstante los custodien con amoroso cuidado, padecen repercusiones negativas sobre la calidad de su propia vida y, a menudo, se ven a su vez encerradas en un aislamiento que margina y hiere”. Por eso, la Iglesia y todos los hombres de buena voluntad deben sentirse “comprometidos a ser 'compañeros de camino' de cuantos viven este silencio elocuente que interpela nuestra sensibilidad ante el sufrimiento de los demás”.

El presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios destaca la labor de operadores sanitarios, educadores, profesionales y voluntarios, y pide que se incentiven la investigación y las políticas sanitarias para mejorar los métodos diagnósticos, las terapias y la rehabilitación. “Animar y sostener estos esfuerzos, también con los gestos solidarios del mundo escolar, del voluntariado y del asociacionismo, es un deber, para descubrir y hacer que emerja esa dignidad que la minusvalía -incluso la más grave y devastadora- no cancela, y que siempre nos colma de esperanza”.

Por último, el arzobispo Zimowski encomienda al Señor a las personas autistas y a sus familias, quienes “a pesar de estar envueltos en el misterio del silencio por un grave trastorno, no están solos nunca, ya que Dios les ama apasionadamente, y, en Él, la comunidad de quienes están comprometidos por la fe a ser signo vivo y transparente de la presencia del Resucitado en el mundo”.






NUEVO RITO DE LAS EXEQUIAS: NO AL ESPARCIMIENTO DE LAS CENIZAS DEL DIFUNTO



Ciudad del Vaticano, 30 marzo 2012 (VIS).-La segunda edición en lengua italiana del “Rito de las exequias”, publicada por la Librería Editrice Vaticana, fue presentada recientemente en la sede de Radio Vaticana. En la nueva edición se han revisado, entre otras cosas, todos los textos bíblicos y de oración.

Una primera novedad se refiere al momento de la visita a la familia, que no se contemplaba en la edición anterior. Mons. Angelo Lameri, de la Oficina Litúrgica nacional de la Conferencia Episcopal Italiana, explicó que “para un sacerdote, es un momento para compartir el dolor, escuchar a los familiares afectados por el luto, y conocer algunos aspectos de la vida de la persona difunta con el fin de ofrecer un recuerdo correcto y personalizado durante la celebración de las exequias”.

Otra novedad es la secuencia ritual, revisada y enriquecida, en el momento de cerrar el ataúd. Se proponen textos adecuados a diversas situaciones: para una persona anciana, para una persona joven, para quien ha muerto inesperadamente... Por lo que se refiere al rito de las exequias, otra adaptación permite pronunciar palabras de cristiano recuerdo del difunto en el momento de la despedida. Asimismo, se ha añadido una amplia propuesta de formularios para la oración de los fieles.

Pero la novedad más significativa la constituye el apéndice dedicado a las exequias en caso de cremación. Mons. Lameri explicó que se ha colocado la cremación en un apéndice aparte para subrayar el hecho de que la Iglesia, “aunque no se opone a la cremación de los cuerpos cuando no se hace 'in odium fidei', sigue considerando que la sepultura del cuerpo de los difuntos es la forma más adecuada para expresar la fe en la resurrección de la carne, así como para favorecer el recuerdo y la oración de sufragio por parte de familiares y amigos”.

Excepcionalmente, los ritos previstos en la capilla del cementerio o ante la tumba se pueden celebrar en el lugar mismo de la cremación. Se recomienda también el acompañamiento del féretro a dicho lugar. De especial importancia es la afirmación de que “la cremación se considera concluída cuando se deposita la urna en el cementerio”. Y ello porque, aunque algunas legislaciones permiten esparcer las cenizas en la naturaleza o conservarlas en lugares diversos del cementerio, “estas prácticas producen no pocas perplejidades sobre su plena coherencia con la fe cristiana, sobre todo cuando remiten a concepciones panteístas o naturalistas”.

El nuevo “Rito de las exequias” quiere ser también un instrumento para profundizar en la búsqueda del sentido de la muerte. El obispo Alceste Catella, presidente de la Comisión Episcopal para la liturgia, señaló para concluir que “este libro atestigua la fe de los creyentes y el valor del respeto y de la 'pietas' hacia los difuntos, el respeto por el cuerpo humano incluso cuando ya no tiene vida. Testimonia la fuerte exigencia de cultivar la memoria, de tener un lugar cierto en el que deponer el cadáver o las cenizas, en la certeza profunda de que ésto es auténtica fe y humanismo auténtico”.


INTENCIONES DE ORACIÓN DEL SANTO PADRE PARA ABRIL



Ciudad del Vaticano, 30 marzo 2012 (VIS).-La intención general del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de abril es: “Para que muchos jóvenes sepan acoger la llamada de Cristo a seguirlo en el sacerdocio y en la vida religiosa”.

Su intención misionera es: “Para que Cristo resucitado sea signo de segura esperanza para los hombres y mujeres del continente africano”.

OTROS ACTOS PONTIFICIOS



Ciudad del Vaticano, 30 de marzo de 2012 (VIS).-El Santo Padre ha nombrado al obispo Luis Artemio Flores Calzada, hasta ahora de Valle de Chalco (México), como obispo de Tepic (superficie: 22.777; población: 1.139.584; católicos: 1.107.800; sacerdotes: 215; religiosos: 215) en México.

jueves, 29 de marzo de 2012

BENEDICTO XVI: “CUBA Y EL MUNDO NECESITAN CAMBIOS”


Ciudad del Vaticano, 29 marzo 2012 (VIS).-El Santo Padre presidió ayer por la mañana, a las 9.00, la Misa concelebrada en la plaza de la Revolución de La Habana “José Martí”, ante miles de fieles llegados para la ocasión de toda Cuba. Ofrecemos a continuación algunos extractos de la homilía de Benedicto XVI:

(…) “«Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». En este texto del Evangelio que se ha proclamado, Jesús se revela como el Hijo de Dios Padre, el Salvador, el único que puede mostrar la verdad y dar la genuina libertad. Su enseñanza provoca resistencia e inquietud entre sus interlocutores. (…) Aun así, los conmina a creer, a mantener la Palabra, para conocer la verdad que redime y dignifica”.

En efecto, la verdad es un anhelo del ser humano, y buscarla supone siempre un ejercicio de auténtica libertad. Muchos, sin embargo, prefieren los atajos e intentan eludir esta tarea. Algunos, como Poncio Pilato, ironizan con la posibilidad de poder conocer la verdad, proclamando la incapacidad del hombre para alcanzarla o negando que exista una verdad para todos. Esta actitud, como en el caso del escepticismo y el relativismo, produce un cambio en el corazón, haciéndolos fríos, vacilantes, distantes de los demás y encerrados en sí mismos. Personas que se lavan las manos como el gobernador romano y dejan correr el agua de la historia sin comprometerse”.

Por otra parte, hay otros que interpretan mal esta búsqueda de la verdad, llevándola a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en «su verdad» e intentando imponerla a los demás. (…) Sin embargo, quien actúa irracionalmente no puede llegar a ser discípulo de Jesús. Fe y razón son necesarias y complementarias en la búsqueda de la verdad. Dios creó al hombre con una innata vocación a la verdad y para esto lo dotó de razón. No es ciertamente la irracionalidad, sino el afán de verdad, lo que promueve la fe cristiana”. (...)
Además, la verdad sobre el hombre es un presupuesto ineludible para alcanzar la libertad, pues en ella descubrimos los fundamentos de una ética con la que todos pueden confrontarse, y que contiene formulaciones claras y precisas sobre la vida y la muerte, los deberes y los derechos, el matrimonio, la familia y la sociedad, en definitiva, sobre la dignidad inviolable del ser humano. Este patrimonio ético es lo que puede acercar a todas las culturas, pueblos y religiones, las autoridades y los ciudadanos, y a los ciudadanos entre sí, a los creyentes en Cristo y a quienes no creen en Él”.

El cristianismo, al resaltar los valores que sustentan la ética, no impone, sino que propone la invitación de Cristo a conocer la verdad que hace libres. (…) En Cristo hallamos la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Él nos ayuda a derrotar nuestros egoísmos, a salir de nuestras ambiciones y a vencer lo que nos oprime. El que obra el mal, el que comete pecado, es esclavo del pecado y nunca alcanzará la libertad. Sólo renunciando al odio y a nuestro corazón duro y ciego seremos libres, y una vida nueva brotará en nosotros”. (…)

La Iglesia vive para hacer partícipes a los demás de lo único que ella tiene, y que no es sino Cristo, esperanza de la gloria. Para poder ejercer esta tarea, ha de contar con la esencial libertad religiosa, que consiste en poder proclamar y celebrar la fe también públicamente, llevando el mensaje de amor, reconciliación y paz que Jesús trajo al mundo. Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe. Sin embargo, es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias gubernamentales de la Nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana”.

El derecho a la libertad religiosa, tanto en su dimensión individual como comunitaria, manifiesta la unidad de la persona humana, que es ciudadano y creyente a la vez. Legitima también que los creyentes ofrezcan una contribución a la edificación de la sociedad. Su refuerzo consolida la convivencia, alimenta la esperanza en un mundo mejor, crea condiciones propicias para la paz y el desarrollo armónico (…). Cuando la Iglesia pone de relieve este derecho, no está reclamando privilegio alguno. Pretende sólo ser fiel al mandato de su divino fundador, consciente de que donde Cristo se hace presente, el hombre crece en humanidad (...). Por eso, ella busca dar este testimonio en su predicación y enseñanza, tanto en la catequesis como en ámbitos escolares y universitarios. Es de esperar que pronto llegue aquí también el momento de que la Iglesia pueda llevar a los campos del saber los beneficios de la misión que su Señor le encomendó y que nunca puede descuidar”.

Ejemplo preclaro de esta labor fue el insigne sacerdote Félix Varela, educador y maestro, hijo ilustre de esta ciudad de La Habana, que ha pasado a la historia de Cuba como el primero que enseñó a pensar a su pueblo. El Padre Varela nos presenta el camino para una verdadera transformación social: formar hombres virtuosos para forjar una nación digna y libre, ya que esta trasformación dependerá de la vida espiritual del hombre, pues «no hay patria sin virtud». Cuba y el mundo necesitan cambios, pero éstos se darán sólo si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad y se decide a seguir el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad”.


ENCUENTRO ENTRE EL PAPA Y EL EX PRESIDENTE FIDEL CASTRO


Ciudad del Vaticano, 29 de marzo de 2012 (VIS).- Después presidir la Misa en la Plaza de la Revolución de La Habana, Benedicto XVI se encontró en la nunciatura apostólica con el ex presidente cubano, Fidel Castro.

He tomado la decisión de pedir algunos momentos de su tiempo, que sé está lleno de compromisos -había dicho Castro- cuando supe que le habría agradado este modesto y sencillo contacto”. El encuentro, según informa Radio Vaticana, duró alrededor de media hora. El ex presidente dijo al Santo Padre que le había agradado mucho la beatificación de Madre Teresa de Calcuta, gran benefactora de Cuba, y la de Juan Pablo II, “un hombre que al entrar en contacto especialmente con los niños y los humildes del pueblo suscitaba invariablemente sentimientos de afecto”. Por su parte, Benedicto XVI habló de su alegría por estar en Cuba y de la cordialidad con que había sido acogido.

Fidel Castro planteó al Papa algunas cuestiones sobre los cambios en la liturgia y el papel del pontífice. Benedicto XVI respondió hablando de los encuentros con los pueblos y del servicio a la Iglesia universal. El ex presidente abordó también la difícil situación de la humanidad en nuestra época, y el Papa se refirió a la falta de reconocimiento de la presencia de Dios y a la importancia fundamental de la relación entre fe y razón. Al final, Castro pidió al pontífice que le enviase algunos libros para profundizar mejor los temas afrontados en el encuentro, y Benedicto XVI respondió diciendo que pensará qué textos mandarle. Por último, el ex presidente presentó al Papa a su mujer y dos de sus hijos.




CUBA: LA FE SEA FUERZA PARA EDIFICAR UN PORVENIR MEJOR


Ciudad del Vaticano, 29 de marzo de 2012 (VIS).-Benedicto XVI se despidió de Cuba recordando la profunda huella que esa nación dejó en su predecesor, el beato Juan Pablo II, cuando la visitó como “mensajero de la verdad y la esperanza”. El pontífice reiteró que había ido a Cuba como peregrino de la caridad para dar gracias a la Virgen María, que acompaña el camino de la Iglesia en la isla e infunde ánimos a todos los cubanos para que, “de la mano de Cristo, descubran el genuino sentido de los afanes y anhelos que anidan en el corazón humano, y alcancen la fuerza necesaria para construir una sociedad solidaria, en la que nadie se sienta excluido”.

En el aeropuerto José Martí, de La Habana, -al que llegó aclamado durante el trayecto en papamóvil por decenas de miles de personas-, el Santo Padre agradeció al presidente de Cuba y a las demás autoridades del país “el interés y la generosa colaboración dispensada” para el buen desarrollo de su viaje. También dio las gracias a la conferencia episcopal y a cuantos han contribuido a esta visita sin escatimar esfuerzos ni sacrificios. “Me llevo en lo más profundo de mi ser -dijo- a todos y a cada uno de los cubanos, que me han rodeado con su oración y afecto, brindándome una cordial hospitalidad y haciéndome partícipe de sus más hondas y justas aspiraciones”.

Vine aquí como testigo de Jesucristo, convencido de que, donde Él llega, el desaliento deja paso a la esperanza, la bondad despeja incertidumbres y una fuerza vigorosa abre el horizonte a inusitadas y beneficiosas perspectivas”, afirmó el Santo Padre. Y manifestó el deseo de que el mensaje de salvación de Cristo fortalezca el entusiasmo y la solicitud tanto de los obispos cubanos como de cuantos colaboran con ellos en la tarea de evangelización, sobre todo de los laicos, para que “intensificando su entrega a Dios en medio de sus hogares y trabajos, no se cansen de ofrecer responsablemente su aportación al bien y al progreso integral de la patria”.

El camino que Cristo propone a la humanidad, y a cada persona y pueblo en particular, en nada la coarta, antes bien es el factor primero y principal para su auténtico desarrollo. Que la luz del Señor, que ha brillado con fulgor en estos días, no se apague en quienes la han acogido y ayude a todos a estrechar la concordia y a hacer fructificar lo mejor del alma cubana, sus valores más nobles, sobre los que es posible cimentar una sociedad de amplios horizontes, renovada y reconciliada. Que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales, ni eximido de ella por desidia o carencia de recursos materiales. Situación que se ve agravada cuando medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del País pesan negativamente sobre la población”.

Concluyo aquí mi peregrinación, pero continuaré rezando fervientemente para que ustedes sigan adelante y Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos, donde convivan la justicia y la libertad, en un clima de serena fraternidad. El respeto y cultivo de la libertad que late en el corazón de todo hombre es imprescindible para responder adecuadamente a las exigencias fundamentales de su dignidad, y construir así una sociedad en la que cada uno se sienta protagonista indispensable del futuro de su vida, su familia y su patria”.

La hora presente reclama de forma apremiante que en la convivencia humana, nacional e internacional, se destierren posiciones inamovibles y los puntos de vista unilaterales que tienden a hacer más arduo el entendimiento e ineficaz el esfuerzo de colaboración. Las eventuales discrepancias y dificultades se han de solucionar buscando incansablemente lo que une a todos, con diálogo paciente y sincero, comprensión recíproca y una leal voluntad de escucha que acepte metas portadoras de nuevas esperanzas”.

¡Cuba -exclamó el pontífice- reaviva en ti la fe de tus mayores, saca de ella la fuerza para edificar un porvenir mejor, confía en las promesas del Señor, abre tu corazón a su Evangelio para renovar auténticamente la vida personal y social!”

A la vez que les digo mi emocionado adiós, pido a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre que proteja con su manto a todos los cubanos, los sostenga en medio de las pruebas y les obtenga del Omnipotente la gracia que más anhelan. ¡Hasta siempre, Cuba, tierra embellecida por la presencia materna de María! Que Dios bendiga tus destinos”.

Después de su discurso, Benedicto XVI emprendió el regreso a Roma, adonde llegó esta mañana a las 10.30, tras un viaje de 10 horas y media de duración,

ESTADO CANONICO DE LOS AUTOPROCLAMADOS OBISPOS DE PIDHIRCI


Ciudad del Vaticano, 29 de marzo de 2012 (VIS).-Publicamos la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el estado canónico de los "autoproclamados obispos greco-católicos de Pidhirci", los reverendos Elías A. Dohnal, O.S.B.M.; Markian V. Hitiuk, O.S.B.M.; Metodej R. Špiřik, O.S.B.M.; y Robert Oberhauser. El texto, fechado el pasado 22 de febrero, está firmado por el cardenal William Joseph Levada y por el arzobispo Luis F. Ladaria, S.I., respectivamente prefecto y secretario de ese dicasterio.

1) “La Santa Sede ha seguido con profunda preocupación la actividad desarrollada por los reverendos Elías A. Dohnal, O.S.B.M.; Markian V. Hitiuk, O.S.B.M.; Metodej R. Špiřik, O.S.B.M.; y Robert Oberhauser, los cuales, expulsados de la Orden Basiliana de San Josafat, se han autoproclamado sucesivamente obispos de la Iglesia greco-católica Ucraniana. Estos clérigos, con su conducta contumaz, continúan desafiando a la autoridad eclesiástica, perjudicando moral y espiritualmente no sólo a la Orden Basiliana de San Josafat y a la Iglesia greco-católica en Ucrania, sino también a esta Sede Apostólica y a toda la Iglesia católica. Todo ello causa división y desconcierto entre los fieles. Estos clérigos, después de dar vida a un grupo de 'obispos' de Pidhirci, han intentado recientemente obtener el reconocimiento y el sucesivo registro, por parte de la autoridad civil competente, como 'Iglesia Ortodoxa Greco-Católica Ucraniana'.”

2) “Desde el comienzo de este triste suceso, representantes de la Iglesia de distintos niveles han intentado en vano disuadirlos de que prosiguieran una serie de comportamientos que podían, entre otras cosas, llevar a engaño a los fieles; algo que ya ha sucedido con un cierto número de ellos”.

3) “La Santa Sede, solícita a la hora de proteger la unidad y la paz del rebaño de Cristo, tenía la esperanza de que dichos clérigos se arrepintieran y regresaran, sucesivamente, a la plena comunión con la Iglesia Católica. Por desgracia, los acontecimientos recientes, -como el fallido intento de registro estatal del grupo de 'Pidhirci' con el nombre de 'Iglesia Ortodoxa Greco-Católica Ucraniana'- han demostrado, en cambio, su contumacia”.

4) ”Por lo tanto, para salvaguardar el bien común de la Iglesia y la 'salus animarum', y ya que los autoproclamados 'obispos' de Pidhirci no dan ninguna señal de arrepentimiento, sino que siguen creando confusión y desorden en la comunidad de los fieles, en particular calumniando a los representantes de la Santa Sede y de la Iglesia local y afirmando que la Autoridad Suprema de la Iglesia posee la documentación que atestiguaría la plena validez de su ordenación episcopal, la Congregación para la Doctrina de la Fe, aceptando la petición formulada por la Autoridad eclesiástica de la Iglesia greco-católica en Ucrania y por otros dicasterios de la Santa Sede, ha decidido con esta declaración informar a los fieles, especialmente en los países de origen de los clérigos que se han autoproclamado 'obispos', sobre su situación canónica actual”.

5) ”Esta congregación, disociándose totalmente de la actuación de los susodichos auto-proclamados 'obispos' y de las falsas declaraciones antes mencionadas, declara formalmente que no reconoce la validez de sus ordenaciones episcopales ni de ninguna de las ordenaciones que se deriven o se derivarán de ellas. Asimismo, se hace saber que el estado canónico de los cuatro auto-nombrados 'obispos' es el de excomulgados ex canon1459 § 1 del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium (CCEO), ya que, en la sentencia de segunda instancia del Tribunal Ordinario de la Iglesia Mayor Arzobispal Ucraniana del 10 de septiembre 2008, los susodichos fueron declarados culpables de los delitos mencionados en los cánones 1462,1447 y 1452 (CCEO), es decir, de delitos de usurpación ilegal del cargo; de fomentar sedición y odio en contra de algunas jerarquías; y de llamar a los súbditos a la desobediencia, además del delito de dañar la reputación de las personas por medio de declaraciones calumniosas”.

6) ”Se notifica igualmente que la denominación de 'católica', utilizada por grupos no reconocidos por la autoridad eclesiástica competente debe considerarse ilegítima y abusiva, ex can.19 (CCEO)”.

7) ”Los fieles, por lo tanto, están llamados a no adherir al mencionado grupo, ya que el mismo está, a todos los efectos canónicos, fuera de la comunión eclesial. También están invitados a rezar por los miembros de dicho grupo para que se arrepientan y regresen a la plena comunión con la la Iglesia Católica”.




miércoles, 28 de marzo de 2012

EL PAPA CONFIA A LA VIRGEN EL FUTURO DE CUBA “POR CAMINOS DE RENOVACIÓN, PARA EL BIEN DE TODOS LOS CUBANOS”



Ciudad del Vaticano, 28 marzo 2012 (VIS).-Ayer por la mañana, a las 9.30 (16,30 hora de Roma), el Santo Padre llegó al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, donde fue acogido por el arzobispo de Santiago y el Rector. El Papa se detuvo a rezar ante el Santísimo, y, seguidamente, ante la imagen de Santa María, encendiendo una vela y recitando la oración de la Virgen de la Caridad del Cobre, ritual del Año Jubilar que concede a los peregrinos la indulgencia plenaria.

A continuación, desde la entrada principal, saludó y bendijo a los fieles reunidos en la plaza y en la larga escalinata que lleva al santuario: “Reciban el cariño del Papa -dijo Benedicto XVI- y llévenlo por doquier, para que todos experimenten el consuelo y la fortaleza en la fe. Hagan saber a cuantos se encuentran cerca o lejos que he confiado a la Madre de Dios el futuro de su Patria, avanzando por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien de todos los cubanos. También he suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad. He puesto asimismo en su inmaculado Corazón a los jóvenes, para que sean auténticos amigos de Cristo y no sucumban a propuestas que dejan la tristeza tras de sí”.

Ante María de la Caridad, también me he acordado de modo particular de los cubanos descendientes de quienes llegaron aquí desde África, así como de la cercana población de Haití, que aún sufre las consecuencias del conocido terremoto de hace dos años. Y no he olvidado a tantos campesinos y a sus familias, que desean vivir intensamente en sus hogares el Evangelio, y ofrecen también sus casas como centros de misión para la celebración de la Eucaristía”.

A ejemplo de la Santísima Virgen -dijo el Pontífice para concluir- animo a todos los hijos de esta querida tierra a seguir edificando la vida sobre la roca firme que es Jesucristo, a trabajar por la justicia, a ser servidores de la caridad y a perseverar en medio de las pruebas. Que nada ni nadie les quite la alegría interior, tan característica del alma cubana”.

La historia de la Virgen de la Caridad del Cobre y de su santuario, el lugar de peregrinación más venerado de Cuba, comienza en 1606, cuando tres pescadores -dos indios y un esclavo negro- encontraron una imagen de madera de la Madre de Cristo que flotaba sobre las aguas de la Bahía de Nipe, con la inscripción “soy la Virgen de la Caridad”. La estatua fue llevada a la mina de El Cobre, y en esta localidad surgió el primer santuario en 1684. En 1801 fue leído en el Santuario el “Manifiesto por la libertad de los esclavos de las minas de El Cobre”, gracias al compromiso del capellán en favor de los esclavos. En 1916, el Papa Benedicto XV proclamó la Virgen de la Caridad patrona de Cuba. El santuario actual fue inaugurado en 1927; Pablo VI le confirió el título de Basílica Menor en 1977.

EL PAPA PIDE AL PRESIDENTE DE CUBA QUE SE RESTABLEZCA LA FESTIVIDAD DE VIERNES SANTO



Ciudad del Vaticano, 28 de marzo de 2012 (VIS).- Finalizada la visita al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, el Santo Padre se trasladó ayer al aeropuerto de Santiago de Cuba para viajar a La Habana, capital de la isla.

El Papa llegó al aeropuerto José Martí a las 12,00, hora local (19,00 hora de Roma), donde le esperaban el presidente Raúl Castro -cuya presencia no estaba prevista-; el cardenal Jaime Ortega y Alamino, arzobispo de San Cristóbal de La Habana; algunas autoridades locales y centenares de niños que lo acogieron con flores blancas y amarillas.

Después de almorzar en la nunciatura apostólica de La Habana, Benedicto XVI se desplazó en automóvil al Palacio de la Revolución -sede desde 1965 del Consejo de Estado, la Oficina Presidencial, el Consejo de Ministros y el Comité Central del Partido Comunista Cubano- para efectuar una visita de cortesía al presidente Raúl Castro.

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, S.I., que calificó el coloquio como “largo, cordial y sereno”, explicó que durante el mismo se habló de la condición del pueblo cubano, comprendidas las temáticas humanitarias; y de las expectativas de la Iglesia para el servicio del bien común. El Papa, agregó el director de la Oficina de Prensa, efectuó una petición muy específica: el restablecimiento de la festividad del Viernes Santo.

Al final del encuentro, el Papa y el presidente intercambiaron regalos. Benedicto XVI entregó a Raúl Castro una facsímil de la “Geographia” de Tolomeo”, y el presidente de Cuba correspondió con una reproducción de bronce de la Virgen del Cobre. Después, el Santo Padre regresó a la nunciatura apostólica, donde cenó con los obispos cubanos.

martes, 27 de marzo de 2012

EL PAPA SE DESPIDE DE MEXICO REITERANDO SU LLAMAMIENTO A LA SOLIDARIDAD



Ciudad del Vaticano, 27 de marzo de 2012 (VIS).-Benedicto XVI se despidió ayer de México con un discurso pronunciado en el aeropuerto de León al que llegó a las 9,00 de la mañana (hora local).

El Papa reafirmó al presidente federal Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y a las diversas autoridades civiles y religiosas que lo saludaron, que el fin de su visita a México no era el fin de su afecto y su cercanía a un país que llevaba muy dentro de sí.

“Ante la fe en Jesucristo que he sentido vibrar en los corazones, y la devoción entrañable a su Madre -invocada aquí con títulos tan hermosos como el de Guadalupe y la Luz- que he visto reflejada en los rostros, deseo reiterar con energía y claridad un llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro”, dijo el pontífice.

“También he sido testigo de gestos de preocupación por diversos aspectos de la vida en este amado país, unos de más reciente relieve y otros que provienen de más atrás, y que tantos desgarros siguen causando. Los llevo igualmente conmigo, compartiendo tanto las alegrías como el dolor de mis hermanos mexicanos, para ponerlos en oración al pie de la cruz, en el corazón de Cristo, del que mana el agua y la sangre redentora”.

“En estas circunstancias, aliento ardientemente a los católicos mexicanos, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos. Los invito a un esfuerzo solidario, que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos. Para los católicos, esta contribución al bien común es también una exigencia de esa dimensión esencial del evangelio que es la promoción humana, y una expresión altísima de la caridad. Por eso, la Iglesia exhorta a todos sus fieles a ser también buenos ciudadanos, conscientes de su responsabilidad de preocuparse por el bien de los demás, de todos, tanto en la esfera personal como en los diversos sectores de la sociedad”.

“Queridos amigos mexicanos -concluyó- les digo ¡adiós!, en el sentido de la bella expresión tradicional hispánica: ¡Queden con Dios! Sí, adiós; hasta siempre en el amor de Cristo, en el que todos nos encontramos y nos encontraremos. Que el Señor les bendiga y María Santísima les proteja”.

Finalizado su discurso, el Santo Padre se embarcó con destino a Cuba, donde está previsto que aterrice a las 14,00, hora local, (21,00 hora italiana)

JUSTICIA, PAZ, LIBERTAD Y RECONCILIACION PARA CUBA


Ciudad del Vaticano, 27 de marzo de 2012.- “Vengo a Cuba como peregrino de la caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza, que nace de la presencia del amor de Dios en nuestras vidas. Llevo en mi corazón las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren, sus sufrimientos y alegrías, sus preocupaciones y anhelos más nobles, y de modo especial de los jóvenes y los ancianos, de los adolescentes y los niños, de los enfermos y los trabajadores, de los presos y sus familiares, así como de los pobres y necesitados”.

Estas fueron las palabras de Benedicto XVI al comenzar su visita apostólica a Cuba, donde llegó ayer noche procedente de México. El Papa fue recibido en el aeropuerto de Santiago de Cuba, la segunda ciudad de la isla, por el presidente Raúl Castro, el arzobispo Dionisio Guillermo García Ibáñez, presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba y el cardenal Jaime Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana.

El Papa recordó en su discurso la “huella imborrable” que dejó en la isla la visita del beato Juan Pablo II. “Para muchos, creyentes o no -dijo- su ejemplo y sus enseñanzas constituyen una guía luminosa que les orienta tanto en la vida personal como en la actuación pública al servicio del bien común de la Nación. En efecto, su paso por la isla fue como una suave brisa de aire fresco que dio nuevo vigor a la Iglesia en Cuba, despertando en muchos una renovada conciencia de la importancia de la fe, alentando a abrir los corazones a Cristo, al mismo tiempo que alumbró la esperanza e impulsó el deseo de trabajar audazmente por un futuro mejor. Uno de los frutos importantes de aquella visita fue la inauguración de una nueva etapa en las relaciones entre la Iglesia y el Estado cubano, con un espíritu de mayor colaboración y confianza, si bien todavía quedan muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar, especialmente por cuanto se refiere a la aportación imprescindible que la religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad”.

También habló el Santo Padre del cuatrocientos aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre cuya “entrañable figura ha estado desde el principio muy presente tanto en la vida personal de los cubanos como en los grandes acontecimientos del País, de modo muy particular durante su independencia, siendo venerada por todos como verdadera madre del pueblo cubano”.

La devoción a 'la Virgen Mambisa', agregó “ha sostenido la fe y ha alentado la defensa y promoción de cuanto dignifica la condición humana y sus derechos fundamentales; y continúa haciéndolo aún hoy con más fuerza, dando así testimonio visible de la fecundidad de la predicación del evangelio en estas tierras, y de las profundas raíces cristianas que conforman la identidad más honda del alma cubana”. Benedicto XVI afirmó después que, como tantos peregrinos a lo largo de los siglos, irá a El Cobre para agradecer a la Virgen “sus desvelos por todos sus hijos cubanos y pedirle su intercesión para que guíe los destinos de esta amada Nación por los caminos de la justicia, la paz, la libertad y la reconciliación”.

El pontífice se refirió después a la difícil situación económica que viven hoy muchas partes del mundo y que “no pocos concuerdan en situar en una profunda crisis de tipo espiritual y moral, que ha dejado al hombre vacío de valores y desprotegido frente a la ambición y el egoísmo de ciertos poderes que no tienen en cuenta el bien auténtico de las personas y las familias. No se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y moral que ha causado la dolorosa situación que tantos experimentan. En cambio, el progreso verdadero tiene necesidad de una ética que coloque en el centro a la persona humana y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas, de modo especial su dimensión espiritual y religiosa. Por eso, en el corazón y el pensamiento de muchos, se abre paso cada vez más la certeza de que la regeneración de las sociedades y del mundo requiere hombres rectos, de firmes convicciones morales y altos valores de fondo que no sean manipulables por estrechos intereses, y que respondan a la naturaleza inmutable y trascendente del ser humano”.

“Estoy convencido -concluyó- de que Cuba, en este momento especialmente importante de su historia, está mirando ya al mañana, y para ello se esfuerza por renovar y ensanchar sus horizontes, a lo que cooperará ese inmenso patrimonio de valores espirituales y morales que han ido conformando su identidad más genuina, y que se encuentran esculpidos en la obra y la vida de muchos insignes padres de la patria, como el Beato José Olallo y Valdés, el Siervo de Dios Félix Varela o el prócer José Martí. La Iglesia, por su parte, ha sabido contribuir diligentemente al cultivo de esos valores mediante su generosa y abnegada misión pastoral, y renueva sus propósitos de seguir trabajando sin descanso por servir mejor a todos los cubanos”.


EL VERDADERO ROSTRO DE LA IGLESIA ES EL DEL LUGAR EN QUE DIOS SE ACERCA Y SE ENCUENTRA CON EL SER HUMANO


Ciudad del Vaticano, 27 de marzo de 2012 (VIS).-Doscientas mil personas participaron ayer en la Misa presidida a las 17,30 (hora local) por Benedicto XVI en la plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, con motivo del cuatrocientos aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla. Entre las personalidades se encontraba el jefe de Estado Raúl Castro.

Antes de la celebración, que tuvo lugar bajo una copiosa lluvia, la imagen original de la Virgen del Cobre fue expuesta en la plaza. El Papa, con motivo de la solemnidad de la Anunciación, ofreció a la Madre de Dios, una rosa de oro.

En la homilía el Santo Padre agradeció “el sacrificio y dedicación” con que los cubanos han preparado el Jubileo Mariano y manifestó su emoción por el fervor con que el que María “ha sido saludada e invocada (...) en su peregrinación por todos los rincones y lugares de la Isla”.

“Estos acontecimientos importantes de la Iglesia en Cuba -observó- se ven iluminados con inusitado resplandor por la fiesta que hoy celebra la Iglesia universal: la anunciación del Señor a la Virgen María. En efecto, la encarnación del Hijo de Dios es el misterio central de la fe cristiana, y en él, María ocupa un puesto de primer orden”

“En María -explicó el Papa- el Hijo de Dios se hace hombre. (…) El apóstol san Juan lo expresa de la siguiente manera: 'Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros' La expresión 'se hizo carne' apunta a la realidad humana más concreta y tangible. En Cristo, Dios ha venido realmente al mundo, ha entrado en nuestra historia, ha puesto su morada entre nosotros, cumpliéndose así la íntima aspiración del ser humano de que el mundo sea realmente un hogar para el hombre. En cambio, cuando Dios es arrojado fuera, el mundo se convierte en un lugar inhóspito para el hombre, frustrando al mismo tiempo la verdadera vocación de la creación de ser espacio para la alianza, para el 'sí' del amor entre Dios y la humanidad que le responde. Y así hizo María como primicia de los creyentes con su 'sí' al Señor sin reservas.”

“Por eso, al contemplar el misterio de la encarnación no podemos dejar de dirigir a ella nuestros ojos (...) al ver cómo nuestro Dios, al entrar en el mundo, ha querido contar con el consentimiento libre de una criatura suya. Sólo cuando la Virgen respondió al ángel, (…) el Verbo eterno del Padre comenzó su existencia humana en el tiempo. Resulta conmovedor ver cómo Dios no sólo respeta la libertad humana, sino que parece necesitarla. Y vemos también cómo el comienzo de la existencia terrena del Hijo de Dios está marcado por un doble 'sí' a la voluntad salvífica del Padre, el de Cristo y el de María. Esta obediencia a Dios es la que abre las puertas del mundo a la verdad, a la salvación. En efecto, Dios nos ha creado como fruto de su amor infinito, por eso vivir conforme a su voluntad es el camino para encontrar nuestra genuina identidad, la verdad de nuestro ser, mientras que apartarse de Dios nos aleja de nosotros mismos y nos precipita en el vacío. La obediencia en la fe es la verdadera libertad, la auténtica redención, que nos permite unirnos al amor de Jesús en su esfuerzo por conformarse a la voluntad del Padre. La redención es siempre este proceso de llevar la voluntad humana a la plena comunión con la voluntad divina”.

“La Virgen María, por su papel insustituible en el misterio de Cristo, representa la imagen y el modelo de la Iglesia. También la Iglesia, al igual que hizo la Madre de Cristo, está llamada a acoger en sí el misterio de Dios que viene a habitar en ella. Queridos hermanos, sé con cuánto esfuerzo, audacia y abnegación trabajan cada día para que, en las circunstancias concretas de su País, y en este tiempo de la historia, la Iglesia refleje cada vez más su verdadero rostro como lugar en el que Dios se acerca y encuentra con los hombres”.

“La Iglesia, cuerpo vivo de Cristo, -subrayó- tiene la misión de prolongar en la tierra la presencia salvífica de Dios, de abrir el mundo a algo más grande que sí mismo, al amor y la luz de Dios (…) Les aliento en su tarea de sembrar el mundo con la Palabra de Dios y de ofrecer a todos el alimento verdadero del cuerpo de Cristo. Cercana ya la Pascua, decidámonos sin miedos ni complejos a seguir a Jesús en su camino hacia la cruz. Aceptemos con paciencia y fe cualquier contrariedad o aflicción, con la convicción de que, en su resurrección, él ha derrotado el poder del mal que todo lo oscurece, y ha hecho amanecer un mundo nuevo, el mundo de Dios, de la luz, de la verdad y la alegría”.

“El misterio de la encarnación, en el que Dios se hace cercano a nosotros, nos muestra también la dignidad incomparable de toda vida humana. Por eso, en su proyecto de amor, desde la creación, Dios ha encomendado a la familia fundada en el matrimonio la altísima misión de ser célula fundamental de la sociedad y verdadera Iglesia doméstica. Con esta certeza, ustedes, queridos esposos, han de ser, de modo especial para sus hijos, signo real y visible del amor de Cristo por la Iglesia. Cuba tiene necesidad del testimonio de su fidelidad, de su unidad, de su capacidad de acoger la vida humana, especialmente la más indefensa y necesitada”.

“Ante la mirada de la Virgen de la Caridad del Cobre, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios”, finalizó el pontífice.

XXVII JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD: “ALEGRAOS SIEMPRE EN EL SEÑOR”


Ciudad del Vaticano, 27 de marzo de 2012 (VIS).-”Alegraos siempre en el Señor”, un versículo de la Carta de San Pablo a los Filipenses, es el tema elegido este año por el Santo Padre para la XXVII Jornada Mundial de la Juventud que se celebra todos los años el Domingo de Ramos. El mensaje está fechado el 15 de marzo y ofrecemos a continuación amplios extractos del texto.

“Este año, el tema de la Jornada Mundial de la Juventud nos lo da la exhortación de la Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses: «¡Alegraos siempre en el Señor!» (4,4). En efecto, La alegría es un elemento central de la experiencia cristiana. También experimentamos en cada Jornada Mundial de la Juventud una alegría intensa, la alegría de la comunión, la alegría de ser cristianos, la alegría de la fe. Esta es una de las características de estos encuentros. Vemos la fuerza atrayente que ella tiene: en un mundo marcado a menudo por la tristeza y la inquietud, la alegría es un testimonio importante de la belleza y fiabilidad de la fe cristiana (…) La Iglesia tiene la vocación de llevar la alegría al mundo (…) En el difícil contexto actual, muchos jóvenes en vuestro entorno tienen una inmensa necesidad de sentir que el mensaje cristiano es un mensaje de alegría y esperanza”.

1.Nuestro corazón está hecho para la alegría.

“La aspiración a la alegría está grabada en lo más íntimo del ser humano(...) Y esto vale sobre todo para vosotros, porque la juventud es (…) un tiempo de apertura hacia el futuro, donde se manifiestan los grandes deseos de felicidad, de amistad, del compartir y de verdad; donde uno es impulsado por ideales y se conciben proyectos (…) Pero cada día hay tantas dificultades con las que nos encontramos en nuestro corazón, tenemos tantas preocupaciones por el futuro, que nos podemos preguntar si la alegría plena y duradera a la cual aspiramos no es quizá una ilusión y una huida de la realidad. (…) ¿Cómo podemos encontrar en la vida la verdadera alegría, aquella que dura y no nos abandona ni en los momentos más difíciles?”.

2.Dios es la fuente de la verdadera alegría.

“En realidad, todas las alegrías auténticas, ya sean las pequeñas del día a día o las grandes de la vida, tienen su origen en Dios, aunque no lo parezca a primera vista, porque Dios es comunión de amor eterno, es alegría infinita que no se encierra en sí misma, sino que se difunde en aquellos que Él ama y que le aman (…) Dios quiere hacernos partícipes de su alegría, divina y eterna, haciendo que descubramos que el valor y el sentido profundo de nuestra vida está en el ser aceptados, acogidos y amados por Él, y no con una acogida frágil como puede ser la humana, sino con una acogida incondicional como lo es la divina: yo soy amado, tengo un puesto en el mundo y en la historia, soy amado personalmente por Dios”.

“Este amor infinito de Dios para con cada uno de nosotros se manifiesta de modo pleno en Jesucristo. En Él se encuentra la alegría que buscamos (...) El motivo de esta alegría es, por lo tanto, la cercanía de Dios, que se ha hecho uno de nosotros(...) Cristo es el viviente, es el que ha vencido el mal, el pecado y la muerte. Él está presente en medio de nosotros como el Resucitado, hasta el final de los tiempos. El mal no tiene la última palabra sobre nuestra vida, sino que la fe en Cristo Salvador nos dice que el amor de Dios es el que vence”.

3.Conservar en el corazón la alegría cristiana

“Encontrar y conservar la alegría espiritual surge del encuentro con el Señor, que pide que le sigamos (...) poniendo toda nuestra confianza en Él (…) La alegría es fruto de la fe(...) Aprended a ver como actúa Dios en vuestras vidas(...) Dirigid a menudo vuestra mirada hacia Él. En la cruz entregó su vida porque os ama. La contemplación de un amor tan grande da a nuestros corazones una esperanza y una alegría que nada puede destruir”.

“Buscar al Señor, encontrarlo, significa también acoger su Palabra (...) La Palabra de Dios hace que descubramos las maravillas que Dios ha obrado en la historia del hombre (…) La Liturgia en particular, es el lugar por excelencia donde se manifiesta la alegría que la Iglesia recibe del Señor y transmite al mundo. Cada domingo, en la Eucaristía, las comunidades cristianas celebran el Misterio central de la salvación: la muerte y resurrección de Cristo”.

4.La alegría del amor

“La alegría está íntimamente unida al amor; ambos son frutos inseparables del Espíritu Santo..El amor produce alegría, y la alegría es una forma del amor (…) Amar significa constancia, fidelidad, tener fe en los compromisos (...)Para entrar en la alegría del amor, estamos llamados también a ser generosos, a no conformarnos con dar el mínimo, sino a comprometernos a fondo, con una atención especial por los más necesitados. El mundo necesita hombres y mujeres competentes y generosos, que se pongan al servicio del bien común (...) Buscad el modo de contribuir, allí donde estéis, a que la sociedad sea más justa y humana (…) Tengo que mencionar una alegría especial; es la que se siente cuando se responde a la vocación de entregar toda la vida al Señor. (…) No tengáis miedo de la llamada de Cristo a la vida religiosa, monástica, misionera o al sacerdocio. Tened la certeza de que colma de alegría a los que (...) responden a su invitación (…) Del mismo modo, es grande la alegría que Él regala al hombre y a la mujer que se donan totalmente el uno al otro en el matrimonio para formar una familia. (…) Un tercer elemento para entrar en la alegría del amor: hacer que crezca en vuestra vida y en la vida de vuestras comunidades la comunión fraterna”.

5.La alegría de la conversión

“Para vivir la verdadera alegría también hay que identificar las tentaciones que la alejan. La cultura actual lleva a menudo a buscar metas, realizaciones y placeres inmediatos, favoreciendo más la inconstancia que la perseverancia en el esfuerzo y la fidelidad a los compromisos (…) La experiencia enseña que el poseer no coincide con la alegría”.

“La voluntad de Dios es que nosotros seamos felices. Por ello nos ha dado las indicaciones concretas para nuestro camino: los Mandamientos. Cumpliéndolos encontramos el camino de la vida y de la felicidad. Aunque a primera vista puedan parecer un conjunto de prohibiciones, casi un obstáculo a la libertad, si los meditamos más atentamente a la luz del Mensaje de Cristo, representan un conjunto de reglas de vida esenciales y valiosas que conducen a una existencia feliz, realizada según el proyecto de Dios (…) Pero aunque a veces el camino cristiano no es fácil y el compromiso de fidelidad al amor del Señor encuentra obstáculos o registra caídas, Dios, en su misericordia, no nos abandona, sino que nos ofrece siempre la posibilidad de volver a Él (…) de experimentar la alegría de su amor que perdona y vuelve a acoger (…) ¡Recurrid a menudo al Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación! Es el Sacramento de la alegría reencontrada”.

6.La alegría en las pruebas.

“Al final puede que quede en nuestro corazón la pregunta de si es posible vivir de verdad con alegría incluso en medio de tantas pruebas de la vida, especialmente las más dolorosas y misteriosas (...)La respuesta nos la pueden dar algunas experiencias de jóvenes como vosotros que han encontrado precisamente en Cristo la luz que permite dar fuerza y esperanza, también en medio de situaciones muy difíciles”.

“El beato Pier Giorgio Frassati (1901-1925) experimentó tantas pruebas en su breve existencia (...) Y el beato Juan Pablo II, al presentarlo como modelo, dijo de él: 'Era un joven de una alegría contagiosa, una alegría que superaba también tantas dificultades de su vida' (…) Más cercana a nosotros, la joven Chiara Badano (1971-1990), recientemente beatificada, experimentó cómo el dolor puede ser transfigurado por el amor y estar habitado por la alegría (…) El cristiano auténtico no está nunca desesperado o triste, incluso ante las pruebas más duras, y muestran que la alegría cristiana no es una huída de la realidad, sino una fuerza sobrenatural para hacer frente y vivir las dificultades cotidianas”.

7.Testigos de la alegría

“Para concluir quisiera alentaros a ser misioneros de la alegría. No se puede ser feliz si los demás no lo son (...) Id a contar a los demás jóvenes vuestra alegría de haber encontrado aquel tesoro precioso que es Jesús mismo. No podemos conservar para nosotros la alegría de la fe; para que ésta pueda permanecer en nosotros, tenemos que transmitirla”.

“A veces se presenta una imagen del Cristianismo como una propuesta de vida que oprime nuestra libertad, que va contra nuestro deseo de felicidad y alegría. Pero esto no corresponde a la verdad. Los cristianos son hombres y mujeres verdaderamente felices, porque saben que nunca están solos, sino que siempre están sostenidos por las manos de Dios. Sobre todo vosotros, jóvenes discípulos de Cristo, tenéis la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sed vosotros los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe. El Evangelio es la «buena noticia» de que Dios nos ama y que cada uno de nosotros es importante para Él. Mostrad al mundo que esto de verdad es así. Por lo tanto, sed misioneros entusiasmados de la nueva evangelización. Llevad a los que sufren, a los que están buscando, la alegría que Jesús quiere regalar”.

lunes, 26 de marzo de 2012

PROTEGER A LOS NIÑOS PARA QUE MIREN CON CONFIANZA AL FUTURO


Ciudad del Vaticano, 24 de marzo de 2012 (VIS).-El Santo Padre salió esta tarde a las 17,00 del Colegio Miraflores de León para trasladarse a Guanajuato, a unos 64 km de distancia. El Papa recorrió en automóvil cerrado la primera parte del trayecto y poco antes de llegar a su destino cambió su vehículo por el papamóvil. La ciudad, que actualmente cuenta con 70.000 habitantes, conoció su mayor expansión económica durante los años del dominio español, gracias a la explotación de sus yacimientos de oro y plata. También es famosa por que fue cuna del movimiento independentista nacional mexicano encabezado por Miguel Hidalgo. Es sede universitaria y, desde 1998, tanto la capital como las cercanas minas de plata entraron en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Una vez en Guanajuato, el Papa se desplazó a la Casa del Conde de Rul, sede de representación del gobierno de ese Estado, para efectuar una visita de cortesía al presidente federal, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. El pontífice y el presidente tuvieron un encuentro privado, al final del cual Benedicto XVI, acompañado por el arzobispo de León, monseñor José Guadalupe Martín Rábago, se asomó al balcón para saludar y bendecir a los niños y fieles reunidos en la Plaza de la Paz.

“Ustedes ocupan un lugar muy importante en el corazón del Papa -dijo a los niños-. Y en estos momentos quisiera que esto lo supieran todos los niños de México, particularmente los que soportan el peso del sufrimiento, el abandono, la violencia o el hambre, que en estos meses, a causa de la sequía, se ha dejado sentir fuertemente en algunas regiones. Gracias por este encuentro de fe, por la presencia festiva y el regocijo que han expresado con los cantos (...) Dios quiere que seamos siempre felices. Él nos conoce y nos ama. Si dejamos que el amor de Cristo cambie nuestro corazón, entonces nosotros podremos cambiar el mundo. Ese es el secreto de la auténtica felicidad”

“Este lugar en el que nos hallamos tiene un nombre que expresa el anhelo presente en el corazón de todos los pueblos: 'la paz' un don que proviene de lo alto. 'La paz esté con ustedes'. Son las palabras del Señor resucitado. Las oímos en cada Misa, y hoy resuenan de nuevo aquí, con la esperanza de que cada uno se transforme en sembrador y mensajero de esa paz por la que Cristo entregó su vida. El discípulo de Jesús no responde al mal con el mal, sino que es siempre instrumento del bien, heraldo del perdón, portador de la alegría, servidor de la unidad. Él quiere escribir en cada una de sus vidas una historia de amistad. Ténganlo, pues, como el mejor de sus amigos”.

“He venido para que sientan mi afecto. Cada uno de ustedes es un regalo de Dios para México y para el mundo. Su familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad han de trabajar unidos para que ustedes puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones. Por ello, deseo elevar mi voz invitando a todos a proteger y cuidar a los niños, para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y mirar al futuro con confianza”.

“Ustedes, mis pequeños amigos, no están solos. Cuentan con la ayuda de Cristo y de su Iglesia para llevar un estilo de vida cristiano. Participen en la Misa del domingo, en la catequesis, en algún grupo de apostolado, buscando lugares de oración, fraternidad y caridad. Eso mismo vivieron los beatos Cristóbal, Antonio y Juan, los niños mártires de Tlaxcala, que conociendo a Jesús, en tiempos de la primera evangelización de México, descubrieron que no había tesoro más grande que Él”.

“En la oración seguiremos juntos -concluyó- Los invito, pues, a rezar continuamente, también en casa; así experimentarán la alegría de hablar con Dios en familia. Recen por todos, también por mí. Yo rezaré por ustedes, para que México sea un hogar en el que todos sus hijos vivan con serenidad y armonía”.

EL PAPA: “LAS ESTRATEGIAS HUMANAS NO BASTARÁN PARA SALVARNOS; DEBEMOS RECURRIR A DIOS”


Ciudad del Vaticano, 25 marzo 2012 (VIS).-Benedicto XVI celebró este domingo la Santa Misa en el parque Expo Bicentenario de la ciudad de León, adonde llegó en helicóptero desde el colegio Miraflores, en el que se hospeda durante la primera etapa de su viaje apostólico a México. A su llegada, fue recibido por el gobernador del Estado de Guanajuato y por medio millón de fieles que saludaron su paso en automóvil panorámico.

El Pontífice concelebró con 250 cardenales, obispos mexicanos, presidentes de las 22 conferencias episcopales de América Latina y del Caribe, obispos llegados de todo el continente; y con unos 3.000 sacerdotes. Un coro de 200 voces, acompañado por una orquesta, animó la liturgia, que los fieles pudieron seguir de cerca en numerosas pantallas gigantes.

Ofrecemos a continuación amplios extractos de la homilía del Santo Padre:

“«Crea en mí, Señor, un corazón puro», hemos invocado en el salmo responsorial. Esta exclamación (…) nos ayuda a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica”.

“El anhelo de un corazón puro, sincero, humilde, aceptable a Dios, era muy sentido ya por Israel, a medida que tomaba conciencia de la persistencia del mal y del pecado en su seno como un poder prácticamente implacable e imposible de superar. Quedaba sólo confiar en la misericordia de Dios omnipotente, y la esperanza de que Él cambiara desde dentro, desde el corazón, una situación insoportable, oscura y sin futuro”. (...)

“Esto nos puede recordar hoy a cada uno de nosotros y a nuestros pueblos que, cuando se trata de la vida personal y comunitaria en su dimensión más profunda, no bastarán las estrategias humanas para salvarnos. Se ha de recurrir también al Único que puede dar vida en plenitud, porque Él mismo es la esencia de la vida y su autor, y nos ha hecho partícipes de ella por su Hijo Jesucristo”.

“El Evangelio de hoy prosigue haciéndonos ver cómo este antiguo anhelo de vida plena se ha cumplido realmente en Cristo. (…) En la cruz (…) comenzará su gloria a causa de su sacrificio de expiación por todos, como el grano de trigo caído en tierra que muriendo, germina y da fruto abundante (…). Nuestra Señora de Guadalupe mostró su divino Hijo a san Juan Diego no como a un héroe portentoso de leyenda, sino como al verdadero Dios, por quien se vive, al Creador de las personas (…) del Cielo y de la Tierra. Ella hizo en aquel momento lo que ya había ensayado en las Bodas de Caná. Ante el apuro de la falta de vino, indicó claramente a los sirvientes que la vía a seguir era su Hijo: «Hagan lo que Él les diga»”.

(…) “Al venir aquí he podido acercarme al monumento a Cristo Rey, en lo alto del Cubilete. (…) Pues bien, en este monumento se representa a Cristo Rey. Pero las coronas que le acompañan, una de soberano y otra de espinas, indican que su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden. Su reinado no consiste en el poder de sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia. Se funda en un poder más grande que gana los corazones: el amor de Dios que Él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio. Éste es su señorío, que nadie le podrá quitar ni nadie debe olvidar”. (…)

“También hoy, desde este parque con el que se quiere dejar constancia del bicentenario del nacimiento de la nación mexicana (…) pidamos a Cristo un corazón puro, donde Él pueda habitar como príncipe de la paz, gracias al poder de Dios, que es el poder del bien, el poder del amor. Y, para que Dios habite en nosotros hay que escucharlo, hay que dejarse interpelar por su Palabra cada día, meditándola en el propio corazón, a ejemplo de María. Así crece nuestra amistad personal con Él, se aprende lo que espera de nosotros y se recibe aliento para darlo a conocer a los demás”.

“En Aparecida, los Obispos de Latinoamérica y el Caribe han sentido con clarividencia la necesidad de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en la historia de estas tierras (...) Se ha de superar el cansancio de la fe y recuperar «la alegría de ser cristianos, de estar sostenidos por la felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia. De esta alegría nacen también las energías para servir a Cristo en las situaciones agobiantes de sufrimiento humano, para ponerse a su disposición, sin replegarse en el propio bienestar». Lo vemos muy bien en los santos, que se entregaron de lleno a la causa del Evangelio con entusiasmo y con gozo, sin reparar en sacrificios, incluso el de la propia vida. Su corazón era una apuesta incondicional por Cristo, de quien habían aprendido lo que significa verdaderamente amar hasta el final”. (…)

“Pidamos a la Virgen María que nos ayude a purificar nuestro corazón, (…) y que siga acompañando y amparando a sus queridos hijos mexicanos y latinoamericanos, para que Cristo reine en sus vidas y les ayude a promover audazmente la paz, la concordia, la justicia y la solidaridad”.

LA VERDADERA DEVOCION A LA VIRGEN ACERCA A JESUS


Ciudad del Vaticano, 25 de marzo de 2012 (VIS).-”Al rezar ahora el Angelus, recordando la Anunciación del Señor, nuestros ojos también se dirigen espiritualmente hacia el cerro del Tepeyac, al lugar donde la Madre de Dios, bajo el título de 'la siempre virgen santa María de Guadalupe', es honrada con fervor desde hace siglos, como signo de reconciliación y de la infinita bondad de Dios para con el mundo”, dijo el Papa antes de la oración mariana

“No olviden -prosiguió- que la verdadera devoción a la Virgen María nos acerca siempre a Jesús, y 'no consiste ni en un estéril y transitorio sentimentalismo, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, que nos lleva a reconocer la excelencia de la Madre de Dios y nos inclina a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes' . Amarla es comprometerse a escuchar a su Hijo, venerar a la Guadalupana es vivir según las palabras del fruto bendito de su vientre”.

Benedicto XVI subrayó que en estos momentos en que tantas familias “se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza. Es la Madre del verdadero Dios, que invita a estar con la fe y la caridad bajo su sombra, para superar así todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria”

“Con estos sentimientos, deseo poner nuevamente bajo la dulce mirada de Nuestra Señora de Guadalupe a este País y a toda Latinoamérica y el Caribe. Confío a cada uno de sus hijos a la Estrella de la primera y de la nueva evangelización, que ha animado con su amor materno su historia cristiana, dando expresión propia a sus gestas patrias, a sus iniciativas comunitarias y sociales, a la vida familiar, a la devoción personal y a la Misión continental que ahora se está desarrollando en estas nobles tierras. En tiempos de prueba y dolor, ella ha sido invocada por tantos mártires que, a la voz de 'viva Cristo Rey y María de Guadalupe', han dado testimonio inquebrantable de fidelidad al Evangelio y entrega a la Iglesia. Le suplico ahora que su presencia en esta querida Nación continúe llamando al respeto, defensa y promoción de la vida humana y al fomento de la fraternidad, evitando la inútil venganza y desterrando el odio que divide”, concluyó el Santo Padre.

Una vez rezado el Ángelus, Benedicto XVI oró durante algunos momentos en silencio ante la imagen de la Virgen de Guadalupe e, impartiendo la bendición final, bendijo noventa y una reproducciones de la Guadalupana destinadas a todas las diócesis de México.

A LOS OBISPOS:LA IGLESIA TIENE QUE ESTAR DEL LADO DE LOS MARGINADOS


Ciudad del Vaticano, 25 de marzo de 2012 (VIS).-A las 18.00, hora de México, el Santo Padre llegó a la catedral de Nuestra Señora de la Luz, en León, para celebrar las Vísperas con los obispos mexicanos y con numerosos prelados representantes de las conferencias episcopales de América Latina y del Caribe. El Papa fue acogido por el Capítulo de la catedral, y posteriormente se detuvo a orar ante el Santísimo.

Tras el saludo del arzobispo Carlos Aguiar Retes, de Tlalnepantla, presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana y del Consejo Episcopal Latinoamericano (C.E.L.AM.), comenzó la celebración de las Vísperas, durante la que el Pontífice pronunció una homilía; ofrecemos a continuación algunos fragmentos:

“La Santísima Virgen (…) nos ha mostrado a Jesús y transmitido las grandezas que Dios ha hecho y hace con la humanidad. (…) Un signo decisivo de estas grandezas nos lo ofrece la lectura breve que hemos proclamado en estas Vísperas. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Cristo, pero, al condenarlo a muerte, dieron cumplimiento de hecho a las palabras de los profetas. Sí, la maldad y la ignorancia de los hombres no son capaces de frenar el plan divino de salvación, la redención. El mal no puede tanto. (…) No hay motivos, pues, para rendirse al despotismo del mal”.

“Esperaba con gran ilusión este encuentro con ustedes, Pastores de la Iglesia de Cristo que peregrina en México y en los diversos países de este gran Continente, como una ocasión para mirar juntos a Cristo (…). La situación actual de sus diócesis plantea ciertamente retos y dificultades de muy diversa índole. Pero, sabiendo que el Señor ha resucitado, podemos proseguir confiados, con la convicción de que el mal no tiene la última palabra de la historia, y que Dios es capaz de abrir nuevos espacios a una esperanza que no defrauda”. (…)

“Al ver en sus rostros el reflejo de las preocupaciones de la grey que apacientan, me vienen a la mente las Asambleas del Sínodo de los Obispos, en las que los participantes aplauden cuando intervienen quienes ejercen su ministerio en situaciones particularmente dolorosas para la vida y la misión de la Iglesia. Ese gesto brota de la fe en el Señor, y significa fraternidad en los trabajos apostólicos, así como gratitud y admiración por los que siembran el evangelio entre espinas, unas en forma de persecución, otras de marginación o menosprecio. Tampoco faltan preocupaciones por la carencia de medios y recursos humanos, o las trabas impuestas a la libertad de la Iglesia en el cumplimiento de su misión”.

“El Sucesor de Pedro participa de estos sentimientos y agradece su solicitud pastoral paciente y humilde. Ustedes no están solos (…). Todos estamos unidos en los padecimientos y en la consolación. Sepan que cuentan con un lugar destacado en la plegaria de quien recibió de Cristo el encargo de confirmar en la fe a sus hermanos, que les anima también en la misión de hacer que nuestro Señor Jesucristo sea cada vez más conocido, amado y seguido en estas tierras, sin dejarse amedrentar por las contrariedades”. (…)

“Las iniciativas que se realicen con motivo del Año de la fe deben estar encaminadas a conducir a los hombres hacia Cristo, cuya gracia les permitirá dejar las cadenas del pecado que los esclaviza y avanzar hacia la libertad auténtica y responsable. (…) En este sentido, les exhorto a seguir abriendo los tesoros del evangelio, a fin de que se conviertan en potencia de esperanza, libertad y salvación para todos los hombres”. (…)

“En el horizonte pastoral y evangelizador que se abre ante nosotros, es de capital relevancia cuidar con gran esmero de los seminaristas (...). No menos fundamental es la cercanía a los presbíteros, a los que nunca debe faltar la comprensión y el aliento de su Obispo y, si fuera necesario, también su paterna admonición sobre actitudes improcedentes. (…) Igualmente cabe decir de las diversas formas de vida consagrada, cuyos carismas han de ser valorados con gratitud y acompañados con responsabilidad y respeto al don recibido. Y una atención cada vez más especial se debe a los laicos más comprometidos en la catequesis, la animación litúrgica, la acción caritativa y el compromiso social. Su formación en la fe es crucial para hacer presente y fecundo el evangelio en la sociedad de hoy. Y no es justo que se sientan tratados como quienes apenas cuentan en la Iglesia, no obstante la ilusión que ponen en trabajar en ella según su propia vocación, y el gran sacrificio que a veces les supone esta dedicación. En todo esto, es particularmente importante para los Pastores que reine un espíritu de comunión entre sacerdotes, religiosos y laicos, evitando divisiones estériles, críticas y recelos nocivos”. (…)

“Estén del lado de quienes son marginados por la fuerza, el poder o una riqueza que ignora a quienes carecen de casi todo. La Iglesia no puede separar la alabanza de Dios del servicio a los hombres. El único Dios Padre y Creador es el que nos ha constituido hermanos: ser hombre es ser hermano y guardián del prójimo. (…) La Iglesia tiene que revivir y actualizar lo que fue Jesús: el Buen Samaritano, que viniendo de lejos se insertó en la historia de los hombres, nos levantó y se ocupó de nuestra curación”.

Después del discurso, el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez entregó al Papa el nuevo dispositivo para encender a distancia el nuevo sistema de iluminación del santuario de Cristo Rey.

LA IGLESIA EXHORTA A QUE LA ACTIVIDAD POLITICA SEA LABOR EN FAVOR DE LOS CIUDADANOS Y NO LUCHA DE PODER


Ciudad del Vaticano,25 de marzo de 2012 (VIS).- Después de la celebración de las Vísperas, el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, presidió una cena en el patio de la catedral en honor de los obispos mexicanos y latinoamericanos en la que participó el séquito papal.

El Secretario de Estado pronunció un discurso en que observó que la visita del Papa a México representaba “una ocasión de profunda alegría al ver cómo esta querida Nación ha abierto una vez más de par en par sus puertas al Sucesor de Pedro, manifestando así la grandeza de espíritu de sus hijos, su fina hospitalidad y la recia fe católica arraigada en ellos”.

A continuación recordó que este año se cumple el vigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede, subrayando que “tanto la Iglesia como el Estado tienen la común tarea, cada uno desde su misión específica, de salvaguardar y tutelar los derechos fundamentales de las personas”. Entre estos derechos destacó “la libertad del hombre para buscar la verdad y profesar las propias convicciones religiosas, tanto en privado como en público, lo cual ha de ser reconocido y garantizado por el ordenamiento jurídico”. “Es de desear que en México-agregó- este derecho fundamental se afiance cada vez más, conscientes de que este derecho va mucho más allá de la mera libertad de culto” porque “impregna todas las dimensiones de la persona humana, llamada a dar razón de su propia fe, y anunciarla y compartirla con otros, sin imponerla, como el don más preciado recibido de Dios”.

“También las funciones diplomáticas -dijo- deben radicarse en la promoción de esa gran causa común, a la que el cristianismo puede ofrecer una contribución válida, porque es 'una religión de libertad y de paz, y está al servicio del auténtico bien de la humanidad' . Por ello, la Iglesia no cesa de exhortar a todos, para que la actividad política sea una labor encomiable y abnegada en favor de los ciudadanos y no se convierta en una lucha de poder o una imposición de sistemas ideológicos rígidos, que tantas veces dan como resultado la radicalización de amplios sectores de la población”.

“En este sentido, los Obispos aquí presentes son exponentes del compromiso de la Iglesia católica en la hermosa labor de trabajar por el hombre, por quien Jesucristo dio la vida. En cada generación, ella ha escrito una página de esta historia de servicio a la humanidad. Unas líneas son obra de los santos, otras de los mártires. No han faltado en esta historia pastores audaces, religiosos ejemplares, jóvenes de voz profética, valerosos testigos de la caridad y fieles laicos que, a veces con gran sencillez, han tendido la mano y abierto su casa al hermano en necesidad. A través de múltiples expresiones, se ha querido desplegar la belleza del cristianismo para abrazar a todo hombre o mujer, sin mirar raza, lengua o clase social. A ello ha concurrido tanto la dimensión de fe hondamente profesada y celebrada, como se percibe en México y en toda Latinoamérica, como los más variados proyectos de solidaridad que han alentado a tantos a salir del egoísmo para ayudar en las necesidades sociales más básicas y urgentes. No podemos olvidar las iniciativas dirigidas a la promoción de los derechos de cada hombre y cada pueblo, la defensa de su libertad y el cultivo del arte y la cultura”.

“Si en esta misión ha habido alguna sombra -concluyó el cardenal-eso no empaña el esplendor del evangelio, siempre presente para purificar y alumbrar nuestro camino, que hoy pasa por esa revitalización de la fe a la que Su Santidad Benedicto XVI no se cansa de invitar.”

sábado, 24 de marzo de 2012

LA IGLESIA NO ES UN PODER POLÍTICO, SINO UNA REALIDAD MORAL DE LA PARTE DE LA LIBERTAD



Ciudad del Vaticano, 24 marzo 2012 (VIS).-Ayer por la mañana, antes de partir hacia México, Benedicto XVI fue saludado en el aeropuerto de Fiumicino por el Presidente del Consejo de Ministros italiano, Mario Monti. Durante el vuelo, se celebró la tradicional conferencia de prensa del Papa con los más de 70 periodistas acreditados, en la que se trataron numerosos temas de actualidad, desde el narcotráfico y la violencia en México hasta la situación social en Cuba y la nueva evangelización del continente latinoamericano.

El Pontífice destacó que en este viaje seguirá las huellas de Juan Pablo II, que estuvo en cinco ocasiones en México y una en Cuba, para continuar la obra comenzada por el Papa Beato. “Comparto las alegrías y las esperanzas, el luto y las dificultades del pueblo mexicano -dijo Benedicto XVI-. Voy para animar y aprender, para confirmar en la fe, en la esperanza y en la caridad, así como en el compromiso por el bien y en el esfuerzo de la lucha contra el mal. Esperemos que el Señor nos ayude”.

Un periodista mexicano preguntó cómo puede ayudar la Iglesia Católica a solucionar el problema del narcotráfico, que ha causado unos 50.000 muertos en los últimos cinco años. El Santo Padre respondió: “Conocemos bien toda la belleza de México, pero también este gran problema del narcotráfico y la violencia. Es ciertamente una gran responsabilidad para la Iglesia en un país donde el 80% de la población se profesa católica. Debemos hacer lo posible contra este mal destructor de la humanidad y de nuestra juventud. Diría que lo primero es anunciar a Dios: Dios el juez, Dios que nos ama pero nos pide que estemos con el bien y la verdad y contra el mal”.

Es una gran responsabilidad de la Iglesia educar las conciencias -continuó Benedicto XVI-, educar en la responsabilidad moral; y desenmascarar el mal, desenmascarar esta idolatría del dinero que esclaviza a los hombres, así como sus falsas promesas (…) Debemos saber que el hombre tiene necesidad del infinito. Si no hay Dios, lo sustituye creándose sus propios paraísos, una apariencia de infinitos que solamente puede ser mentira. Por eso es tan importante que Dios esté presente y sea accesible. (…) En este sentido la Iglesia puede desenmascarar el mal: haciendo presente la bondad de Dios, su verdad, el verdadero infinito. Este es el gran deber de la Iglesia”.

Una periodista mexicana observó que América Latina sigue siendo una región de enormes contrastes sociales, y que a veces parece que a la Iglesia Católica no se le aliente lo suficiente para comprometerse en este campo.

Naturalmente la Iglesia debe siempre preguntarse si se hace lo bastante por la justicia social en este gran continente -respondió el pontífice-. Es una cuestión de conciencia que debemos plantearnos constantemente (...) ¿Que debe hacer la Iglesia? ¿Que no puede y no debe hacer? La Iglesia no es un poder político, no es un partido, sino una realidad moral, un poder moral (…) Repito cuanto he dicho ya: el primer pensamiento de la Iglesia es educar las conciencias, y de ese modo crear la responsabilidad necesaria. Educar las conciencias sea en la ética individual que en la pública. En este sentido, quizás, haya carencias. En América Latina y en otros lugares, algunos católicos están aquejados de una especie de 'esquizofrenia' entre moral individual y pública (…) Hay que educar a superarla, educar no solamente a una moral individual, sino a una moral pública, y servirse para ello de la Doctrina Social de la Iglesia, porque, naturalmente, esta moral pública debe ser una moral racional, compartida también por los no creyentes, una moral de la razón. Efectivamente, nosotros, a la luz de la fe, podemos ver mejor tantas cosas que también la razón puede ver, pero la fe sirve también para liberar de los intereses falsos que oscurecen la razón y, así, crear con la doctrina social los modelos substanciales de la política y (…) superar esas divisiones”.

Otra periodista recordó las palabras de Juan Pablo II durante su viaje a Cuba: “Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”; y señaló que, en espera de la visita de Benedicto XVI a la isla, se habían alzado muchas voces de defensores de los derechos humanos.

El Papa reiteró su conformidad con las palabras de Juan Pablo II, “que siguen siendo actuales”, y afirmó que con Cuba hay “un camino de colaboración y de diálogo constructivo, largo y que requiere paciencia, pero que prosigue. Hoy es evidente que la ideología marxista, como fue concebida, ya no responde a la realidad (…) Para edificar una nueva sociedad hay que encontrar nuevos modelos, con paciencia y de forma constructiva. Queremos contribuir a este proceso que exige paciencia, pero también decisión, con espíritu de diálogo, para evitar traumas y encaminarnos a una sociedad fraterna para todo el pueblo. Es obvio que la Iglesia está siempre de la parte de la libertad: de la libertad de conciencia, de la libertad de la religión. En este sentido (…) contribuyen también los fieles a proseguir el camino”.

Por último, el Santo Padre respondió a una pregunta sobre la nueva evangelización en el continente latinoamericano a la luz de la Conferencia de Aparecida:

El camino de la nueva evangelización comenzó con el Concilio Vaticano II, era ésta fundamentalmente la intención del beato Juan XXIII, que subrayó también el beato Juan Pablo II. Su necesidad en un mundo que cambia se ha hecho aún más patente; el Evangelio debe expresarse con formas nuevas (...) En el mundo hay una situación común: la secularización, la ausencia de Dios y la dificultad de verlo como una realidad que nos concierne. En el contexto de la moderna racionalidad, podemos volver a descubrir a Dios como orientación fundamental de la vida y la esperanza, y de los valores sobre los que se asienta la sociedad (…) Creo que es muy importante anunciar que Dios corresponde a nuestra razón (…) Por otra parte, hay que tener en cuenta la realidad concreta. En América Latina, generalmente, se debe considerar que el cristianismo no ha sido tanto algo ligado a la razón como al corazón (…) Ahora bien, esta intuición del corazón debe ligarse con la racionalidad de la fe y con la profundidad de la fe que va más allá de la razón. No tenemos que perder el corazón, sino unir corazón y razón (…) solo así el ser humano es completo”.

BENEDICTO XVI EN MEXICO:PEREGRINO DE LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD


Ciudad del Vaticano, 24 de marzo 2012 (VIS).-Benedicto XVI llegó ayer, a las 16.30 hora local, (23,30 hora italiana) al aeropuerto internacional de Guanajuato, en León, donde fue recibido por el Presidente Federal de México, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, y por el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago. También estaban presentes diversas autoridades civiles, el cuerpo diplomático, varios obispos mexicanos, miles de fieles, un coro y un grupo de mariachis que cantaron para el Papa.

Después de los saludos a la bandera y de la ejecución de los himnos nacionales del Estado de la Ciudad del Vaticano y de México, tras escuchar el discurso del presidente federal, el Santo Padre pronunció sus primeras palabras en tierra mexicana.

Me siento muy feliz de estar aquí -dijo- y doy gracias a Dios por haberme permitido realizar el deseo, guardado en mi corazón desde hace mucho tiempo, de poder confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra. Es proverbial el fervor del pueblo mexicano con el Sucesor de Pedro, que lo tiene siempre muy presente en su oración. Lo digo en este lugar, considerado el centro geográfico de su territorio, al cual ya quiso venir desde su primer viaje mi venerado predecesor, el beato Juan Pablo II. Al no poder hacerlo, dejó en aquella ocasión un mensaje de aliento y bendición cuando sobrevolaba su espacio aéreo. Hoy me siento dichoso de hacerme eco de sus palabras, en suelo firme y entre ustedes: Agradezco -decía en su mensaje- el afecto al Papa y la fidelidad al Señor de los fieles del Bajío y de Guanajuato. Que Dios les acompañe siempre.”

Con esta breve visita -continuó el pontífice- deseo estrechar las manos de todos los mexicanos y abarcar a las naciones y pueblos latinoamericanos, bien representados aquí por tantos obispos, precisamente en este lugar en el que el majestuoso monumento a Cristo Rey, en el cerro del Cubilete, da muestra de la raigambre de la fe católica entre los mexicanos, que se acogen a su constante bendición en todas sus vicisitudes”.

México, y la mayoría de los pueblos latinoamericanos, han conmemorado el bicentenario de su independencia, o lo están haciendo en estos años. Muchas han sido las celebraciones religiosas para dar gracias a Dios por este momento tan importante y significativo. Y en ellas, como se hizo en la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, en Roma, en la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, se invocó con fervor a María Santísima, que hizo ver con dulzura cómo el Señor ama a todos y se entregó por ellos sin distinciones. Nuestra Madre del cielo ha seguido velando por la fe de sus hijos también en la formación de estas naciones, y lo sigue haciendo hoy ante los nuevos desafíos que se les presentan”.

Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida. Así podrán compartirla con los demás, como misioneros entre sus hermanos, y ser fermento en la sociedad, contribuyendo a una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la inigualable dignidad de toda persona humana, creada por Dios, y que ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar. Esta dignidad se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad”.

Como peregrino de la esperanza, les digo con san Pablo: 'No se entristezcan como los que no tienen esperanza'. La confianza en Dios ofrece la certeza de encontrarlo, de recibir su gracia, y en ello se basa la esperanza de quien cree. Y, sabiendo esto, se esfuerza en transformar también las estructuras y acontecimientos presentes poco gratos, que parecen inconmovibles e insuperables, ayudando a quien no encuentra en la vida sentido ni porvenir. Sí, la esperanza cambia la existencia concreta de cada hombre y cada mujer de manera real (...) Además, cuando arraiga en un pueblo, cuando se comparte, se difunde como la luz que despeja las tinieblas que ofuscan y atenazan. Este país, este Continente, está llamado a vivir la esperanza en Dios como una convicción profunda, convirtiéndola en una actitud del corazón y en un compromiso concreto de caminar juntos hacia un mundo mejor”.

Junto a la fe y la esperanza, el creyente en Cristo, y la Iglesia en su conjunto, vive y practica la caridad como elemento esencial de su misión. En su acepción primera, la caridad 'es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación' como es socorrer a los que padecen hambre, carecen de cobijo, están enfermos o necesitados en algún aspecto de su existencia. Nadie queda excluido por su origen o creencias de esta misión de la Iglesia, que no entra en competencia con otras iniciativas privadas o públicas, es más, ella colabora gustosa con quienes persiguen estos mismos fines. Tampoco pretende otra cosa que hacer de manera desinteresada y respetuosa el bien al menesteroso, a quien tantas veces lo que más le falta es precisamente una muestra de amor auténtico”.

En estos días pediré encarecidamente al Señor y a la Virgen de Guadalupe por este pueblo, para que haga honor a la fe recibida y a sus mejores tradiciones; y rezaré especialmente por quienes más lo precisan, particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia. Ya sé que estoy en un país orgulloso de su hospitalidad y deseoso de que nadie se sienta extraño en su tierra. Lo sé, lo sabía ya, pero ahora lo veo y lo siento muy dentro del corazón. Espero con toda mi alma que lo sientan también tantos mexicanos que viven fuera de su patria natal, pero que nunca la olvidan y desean verla crecer en la concordia y en un auténtico desarrollo integral”, concluyó el Santo Padre.

Finalizado el discurso, se trasladó en papamóvil al Colegio Santísima Virgen de Miraflores donde pernoctó.
Copyright © VIS - Vatican Information Service