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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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miércoles, 2 de enero de 2013

BENEDICTO XVI: "¿DE DÓNDE VIENE JESÚS?"

Ciudad del Vaticano, 2 de enero 2012 (VIS).- Durante la catequesis de la primera audiencia general del año 2013, celebrada en el Aula de Paulo VI con asistencia de 7.000 personas, el Santo Padre trató el tema de la Navidad, "una novedad tan radical capaz de cambiar el curso de la historia", y del origen de Jesús.

La Natividad del Señor, comentó el Santo Padre, "ilumina una vez más con su luz las tinieblas que a menudo rodean nuestro mundo y nuestros corazones, trayendo esperanza y alegría. ¿De dónde viene la luz? De la cueva de Belén, donde los pastores encontraron a "María y a José, y al Niño acostado en un pesebre". Frente a esta Sagrada Familia surge otra y más profunda pregunta: ¿cómo puede ese Niño pequeño y débil traer una novedad tan radical en el mundo que es capaz de cambiar el curso de la historia? ¿No hay algo misterioso en su origen, que va más allá de aquella cueva? "

"En los cuatro Evangelios está claro que la respuesta a la pregunta "de dónde" viene Jesús: su verdadero origen es el Padre, Él viene enteramente de Él, pero de una manera diferente a la de cualquier profeta o enviado de Dios que le precedió. Este origen en el misterio de Dios, "que nadie conoce", ya está contenido en los relatos de la infancia de los Evangelios de Mateo y Lucas, que estamos leyendo en este tiempo de Navidad. El ángel Gabriel anuncia: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá Santo será llamado Hijo de Dios".

"Repetimos estas palabras cada vez que rezamos el Credo, la profesión de fe: "et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine", "y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen". En esta frase nos arrodillamos porque el velo que ocultaba Dios es, por así decirlo, abierto y su misterio insondable e inaccesible nos conmueve: Dios se hace el Emmanuel, "Dios con nosotros". "Cuando escuchamos las Misas compuestas por los grandes maestros de la música sacra, pienso por ejemplo, en la Misa de la Coronación de Mozart, de inmediato notamos cómo se detienen especialmente en esta frase, casi queriendo tratar de expresar con el lenguaje universal de la música lo que las palabras no pueden manifestar: el gran misterio de Dios que se encarna, se hace hombre".

"Esta afirmación del Credo no hace referencia al ser eterno de Dios, sino que nos habla de una acción en la que toman parte las tres Personas divinas, y que se realiza "ex Maria Virgine". Sin ella, la entrada de Dios en la historia de la humanidad no habría llegado a su fin, y no hubiera tenido lugar aquello que es central en nuestra Profesión de fe: Dios es un Dios con nosotros. Así María pertenece en modo irrenunciable a nuestra fe en el Dios que actúa, que entra en la historia. Ella ofrece toda su persona, "acepta" convertirse en el lugar de la morada de Dios".

"A veces, incluso en el camino y la vida de la fe podemos sentir nuestra pobreza, nuestra incapacidad ante el testimonio que debemos ofrecer al mundo. Pero Dios eligió precisamente una humilde mujer, en un pueblo desconocido, en una de las provincias más lejanas del gran Imperio Romano. Siempre, aun en medio de las dificultades más arduas que hay que afrontar, debemos confiar en Dios, renovando la fe en su presencia y acción en nuestra historia, como en la de María. ¡Para Dios no hay nada imposible! Con Él nuestra existencia camina siempre en terreno seguro y está abierta a un futuro de esperanza firme".

"Lo que sucede en María, a través de la acción del mismo Espíritu Santo, es una nueva creación: Dios que ha llamado el ser de la nada, con la Encarnación da vida a un nuevo inicio de la humanidad. Los Padres de la Iglesia repetidamente hablan de Cristo como del nuevo Adán, para subrayar el comienzo de la nueva creación con el nacimiento del Hijo de Dios en el seno de la Virgen María. Esto nos hace pensar en cómo la fe supone también en nosotros una novedad tan fuerte como para producir un segundo nacimiento. De hecho, al inicio del ser cristiano está el bautismo que nos hace renacer como hijos de Dios, nos hace participar en la relación filial que Jesús tiene con el Padre. Y me gustaría señalar que el Bautismo se recibe, nosotros "somos bautizados" -es un pasivo- porque nadie es capaz de convertirse en hijo de Dios por sí mismo: es un don que viene conferido gratuitamente (...) Sólo si nos abrimos a la acción de Dios, como María, sólo si confiamos nuestra vida al Señor como a un amigo en quien confiamos totalmente, todo cambia, nuestra vida adquiere un nuevo sentido y un nuevo rostro: el de los hijos de un Padre que nos ama y nunca nos abandona".

"Hay otro elemento en las palabras de la Anunciación. El ángel dice a María: "El poder del Altísimo te cubrirá con su sombra". Es un recordatorio de la nube santa, que, durante el viaje del Éxodo, se detenía sobre la tienda de la reunión, sobre el arca de la alianza, que el pueblo de Israel llevaba consigo, y que indicaba la presencia de Dios. María es el nueva tienda santa, la nueva arca de la alianza: con su "sí" a las palabras del arcángel, Dios recibe un hogar en este mundo. Aquel que el universo no puede contener ha venido a morar en el seno de una virgen".

"Volvamos a la pregunta con la que comenzamos, la del origen de Jesús, sintetizada por la pregunta de Pilato: "¿De dónde eres tú?" De nuestras reflexiones aparece claro, desde el principio de los Evangelios, cuál es el verdadero origen de Jesús: Él es el Hijo Unigénito del Padre, viene de Dios. Estamos en frente del gran y desconcertante misterio que celebramos en este tiempo de Navidad: el Hijo de Dios, el Espíritu Santo, se encarnó en el seno de la Virgen María. Y este es un anuncio que resuena siempre nuevo y que lleva en sí mismo esperanza y alegría a nuestros corazones, porque cada vez nos da la certeza de que, a pesar de que a menudo nos sentimos débiles, pobres, incapaces de hacer frente a las dificultades y al mal del mundo, el poder de Dios actúa siempre y obra maravillas precisamente en la debilidad. Su gracia es nuestra fuerza ".

BENEDICTO XVI: EN NUESTRA VIDA TENEMOS LA SEGURIDAD DEL NIÑO EN BRAZOS DE UN PADRE BUENO Y OMNIPOTENTE

Ciudad del Vaticano, 1 enero 2013 (VIS).-Este martes, solemnidad de Santa María Madre de Dios y octava de Navidad, el Santo Padre ha presidido la Misa en la Basílica Vaticana. Concelebraron los cardenales Tarcisio Bertone y Peter Kodwo Appiah Turkson, respectivamente secretario de Estado y presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz; los arzobispos Giovanni Angelo Becciu -sustituto de la Secretaría de Estado-, Dominique Mamberti -secretario para las Relaciones con los Estados-, además del obispo Mario Toso, S.D.B, secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz y el arzobispo Beniamino Stella, presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica. Hoy también se celebra la XLVI Jornada Mundial de la Paz,cuyo tema es "Bienaventurados sean los artífices de paz".

Ofrecemos a continuación extractos de la homilía pronunciada por el Papa Benedicto XVI:

"A pesar de que el mundo está todavía lamentablemente marcado por "focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado", así como por distintas formas de terrorismo y criminalidad, estoy persuadido de que "las numerosas iniciativas de paz que enriquecen el mundo atestiguan la vocación innata de la humanidad hacia la paz. El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide en cierto modo con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda… El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios. Todo esto me ha llevado a inspirarme para este mensaje en las palabras de Jesucristo: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mensaje, 1). Esta bienaventuranza "dice que la paz es al mismo tiempo un don mesiánico y una obra humana …Se trata de paz con Dios viviendo según su voluntad. Paz interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación" (ibíd., 2 y 3). Sí, la paz es el bien por excelencia que hay que pedir como don de Dios y, al mismo tiempo, construir con todas las fuerzas.

"Podemos preguntarnos: ¿Cuál es el fundamento, el origen, la raíz de esta paz? ¿Cómo podemos sentir la paz en nosotros, a pesar de los problemas, las oscuridades, las angustias? La respuesta la tenemos en las lecturas de la liturgia de hoy. Los textos bíblicos, sobre todo el evangelio de san Lucas que se ha proclamado hace poco, nos proponen contemplar la paz interior de María, la Madre de Jesús. A ella, durante los días en los que "dio a luz a su hijo primogénito", le sucedieron muchos acontecimientos imprevistos: no solo el nacimiento del Hijo, sino que antes un extenuante viaje desde Nazaret a Belén, el no encontrar sitio en la posada, la búsqueda de un refugio para la noche; y después el canto de los ángeles, la visita inesperada de los pastores. En todo esto, sin embargo, María no pierde la calma, no se inquieta, no se siente aturdida por los sucesos que la superan; simplemente considera en silencio cuanto sucede, lo custodia en su memoria y en su corazón, reflexionando sobre eso con calma y serenidad. Es esta la paz interior que nos gustaría tener en medio de los acontecimientos a veces turbulentos y confusos de la historia, acontecimientos cuyo sentido no captamos con frecuencia y nos desconciertan".

"Queridos hermanos, aquí está el fundamento de nuestra paz: la certeza de contemplar en Jesucristo el esplendor del rostro de Dios Padre, de ser hijos en el Hijo, y de tener así, en el camino de nuestra vida, la misma seguridad que el niño experimenta en los brazos de un padre bueno y omnipotente. El esplendor del rostro del Señor sobre nosotros, que nos da paz, es la manifestación de su paternidad; el Señor vuelve su rostro sobre nosotros, se manifiesta como Padre y nos da paz. Aquí está el principio de esa paz profunda -"paz con Dios"- que está unida indisolublemente a la fe y a la gracia, como escribe san Pablo a los cristianos de Roma. No hay nada que pueda quitar a los creyentes esta paz, ni siquiera las dificultades y sufrimientos de la vida. En efecto, los sufrimientos, las pruebas y las oscuridades no debilitan sino que fortalecen nuestra esperanza, una esperanza que no defrauda porque "el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado".

"Que la Virgen María, a la que hoy veneramos con el título de Madre de Dios, nos ayude a contemplar el rostro de Jesús, Príncipe de la Paz. Que nos sostenga y acompañe en este año nuevo; que obtenga para nosotros y el mundo entero el don de la paz. Amén."

LA LUZ DE DIOS, BENDICION PARA LA HUMANIDAD

Ciudad del Vaticano, 1 enero 2013 (VIS).-Al terminar la celebración de la Santa Misa en la solemnidad de Santa María Madre de Dios, el Papa Benedicto XVI se ha asomado a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Angelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes del rezo de la oración mariana, el Pontífice les ha dirigido unas palabras:

"Feliz Año Nuevo a todos! En este primer día de 2013 me gustaría hacer llegar a cada hombre y cada mujer del mundo la bendición de Dios. Lo hago con la vieja fórmula contenida en la Sagrada Escritura: "El Señor te bendiga y te guarde. El Señor haga brillar su rostro sobre ti y te conceda su gracia. El Señor alce su rostro hacia ti y te conceda la paz".

"Tal como la luz y el calor del sol son una bendición para la tierra, así la luz de Dios lo es para la humanidad, cuando Él hace resplandecer sobre ella su rostro. ¡Y esto sucedió con el nacimiento de Jesucristo! Dios ha hecho resplandecer su rostro para nosotros: al principio de una manera muy humilde, escondido -en Belén, sólo María y José y algunos pastores fueron testigos de esta revelación-, pero poco a poco, al igual que el sol que del alba llega al mediodía, la luz de Cristo ha crecido y extendido por todas partes. Incluso en el breve tiempo de su vida terrena, Jesús de Nazaret hizo resplandecer el rostro de Dios sobre la Tierra Santa, y luego, a través de la Iglesia animada por su Espíritu, extendió a todos los pueblos el Evangelio de la paz. "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en los que Él se complace". Éste es el canto de los ángeles en la Navidad, y es el canto de los cristianos bajo todos los cielos, un canto que de los corazones y los labios pasa a gestos concretos, las acciones del amor que construyen diálogo, comprensión y reconciliación".

"Por esto, ocho días después de Navidad, cuando la Iglesia, como la Virgen Madre María, muestra al mundo el recién nacido Niño Jesús, Príncipe de la Paz, se celebra la Jornada Mundial de la Paz. Sí, ese Niño, que es el Verbo de Dios hecho carne, vino a traer a los hombres una paz que el mundo no puede dar. Su misión es derribar el "muro que los separaba, la enemistad". Y cuando, a orillas del Mar de Galilea, Él proclama su "Bienaventuranzas", entre ellas está "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios". ¿Quiénes son los operadores de paz? Son todos aquellos que, día a día, tratan de vencer el mal con el bien, con la fuerza de la verdad, con las armas de la oración y el perdón, con el trabajo honrado y bien hecho, con la investigación científica al servicio de la vida, con las obras de misericordia corporales y espirituales. Los operadores de paz son muchos, pero no hacen ruido. Como la levadura en la masa, hacen crecer la humanidad según el plan de Dios."

"En este primer Ángelus del nuevo año, pidamos a la Santísima Virgen María, Madre de Dios, que nos bendiga, como una mamá bendice a sus hijos que deben partir para un viaje. Un año nuevo es como un viaje: con la luz y la gracia de Dios, que sea un camino hacia la paz para todas las personas y todas las familias, para todos los países y para el mundo entero."

TE DEUM: EL CRISTIANO ES HOMBRE DE ESPERANZA INCLUSO ANTE LAS TINIEBLAS QUE EXISTEN EN EL MUNDO

Ciudad del Vaticano, 31 de diciembre 2012 (VIS).-El Santo Padre presidió el lunes a las 17.00, en la Basílica Vaticana, las primeras Vísperas de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Siguieron la exposición del Santísimo Sacramento, el canto del tradicional himno 'Te Deum' en acción de gracias por la conclusión del año civil, y la bendición eucarística.

"No podemos detenernos sólo en las noticias si queremos entender el mundo y la vida; tenemos que ser capaces de permanecer en silencio y en meditación, en reflexión silenciosa y prolongada, tenemos que ser capaces de detenernos para pensar. De esta manera, nuestro ánimo puede encontrar la curación de las inevitables heridas de la vida diaria, puede profundizar en los acontecimientos que suceden en nuestras vidas y en el mundo, y llegar a aquella sabiduría que le permite valorar las cosas con ojos nuevos. Sobre todo en el recogimiento de la conciencia, donde Dios nos habla, aprendemos a mirar con verdad las propias acciones, incluso el mal presente en nosotros y alrededor de nosotros, para iniciar un camino de conversión que nos haga más sabios y mejores, más capaces de generar solidaridad y comunión, de vencer el mal con el bien. El cristiano es un hombre de esperanza, incluso y sobre todo delante de las tinieblas que a menudo existen en el mundo y que no dependen del proyecto de Dios, sino de las decisiones equivocadas del hombre, porque sabe que el poder de la fe mueve montañas, el Señor puede iluminar incluso la más profunda oscuridad".

El Año de la Fe que la Iglesia vive, prosiguió el Pontífice, "quiere suscitar en el corazón de cada creyente una mayor conciencia de que el encuentro con Cristo es la fuente de la verdadera vida y de una esperanza sólida. La fe en Jesús permite una renovación constante en el bien y la capacidad de salir de las arenas movedizas del pecado y volver a empezar. En el Verbo hecho carne es posible, siempre de nuevo, encontrar la verdadera identidad del hombre, que se descubre destinatario del amor infinito de Dios y llamado a la comunión personal con Él. Esta verdad, que Jesucristo vino a revelar, es la certeza que nos impulsa a mirar con confianza el año que vamos a comenzar".

"La Iglesia, que ha recibido de su Señor la misión de evangelizar, sabe bien que el Evangelio está destinado a todas las personas, especialmente a las nuevas generaciones, para saciar esa sed de verdad que cada uno lleva en su corazón y que a menudo resulta ofuscada por tantas cosas que ocupan la vida. Este compromiso apostólico es tanto más necesario cuando la fe corre el peligro de resultar oscurecida en contextos culturales que obstaculizan el enraizamiento personal y la presencia social. También Roma es una ciudad en la que la fe cristiana debe ser proclamada siempre de nuevo y testimoniada de una manera creíble. Por un lado, el creciente número de creyentes de otras religiones, la dificultad de las comunidades parroquiales para acercarse a los jóvenes, la difusión de estilos de vida marcados por el individualismo y el relativismo moral, por otro lado, muchas personas en busca de un significado para su existencia y una esperanza que no defrauda, no pueden dejarnos indiferentes. Al igual que el apóstol Pablo, ¡todos los fieles de esta ciudad deben sentirse deudores del Evangelio ante los demás habitantes!"

El Papa terminó su homilía animando a que después del bautismo de sus hijos, "se acompañe a los padres para que mantengan viva la llama de la fe", y que se construya "una relación de cordial amistad con los fieles, que después de haber bautizado a sus hijos, distraídos por las urgencias de la vida diaria, no muestran gran interés: podrán experimentar el cariño de la Iglesia, que como madre premurosa, se pone a su lado para favorecer su vida espiritual".

Al final de la ceremonia, Benedicto XVI visitó el Belén instalado junto al obelisco situado en el centro de la plaza de San Pedro.

LA FE ES UN DON PRECIOSO QUE HAY QUE ALIMENTAR EN LOS HIJOS

Ciudad del Vaticano, 30 de diciembre 2012 (VIS).- A mediodía del domingo, fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, el Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

La preocupación de María y José por Jesús, dijo Benedicto XVI, "es la misma de cada padre que educa a un hijo, lo introduce a la vida y a la comprensión de la realidad. Hoy hace falta una especial oración al Señor por todas las familias del mundo. Imitando a la Sagrada Familia de Nazaret, los padres deben preocuparse seriamente por el desarrollo y la educación de sus hijos, para que maduren como hombres responsables y ciudadanos honrados, sin olvidar nunca que la fe es un don precioso que hay que alimentar en los hijos, también con el ejemplo personal. Al mismo tiempo, recemos para que cada niño sea acogido como un don de Dios, sostenido por el amor del padre y de la madre para que pueda crecer como el Señor Jesús "en sabiduría, edad y gracia ante Dios y ante los hombres". El amor, la fidelidad y la dedicación de María y José sirvan de ejemplo para todas los esposos cristianas, que no son los amigos o los dueños de la vida de sus hijos, sino más bien los guardianes de este don incomparable de Dios".

"El silencio de José, hombre justo, y el ejemplo de María, que guardaba todas las cosas en su corazón, nos haga entrar en el misterio lleno de fe y de humanidad de la Sagrada Familia. Deseo a todas las familias cristianas vivir en la presencia de Dios con el mismo amor y la misma alegría de la familia de Jesús, María y José".

Saludando a los peregrinos de lengua española, el Santo Padre se dirigió también "a los numerosos participantes en la Eucaristía que se celebra en Madrid en esta Fiesta de la Sagrada Familia. Que Jesús, María y José sean un ejemplo de la fe que hace brillar el amor y fortalece la vida de los hogares. Por su intercesión, pidamos que la familia siga siendo un don precioso para cada uno de sus miembros y una esperanza firme para toda la humanidad. Y que el júbilo de compartir la vida al amparo de Dios, que aprendimos de niños de labios de nuestros padres, nos impulse a hacer del mundo un verdadero hogar, un espacio de concordia, solidaridad y respeto mutuo. Con ese propósito, acudimos a María, nuestra Madre del cielo, para que acompañe a las familias en su vocación de ser una forma entrañable de iglesia doméstica y célula originaria de la sociedad."

A LOS JÓVENES DE TAIZÉ: SED PORTADORES DE UNIDAD

Ciudad del Vaticano, 29 de diciembre 2012 (VIS).-Esta tarde en la Plaza de San Pedro,ante más de 30.000 personas, Benedicto XVI ha rezado con los participantes en el XXXV Encuentro europeo de los Jóvenes de Taizé, que tiene lugar en la capital italiana. Numerosas familias han hospedado a los jóvenes acudidos a Roma con esta ocasión. La oración se ha desarrollado según las modalidades típicas de la comunidad de Taizé. Después del saludo de Frère Alois, prior de de Taizé, el Santo Padre ha dirigido un saludo a los jóvenes en diversos idiomas.

Habéis llegado en gran número, procedentes de toda Europa y de otros continentes, para rezar ante las tumbas de los apóstoles san Pedro y san Pablo -ha dicho- (...) La fe que motivaba a estos dos grandes apóstoles de Jesús es también la que os ha puesto en camino. Durante el año que está a punto de comenzar, os proponéis abrir las fuentes de la confianza en Dios para vivir cada día. Me alegro de que así llevéis a cabo , la intención del Año de la fe inaugurado en el mes de octubre”.

El Papa ha recordado que hace algo más de setenta años Frére Roger estableció la Comunidad de Taizé a la que acuden miles de jóvenes de todo el mundo para “hallar el sentido de sus vidas”. Precisamente para ayudarles en su “viaje hacia Cristo”, Frére Roger instituyó la llamada “peregrinación de confianza en la tierra”.

Testigo incansable del Evangelio de la paz y la reconciliación, ardientemente comprometido en un ecumenismo de la santidad, Frére Roger -ha subrayado el Santo Padre- impulsaba a todos los que pasaban por Taizé a ser buscadores de comunión. Tendríamos que inspirarnos en su ecumenismo vivido espiritualmente y dejarnos guiar por su testimonio hacia un ecumenismo realmente interiorizado y espiritualizado. Ojala que siguiendo su ejemplo, todos seáis portadores de este mensaje de unidad. Os aseguro el compromiso irrevocable de la Iglesia católica para seguir buscando los caminos de la reconciliación que llevan a la unidad visible de los cristianos. Y así, esta noche saludo con afecto especial aquellos de vosotros que son ortodoxos o protestantes”.

Hoy Cristo os hace la pregunta que dirigió a sus discípulos: "¿Quién soy yo para vosotros?” (...) y desea recibir de cada uno de vosotros una respuesta que viene no de la obligación o del miedo, sino de vuestra libertad profunda. Si respondéis a esta pregunta vuestra vida encontrará su pleno sentido (...) La Palabra dice la segunda carta de Pedro, es "como una antorcha que alumbra en lugar oscuro", que hacéis muy bien en mirar “hasta que despunte el día y el lucero de la mañana se encienda en vuestros corazones" . Pero sabéis también que si ese lucero tiene que encenderse es que no está siempre allí. A veces, el mal y el sufrimiento de los inocentes os llevan a la duda y la confusión. Y el sí a Cristo puede llegar a ser difícil. ¡Pero la duda no os hace incrédulos! Jesús no rechazó al hombre del Evangelio, que exclamaba: "¡Creo, Señor! Ayuda mi incredulidad! “, ha concluido el Santo Padre.

TELEGRAMA DEL PAPA AL CARDENAL GIOVANNI BATTISTA RE

Ciudad del Vaticano, 29 diciembre 2012 (VIS).-Benedicto XVI ha enviado un telegrama de pésame al cardenal Giovanni Battista Re, prefecto emérito de la Congregación para los Obispos, con motivo del fallecimiento de su padre, Matteo Re, a la edad de 104 años.

En el texto el Papa manifiesta su cercanía a la familia del purpurado e invoca para todos la luz de la fe y la esperanza en Cristo.

ACTOS PONTIFICIOS

Ciudad del Vaticano, 31 diciembre 2012 (VIS).-El Santo Padre:

-Ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Ciudad Quesada (Costa Rica), presentada por el obispo Oswaldo Brenes Álvarez, en conformidad con el canon 401, párrafo 2, del Código de Derecho Canónico.

-Ha nombrado monseñor Egidio Turnaturi y el doctor Riccardo Turrini Vita, jueces del Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

El sábado 29 de diciembre el Santo Padre:

-Ha nombrado al reverendo William Goth como arzobispo coadjutor de Singapur (superficie 699; población 5.000.000; católicos 190.000; sacerdotes -131; religiosos 152) en Singapur. El arzobispo electo nació en 1957 en Singapur; fue ordenado sacerdote en 1985; es licenciado en Teología en la Universidad Gregoriana de Roma y desde su ordenación ha sido vicario parroquial, párroco, profesor, formador y rector del Seminario Mayor de Singapur, cargo que desempeñaba actualmente.

-Ha erigido las diócesis de Gboko y Katsina-Ala (Nigeria) con territorio desmembrado de la diócesis de Makurdi, haciéndolas sufragáneas de la archidiócesis de Abuja.

-Ha nombrado al obispo William Aveniya, hasta ahora auxiliar de Makurdi (Nigeria) como primer obispo de Gboko (superficie 10.692; población 1.690.000; católicos 896.860; sacerdotes 80; religiosos 29) en Nigeria.

-Ha nombrado al reverendo Peter Iornzuul Adoboh, como primer obispo de Katsina-Ala (superficie 6.465; población 676.000; católicos 338.497; sacerdotes 32; religiosas 8) en Nigeria. El obispo electo nació en 1958 en Tse-Kucha (Nigeria); fue ordenado sacerdote en 1984. Ha estudiado Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de San Agustín en Jos (Nigeria) y Espiritualidad en el Instituto de San Anselmo (Inglaterra) y en la Escuela de Teología de Toronto (Canadá). Desde su ordenación ha sido vicario parroquial, profesor y director espiritual en el Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino en Makurdi (Nigeria); párroco y decano del decanato de Adikpo (Nigeria), cargo que desempeñaba actualmente.
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