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domingo, 30 de noviembre de 2014

Misa en la catedral del Espíritu Santo: La Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo cuando no pretende regularlo ni domesticarlo


Ciudad del Vaticano, 30 de noviembre 2014(VIS).-A primera hora de la tarde de ayer el Papa Francisco se desplazó a la catedral latina del Espíritu Santo, abierta al culto en 1846 y en cuyo patio se encuentra una estatua de Benedicto XV, erigida por los turcos en 1919, todavía en vida del Papa, para agradecerle su compromiso en favor de la víctimas turcas de la Primera Guerra Mundial, que lleva la frase: ''Al gran Pontífice de la tragedia mundial, Benedicto XV, benefactor de los pueblos sin distinción de nacionalidad o religión, en señal de agradecimiento, el Oriente''. Durante su pontificado tuvieron lugar en el Imperio Otomano las masacres de cristianos armenios y Benedicto XV utilizó todos los medios de que disponía: la palabra, la ayuda humanitaria y la actividad diplomática.

El Papa Francisco celebró allí una misa de carácter inter-ritual con oraciones en armenio, turco, arameo (rito caldeo), sirio-turco, italiano, francés, inglés y español, en la que estuvieron presentes el Patriarca Ecuménico Bartolomé I; el Patriarca Siro Católico Ignacio III Youna, el Vicario patriarcal armenio apostólico de Estambul, arzobispo Aram Ateshian, el Metropolitano siro-ortodoxo de Estambul Filuksinos Yusf Cetin y otros representantes de varias confesiones evangélicas.

''En el Evangelio -explicó el Santo Padre en la homilía- Jesús se presenta al hombre sediento de salvación como la fuente a la que acudir, la roca de la que el Padre hace surgir ríos de agua viva para todos los que creen en él Con esta profecía, proclamada públicamente en Jerusalén, Jesús anuncia el don del Espíritu Santo que recibirán sus discípulos después de su glorificación, es decir, su muerte y resurrección El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. Él da la vida, suscita los diferentes carismas que enriquecen al Pueblo de Dios y, sobre todo, crea la unidad entre los creyentes: de muchos, hace un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Toda la vida y la misión de la Iglesia dependen del Espíritu Santo; él realiza todas las cosas''.

La misma profesión de fe, como nos recuerda san Pablo en la primera Lectura de hoy, ''sólo es posible porque es sugerida por el Espíritu Santo: ''Nadie puede decir: “¡Jesús es el Señor!”, sino por el Espíritu Santo'' Cuando rezamos, es porque el Espíritu Santo inspira en nosotros la oración en el corazón. Cuando rompemos el cerco de nuestro egoísmo, salimos de nosotros mismos y nos acercamos a los demás para encontrarlos, escucharlos, ayudarlos, es el Espíritu de Dios que nos ha impulsado. Cuando descubrimos en nosotros una extraña capacidad de perdonar, de amar a quien no nos quiere, es el Espíritu el que nos ha impregnado. Cuando vamos más allá de las palabras de conveniencia y nos dirigimos a los hermanos con esa ternura que hace arder el corazón, hemos sido sin duda tocados por el Espíritu Santo''.

''Es verdad -aseveró el Pontífice- el Espíritu Santo suscita los diferentes carismas en la Iglesia; en apariencia, esto parece crear desorden, pero en realidad, bajo su guía, es una inmensa riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa uniformidad. Sólo el Espíritu Santo puede suscitar la diversidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, producir la unidad. Cuando somos nosotros quienes deseamos crear la diversidad, y nos encerramos en nuestros particularismos y exclusivismos, provocamos la división; y cuando queremos hacer la unidad según nuestros planes humanos, terminamos implantando la uniformidad y la homogeneidad. Por el contrario, si nos dejamos guiar por el Espíritu, la riqueza, la variedad, la diversidad nunca crean conflicto, porque él nos impulsa a vivir la variedad en la comunión de la Iglesia''.

Los diversos miembros y carismas ''tienen su principio armonizador en el Espíritu de Cristo, que el Padre ha enviado y sigue enviando, para edificar la unidad entre los creyentes. El Espíritu Santo hace la unidad de la Iglesia: unidad en la fe, unidad en la caridad, unidad en la cohesión interior. La Iglesia y las Iglesias están llamadas a dejarse guiar por el Espíritu Santo, adoptando una actitud de apertura, docilidad y obediencia.Es él el que armoniza la Iglesia. Me viene a la mente aquella bella palabra de san Basilio, el Grande: ''Ipse harmonia est'', él mismo es la armonía''.


''Es una visión de esperanza, pero al mismo tiempo fatigosa -constató Francisco- pues siempre tenemos la tentación de poner resistencia al Espíritu Santo, porque trastorna, porque remueve, hace caminar, impulsa a la Iglesia a seguir adelante. Y siempre es más fácil y cómodo instalarse en las propias posiciones estáticas e inamovibles. En realidad, la Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo en la medida en que no pretende regularlo ni domesticarlo. Y también la Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo cuando deja de lado la tentación de mirarse a sí misma.Y nosotros, los cristianos, nos convertimos en auténticos discípulos misioneros, capaces de interpelar las conciencias, si abandonamos un estilo defensivo para dejarnos conducir por el Espíritu. Él es frescura, fantasía, novedad''.

Así, nuestras defensas pueden manifestarse ''en una confianza excesiva en nuestras ideas, nuestras fuerzas – pero así se deriva hacia el pelagianismo –, o en una actitud de ambición y vanidad. Estos mecanismos de defensa nos impiden comprender verdaderamente a los demás y estar abiertos a un diálogo sincero con ellos. Pero la Iglesia que surge en Pentecostés recibe en custodia el fuego del Espíritu Santo, que no llena tanto la mente de ideas, sino que hace arder el corazón; es investida por el viento del Espíritu que no transmite un poder, sino que dispone para un servicio de amor, un lenguaje que todos pueden entender. En nuestro camino de fe y de vida fraterna, cuanto más nos dejemos guiar con humildad por el Espíritu del Señor, tanto mejor superaremos las incomprensiones, las divisiones y las controversias, y seremos signo creíble de unidad y de paz. Signo creíble de que Nuestro Señor ha resucitado, está vivo''.

El Papa abrazó ''con esta gozosa certeza'' a todos los participantes en la misa y expresó su reconocimiento por el ''gesto fraterno'' de los representantes protestantes que rezaron con los fieles católicos. También saludó al Patriarca Armenio Apostólico, Mesrob II, que no pudo asistir a la celebración.


''Hermanos y hermanas -finalizó- dirijámonos a la Virgen María, la Santa Madre de Dios. Junto a ella, que oraba en el cenáculo con los Apóstoles en espera de Pentecostés, roguemos al Señor para que envíe su Santo Espíritu a nuestros corazones y nos haga testigos de su Evangelio en todo el mundo''.

Oración en el Patriarcado Ecuménico: Hermanos en la esperanza de Jesús resucitado


Ciudad del Vaticano, 30 de noviembre (VIS).-Después de celebrar la santa misa en la catedral del Espíritu Santo, Francisco se desplazó a media tarde a la sede del Patriarcado Ecuménico en el Phanar, el centro mundial de la Ortodoxia.

La Iglesia Ortodoxa cuenta con unos 300 millones de fieles, presentes sobre todo en Europa Oriental y septentrional, a lo largo de las costas del nordeste del Mediterráneo y en Oriente Medio. Consta de diversas Iglesias Patriarcales que mantiene su autonomía, si bien estén unidas entre sí en espíritu de fe. El Patriarcado Ecuménico es el ''primus inter pares'', con respecto a los otros patriarcados de la Ortodoxia y el primado de Constantinopla encarna canónicamente la la unidad de la Ortodoxia y coordina sus actividades. Su jurisdicción eclesiástica comprende, además de Estambul, cuatro diócesis turcas, el Monte Athos, Creta, Patmos y las islas del Dodecaneso y, como consecuencia de diversas emigraciones, diócesis en Europa Central y Occidental, en las Américas, en Pakistán y Japón. Por ultimo es el punto de referencia para los ortodoxos de todo el mundo en los territorios no sujetos a la jurisdicción directa de los otros patriarcados ortodoxos. Su sede estuvo durante siglos al lado de la catedral de Santa Sofía. Tras la caída de Constantinopla en el 1453, se trasladó y desde 1601 se encuentra en el barrio de Fanar. El Patriarca Ecuménico es Su Santidad Bartolomé I cuyo compromiso en favor de la cooperación inter-ortodoxa y del diálogo ecuménico es muy conocido, como lo es también su interés por la defensa del medio ambiente, hasta el punto de haberle valido el nombre de ''Patriarca verde''.

El Papa fue recibido por el Patriarca en la iglesia de San Jorge donde tuvo lugar una oración ecuménica en la que ambos rezaron por la unidad de las Santas Iglesias de Dios. Tras escuchar el discurso de Bartolomé I, tomó la palabra Francisco:

''El atardecer - dijo- trae siempre un doble sentimiento, el de gratitud por el día vivido y el de la ansiada confianza ante el caer de la noche. Esta tarde mí corazón está colmado de gratitud a Dios, que me ha concedido estar aquí para rezar junto con Vuestra Santidad y con esta Iglesia hermana, al término de una intensa jornada de visita apostólica; y, al mismo tiempo, mi corazón está a la espera del día que litúrgicamente hemos comenzado: la fiesta de San Andrés Apóstol, que es el Patrono y fundador de esta Iglesia. En esta oración vespertina, a través de las palabras del profeta Zacarías, el Señor nos ha dado una vez más el fundamento que está a la base de nuestro avanzar entre un hoy y un mañana, la roca firme sobre la que podemos mover juntos nuestros pasos con alegría y esperanza; este fundamento rocoso es la promesa del Señor: ''Aquí estoy yo para salvar a mi pueblo de Oriente a Occidente... en fidelidad y justicia''.

''Sí, venerado y querido Hermano Bartolomé, mientras expreso mi sentido ''gracias'' por su acogida fraterna, siento que nuestra alegría es más grande porque la fuente está más allá; no está en nosotros, no en nuestro compromiso y en nuestros esfuerzos, que también deben hacerse, sino en la común confianza en la fidelidad de Dios, que pone el fundamento para la reconstrucción de su templo que es la Iglesia. ''¡He aquí la semilla de la paz!''; ¡he aquí la semilla de la alegría! Esa paz y esa alegría que el mundo no puede dar, pero que el Señor Jesús ha prometido a sus discípulos, y se la ha entregado como Resucitado, en el poder del Espíritu Santo''.

''Andrés y Pedro han escuchado esta promesa, han recibido este don. Eran hermanos de sangre, pero el encuentro con Cristo los ha transformado en hermanos en la fe y en la caridad. Y en esta tarde gozosa, en esta vigilia de oración, quisiera decir sobre todo: hermanos en la esperanza. Y la esperanza no defrauda. Qué gracia, Santidad, poder ser hermanos en la esperanza del Señor Resucitado. Qué gracia – y qué responsabilidad – poder caminar juntos en esta esperanza, sostenidos por la intercesión de los santos hermanos, los Apóstoles Andrés y Pedro. Y saber que esta esperanza común no defrauda, porque no se funda en nosotros y nuestras pobres fuerzas, sino en la fidelidad de Dios''.

''Con esta esperanza gozosa, llena de gratitud y anhelante espera, expreso a Vuestra Santidad, a todos los presentes y a la Iglesia de Constantinopla mis mejores deseos, cordiales y fraternos, en la fiesta del santo Patrón. Y le pido un favor: Me bendiga y bendiga la Iglesia de Roma''.


Acabado el discurso, Francisco y Bartolomé I rezaron juntos el Padrenuestro en latín e impartieron la bendición, el Papa en latín y el Patriarca en griego y tras dejar la iglesia se retiraron al segundo piso del Fanar para departir en privado.

Francisco participa en la Divina Liturgia en la Solemnidad de San Andrés, patrono de la Iglesia de Constantinopla


Ciudad del Vaticano, 30 noviembre 2014 (VIS).-La última jornada del Papa Francisco en Turquía se abrió con el encuentro, a primera hora de la mañana en la Representación Pontificia de Estambul, con el Gran Rabino de Turquía Isaak Haleva. La comunidad judía en Turquía, alrededor de veinticinco mil personas, es la segunda numéricamente en un país islámico después de Irán. El asentamiento más consistente de los judíos en Turquía se remonta al período de la Inquisición española (1492) y al principio del siglo XIX eran cien mil, pero el número, debido a la emigración sobre todo a América e Israel, ha disminuido drásticamente. También el Papa Benedicto XVI encontró al Gran rabino durante su viaje a Turquía en 2006.

Finalizado el encuentro el Santo Padre se trasladó al Patriarcado Ecuménico para participar en la Divina Liturgia celebrada en la iglesia de San Jorge que custodia las reliquias de algunas de las santas más veneradas de la antigua Constantinopla como Eufemia de Calcedonia y, desde la fiesta de San Andrés (30 de noviembre) de 2004, las de San Gregorio el Teólogo y San Juan Crisóstomo entregadas por Juan Pablo II al Patriarca Bartolomé.

Al final de la celebración y después de escuchar al Patriarca, Francisco pronunció un discurso recordando que como arzobispo de Buenos Aires, había participado muchas veces en la Divina Liturgia de las comunidades ortodoxas de aquella ciudad; ''pero encontrarme hoy en esta Iglesia Patriarcal de San Jorge para la celebración del santo Apóstol Andrés - afirmó- el primero de los llamados, Patrón del Patriarcado Ecuménico y hermano de san Pedro, es realmente una gracia singular que el Señor me concede''.

''Encontrarnos, mirar el rostro el uno del otro, intercambiar el abrazo de paz, orar unos por otros -prosiguió- son dimensiones esenciales de ese camino hacia el restablecimiento de la plena comunión a la que tendemos. Todo esto precede y acompaña constantemente esa otra dimensión esencial de dicho camino, que es el diálogo teológico. Un verdadero diálogo es siempre un encuentro entre personas con un nombre, un rostro, una historia, y no sólo un intercambio de ideas''.

''Esto vale sobre todo para los cristianos -observó el Pontífice- porque para nosotros la verdad es la persona de Jesucristo. El ejemplo de san Andrés que, junto con otro discípulo, aceptó la invitación del Divino Maestro: ''Venid y veréis'', y ''se quedaron con él aquel día'' nos muestra claramente que la vida cristiana es una experiencia personal, un encuentro transformador con Aquel que nos ama y que nos quiere salvar. También el anuncio cristiano se propaga gracias a personas que, enamoradas de Cristo, no pueden dejar de transmitir la alegría de ser amadas y salvadas. Una vez más, el ejemplo del Apóstol Andrés es esclarecedor. Él, después de seguir a Jesús hasta donde habitaba y haberse quedado con él, ''encontró primero a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que significa Cristo). Y lo llevó a Jesús''. Por tanto, está claro que tampoco el diálogo entre cristianos puede sustraerse a esta lógica del encuentro personal''.

Así pues, ''no es casualidad que el camino de la reconciliación y de paz entre católicos y ortodoxos haya sido de alguna manera inaugurado por un encuentro, por un abrazo entre nuestros venerados predecesores, el Patriarca Ecuménico Atenágoras y el Papa Pablo VI, hace cincuenta años en Jerusalén, un acontecimiento que Vuestra Santidad y yo hemos querido conmemorar encontrándonos de nuevo en la ciudad donde el Señor Jesucristo murió y resucitó''.

''Por una feliz coincidencia, esta visita tiene lugar unos días después de la celebración del quincuagésimo aniversario de la promulgación del Decreto del Concilio Vaticano II sobre la búsqueda de la unidad de todos los cristianos, Unitatis redintegratio. Es un documento fundamental con el que se ha abierto un nuevo camino para el encuentro entre los católicos y los hermanos de otras Iglesias y Comunidades eclesiales. Con aquel Decreto, la Iglesia Católica reconoce en particular que las Iglesias ortodoxas ''tienen verdaderos sacramentos, y sobre todo, en virtud de la sucesión apostólica, el sacerdocio y la Eucaristía, con los que se unen aún con nosotros con vínculo estrechísimo''. En consecuencia, se afirma que, para preservar fielmente la plenitud de la tradición cristiana, y para llevar a término la reconciliación de los cristianos de Oriente y de Occidente, es de suma importancia conservar y sostener el riquísimo patrimonio de las Iglesias de Oriente, no sólo por lo que se refiere a las tradiciones litúrgicas y espirituales, sino también a las disciplinas canónicas, sancionadas por los Santos Padres y los concilios, que regulan la vida de estas Iglesias''.

El Papa insistió en la necesidad de reiterar el respeto de este principio ''como condición esencial y recíproca para el restablecimiento de la plena comunión, que no significa ni sumisión del uno al otro, ni absorción, sino más bien la aceptación de todos los dones que Dios ha dado a cada uno, para manifestar a todo el mundo el gran misterio de la salvación llevada a cabo por Cristo, el Señor, por medio del Espíritu Santo. Quiero asegurar a cada uno de vosotros -reiteró- que, para alcanzar el anhelado objetivo de la plena unidad, la Iglesia Católica no pretende imponer ninguna exigencia, salvo la profesión de fe común, y que estamos dispuestos a buscar juntos, a la luz de la enseñanza de la Escritura y la experiencia del primer milenio, las modalidades con las que se garantice la necesaria unidad de la Iglesia en las actuales circunstancias: lo único que la Iglesia Católica desea, y que yo busco como Obispo de Roma, ''la Iglesia que preside en la caridad'', es la comunión con las Iglesias ortodoxas. Dicha comunión será siempre fruto del amor ''que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que se nos ha dado'' amor fraterno que muestra el lazo trascendente y espiritual que nos une como discípulos del Señor''.

En el mundo de hoy se alzan con ímpetu voces ''que no podemos dejar de oír, y que piden a nuestras Iglesias vivir plenamente el ser discípulos del Señor Jesucristo. La primera de estas voces es la de los pobres. En el mundo hay demasiadas mujeres y demasiados hombres que sufren por grave malnutrición, por el creciente desempleo, por el alto porcentaje de jóvenes sin trabajo y por el aumento de la exclusión social, que puede conducir a comportamientos delictivos e incluso al reclutamiento de terroristas. No podemos permanecer indiferentes ante las voces de estos hermanos y hermanas. Ellos no sólo nos piden que les demos ayuda material, necesaria en muchas circunstancias, sino, sobre todo, que les apoyemos para defender su propia dignidad de seres humanos, para que puedan encontrar las energías espirituales para recuperarse y volver a ser protagonistas de su historia. Nos piden también que luchemos, a la luz del Evangelio, contra las causas estructurales de la pobreza: la desigualdad, la falta de un trabajo digno, de tierra y de casa, la negación de los derechos sociales y laborales. Como cristianos, estamos llamados a vencer juntos a la globalización de la indiferencia, que hoy parece tener la supremacía, y a construir una nueva civilización del amor y de la solidaridad''.

Una segunda voz ''que clama con vehemencia es la de las víctimas de los conflictos en muchas partes del mundo. Esta voz la oímos resonar muy bien desde aquí, porque algunos países vecinos están sufriendo una guerra atroz e inhumana. Pienso con profundo dolor en las tantas víctimas del inhumano e insensato atentado que en estos días han sufrido los fieles musulmanes que rezaban en la mezquita de Kano, en Nigeria. Turbar la paz de un pueblo, cometer o consentir cualquier tipo de violencia, especialmente sobre los más débiles e indefensos, es un grave pecado contra Dios, porque significa no respetar la imagen de Dios que hay en el hombre. La voz de las víctimas de los conflictos nos impulsa a avanzar diligentemente por el camino de reconciliación y comunión entre católicos y ortodoxos. Por lo demás, ¿cómo podemos anunciar de modo creíble el evangelio de paz que viene de Cristo, si entre nosotros continúa habiendo rivalidades y contiendas?''.

Una tercera voz que nos interpela es la de los jóvenes. ''Hoy, por desgracia, hay muchos jóvenes que viven sin esperanza, vencidos por la desconfianza y la resignación. Muchos jóvenes, además, influenciados por la cultura dominante, buscan la felicidad sólo en poseer bienes materiales y en la satisfacción de las emociones del momento. Las nuevas generaciones nunca podrán alcanzar la verdadera sabiduría y mantener viva la esperanza, si nosotros no somos capaces de valorar y transmitir el auténtico humanismo, que brota del Evangelio y la experiencia milenaria de la Iglesia. Son precisamente los jóvenes – pienso por ejemplo en la multitud de jóvenes ortodoxos, católicos y protestantes que se reúnen en los encuentros internacionales organizados por la Comunidad de Taizé –son ellos los que hoy nos instan a avanzar hacia la plena comunión. Y esto, no porque ignoren el significado de las diferencias que aún nos separan, sino porque saben ver más allá, son capaces de percibir lo esencial que ya nos une''.


Francisco finalizó dirigiéndose a Bartolomé I, llamándole ''mi muy querido hermano''. ''Estamos ya en el camino hacia la plena comunión y podemos vivir ya signos elocuentes de una unidad real -aseveró- aunque todavía parcial. Esto nos reconforta y nos impulsa a proseguir por esta senda. Estamos seguros de que a lo largo de este camino contaremos con el apoyo de la intercesión del Apóstol Andrés y de su hermano Pedro, considerados por la tradición como fundadores de las Iglesias de Constantinopla y de Roma. Pidamos a Dios el gran don de la plena unidad y la capacidad de acogerlo en nuestras vidas. Y nunca olvidemos de rezar unos por otros''.

Declaración común del Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé I: ''Exhortamos a todos los líderes a proseguir el diálogo interreligioso''


Ciudad del Vaticano, 30 noviembre 2014 (VIS).-Después de la Divina Liturgia el Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé I se asomaron al balcón del Patriarcado Ecuménico y bendijeron a los fieles reunidos en la calle. Francisco impartió la bendición en latín y Bartolomé I en griego. A continuación subieron al Salón del Trono donde firmaron y leyeron la siguiente Declaración común:

''Nosotros, el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé I, expresamos nuestra profunda gratitud a Dios por el don de este nuevo encuentro que, en presencia de los miembros del Santo Sínodo, del clero y de los fieles del Patriarcado Ecuménico, nos permite celebrar juntos la fiesta de san Andrés, el primer llamado y hermano del Apóstol Pedro. Nuestro recuerdo de los Apóstoles, que proclamaron la buena nueva del Evangelio al mundo mediante su predicación y el testimonio del martirio, refuerza en nosotros el deseo de seguir caminando juntos, con el fin de superar, en el amor y en la verdad, los obstáculos que nos dividen.

Durante nuestro encuentro en Jerusalén del mayo pasado, en el que recordamos el histórico abrazo de nuestros venerados predecesores, el Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico Atenágoras, firmamos una declaración conjunta. Hoy, en la feliz ocasión de este nuevo encuentro fraterno, deseamos reafirmar juntos nuestras comunes intenciones y preocupaciones.

Expresamos nuestra resolución sincera y firme, en obediencia a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, de intensificar nuestros esfuerzos para promover la plena unidad de todos los cristianos, y sobre todo entre católicos y ortodoxos. Además, queremos apoyar el diálogo teológico promovido por la Comisión Mixta Internacional que, instituida hace exactamente treinta y cinco años por el Patriarca Ecuménico Dimitrios y el Papa Juan Pablo II aquí, en el Fanar, está actualmente tratando las cuestiones más difíciles que han marcado la historia de nuestra división, y que requieren un estudio cuidadoso y detallado. Para ello, aseguramos nuestra ferviente oración como Pastores de la Iglesia, pidiendo a nuestros fieles que se unan a nosotros en la común invocación de que ''todos sean uno,... para que el mundo crea''.

Expresamos nuestra preocupación común por la situación actual en Irak, Siria y todo el Medio Oriente. Estamos unidos en el deseo de paz y estabilidad, y en la voluntad de promover la resolución de los conflictos mediante el diálogo y la reconciliación. Si bien reconocemos los esfuerzos realizados para ofrecer ayuda a la región, hacemos al mismo tiempo un llamamiento a todos los que tienen responsabilidad en el destino de los pueblos para que intensifiquen su compromiso con las comunidades que sufren, y puedan, incluidas las cristianas, permanecer en su tierra nativa. No podemos resignarnos a un Medio Oriente sin cristianos, que han profesado allí el nombre de Jesús durante dos mil años. Muchos de nuestros hermanos y hermanas están siendo perseguidos y se han visto forzados con violencia a dejar sus hogares. Parece que se haya perdido hasta el valor de la vida humana, y que la persona humana ya no tenga importancia y pueda ser sacrificada a otros intereses. Y, por desgracia, todo esto acaece por la indiferencia de muchos. Como nos recuerda san Pablo: ''Si un miembro sufre, todos sufren con él; si un miembro es honrado, todos se alegran con él''. Esta es la ley de la vida cristiana, y en este sentido podemos decir que también hay un ecumenismo del sufrimiento. Así como la sangre de los mártires ha sido siempre la semilla de la fuerza y la fecundidad de la Iglesia, así también el compartir los sufrimientos cotidianos puede ser un instrumento eficaz para la unidad. La terrible situación de los cristianos y de todos los que están sufriendo en el Medio Oriente, no sólo requiere nuestra oración constante, sino también una respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional.

Los retos que afronta el mundo en la situación actual, necesitan la solidaridad de todas las personas de buena voluntad, por lo que también reconocemos la importancia de promover un diálogo constructivo con el Islam, basado en el respeto mutuo y la amistad. Inspirado por valores comunes y fortalecido por auténticos sentimientos fraternos, musulmanes y cristianos están llamados a trabajar juntos por el amor a la justicia, la paz y el respeto de la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente en aquellas regiones en las que un tiempo vivieron durante siglos en convivencia pacífica, y ahora sufren juntos trágicamente por los horrores de la guerra. Además, como líderes cristianos, exhortamos a todos los líderes religiosos a proseguir y reforzar el diálogo interreligioso y de hacer todo lo posible para construir una cultura de paz y la solidaridad entre las personas y entre los pueblos. También recordamos a todas las personas que experimentan el sufrimiento de la guerra. En particular, oramos por la paz en Ucrania, un país con una antigua tradición cristiana, y hacemos un llamamiento a todas las partes implicadas a que continúen el camino del diálogo y del respeto al derecho internacional, con el fin de poner fin al conflicto y permitir a todos los ucranianos vivir en armonía.

Tenemos presentes a todos los fieles de nuestras Iglesias en el todo el mundo, a los que saludamos, encomendándoles a Cristo, nuestro Salvador, para que sean testigos incansables del amor de Dios. Elevamos nuestra ferviente oración para que el Señor conceda el don de la paz en el amor y la unidad a toda la familia humana.

''Que el mismo Señor de la paz os conceda la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros''.

Después de la firma el Papa, el Patriarca Ecuménico y algunos miembros de las delegaciones respectivas almorzaron juntos en el tercer piso del Fanar.


sábado, 29 de noviembre de 2014

Francisco en la Diyanet: La violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena


Ciudad del Vaticano, 29 de noviembre 2014 (VIS).-Ayer tarde, después de pronunciar un discurso ante las autoridades turcas en el Palacio Presidencial, el Santo Padre se entrevistó en la misma sede con el primer ministro Ahmet Davutoglu para después trasladarse a la Diyanet, el Departamento para los Asuntos Religiosos, la más alta autoridad islámica suní en Turquía. Si bien sea un Estado laico el 98 % de la población es musulmana, de la cual el 68% suní y el 30% chií. El presidente de la Diyanet es Mehmed Gormez, que acogió al Papa a su llegada y lo acompañó a su despacho donde departieron en privado unos minutos para después bajar juntos a la sala donde los esperaban los los dirigentes políticos y religiosos, musulmanes y cristianos ante los que Francisco pronunció un discurso.

''Es tradición que los Papas, cuando viajan a otros países como parte de su misión, se encuentren también con las autoridades y las comunidades de otras religiones -dijo- Sin esta apertura al encuentro y al diálogo, una visita papal no respondería plenamente a su finalidad, como yo la entiendo, en la línea de mis venerados predecesores. En esta perspectiva, me complace recordar de manera especial el encuentro que tuvo el Papa Benedicto XVI en este mismo lugar, en noviembre de 2006.En efecto, las buenas relaciones y el diálogo entre los dirigentes religiosos tiene gran importancia. Representa un claro mensaje dirigido a las respectivas comunidades para expresar que el respeto mutuo y la amistad son posibles, no obstante las diferencias. Esta amistad, además de ser un valor en sí misma, adquiere especial significado y mayor importancia en tiempos de crisis, como el nuestro, crisis que en algunas zonas del mundo se convierten en auténticos dramas para poblaciones enteras''.

''Hay efectivamente guerras que siembran víctimas y destrucción; tensiones y conflictos interétnicos e interreligiosos; hambre y pobreza que afligen a cientos de millones de personas; daños al ambiente natural, al aire, al agua, a la tierra. La situación en el Medio Oriente es verdaderamente trágica, especialmente en Iraq y Siria -reiteró Francisco- Todos sufren las consecuencias de los conflictos y la situación humanitaria es angustiosa. Pienso en tantos niños, en el sufrimiento de muchas madres, en los ancianos, los desplazados y refugiados, en la violencia de todo tipo. Es particularmente preocupante que, sobre todo a causa de un grupo extremista y fundamentalista, enteras comunidades, especialmente – aunque no sólo – cristianas y yazidíes, hayan sufrido y sigan sufriendo violencia inhumana a causa de su identidad étnica y religiosa. Se los ha sacado a la fuerza de sus hogares, tuvieron que abandonar todo para salvar sus vidas y no renegar de la fe. La violencia ha llegado también a edificios sagrados, monumentos, símbolos religiosos y al patrimonio cultural, como queriendo borrar toda huella, toda memoria del otro''.

''Como dirigentes religiosos -recordó el Pontífice- tenemos la obligación de denunciar todas las violaciones de la dignidad y de los derechos humanos. La vida humana, don de Dios Creador, tiene un carácter sagrado. Por tanto, la violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena, porque el Todopoderoso es Dios de la vida y de la paz. El mundo espera de todos aquellos que dicen adorarlo, que sean hombres y mujeres de paz, capaces de vivir como hermanos y hermanas, no obstante la diversidad étnica, religiosa, cultural o ideológica''.

Pero a la denuncia debe seguir ''el trabajo común para encontrar soluciones adecuadas. Esto requiere la colaboración de todas las partes: gobiernos, dirigentes políticos y religiosos, representantes de la sociedad civil y todos los hombres y mujeres de buena voluntad. En particular, los responsables de las comunidades religiosas pueden ofrecer la valiosa contribución de los valores que hay en sus respectivas tradiciones. Nosotros, los musulmanes y los cristianos, somos depositarios de inestimables riquezas espirituales, entre las cuales reconocemos elementos de coincidencia, aunque vividos según las propias tradiciones: la adoración de Dios misericordioso, la referencia al patriarca Abraham, la oración, la limosna, el ayuno... elementos que, vividos de modo sincero, pueden transformar la vida y dar una base segura a la dignidad y la fraternidad de los hombres. Reconocer y desarrollar esto que nos acomuna espiritualmente – mediante el diálogo interreligioso – nos ayuda también a promover y defender en la sociedad los valores morales, la paz y la libertad. El común reconocimiento de la sacralidad de la persona humana sustenta la compasión, la solidaridad y la ayuda efectiva a los que más sufren. A este propósito, quisiera expresar mi aprecio por todo lo que el pueblo turco, los musulmanes y los cristianos, están haciendo en favor de los cientos de miles de personas que huyen de sus países a causa de los conflictos. Hay dos millones. Y esto es un ejemplo concreto de cómo trabajar juntos para servir a los demás, un ejemplo que se ha de alentar y apoyar''.

Francisco expresó a este propósito su satisfacción por las buenas relaciones y la colaboración entre la Diyanet y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso y manifestó el deseo de que continuasen y se consolidasen, ''por el bien de todos, porque toda iniciativa de diálogo auténtico es signo de esperanza para un mundo tan necesitado de paz, seguridad y prosperidad''.

Al final dio de nuevo las gracias al presidente de la Diyanet y a sus colaboradores por el encuentro y a todos los presentes por las oraciones que ofrecieran por él. ''Por mi parte- afirmó- les aseguro que yo rogaré igualmente por ustedes. Que el Señor nos bendiga a todos''.

Una vez finalizado el acto, el Papa se trasladó a la nunciatura apostólica donde pernoctó.




El Papa visita el Museo de Santa Sofía y la Mezquita Azul


Ciudad del Vaticano, 29 de noviembre 2014 (VIS).-Esta mañana el Papa Francisco se despidió de Ankara para desplazarse en avión a Estambul, la única ciudad en el mundo entre dos continentes, Asia y Europa, en las dos orillas del Bósforo que une el Mar Negro con el Mediterráneo. A su llegada fue acogido por el Gobernador de Estambul y por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I, para después trasladarse en automóvil a la Mezquita Azul o mezquita del Sultan Ahmed.

Construida entre 1609 y 1617 por Ahmed I sobre lo que fue el gran palacio de Constantinopla, la mezquita paso a ser el lugar de culto más importante del imperio otomano. El nombre de ''mezquita azul'' se deriva de los 21.043 azulejos de cerámica turquesa de las paredes y la cúpula. Las paredes, columnas y arcos están recubiertas de la cerámica de Iznik (la antigua Nínive) con colores que van del azul al verde. Benedicto XVI la visitó durante su viaje a Turquía en 2006. Francisco fue acogido por el Gran Mufti y se detuvo unos momentos en adoración silenciosa.

Finalizada la visita el Santo Padre se trasladó al Museo de Santa Sofía, la basílica dedicada a la Divina Sabiduría, Hagia Sophia, construida en el año 360 por el emperador Constancio II sobre un lugar ocupado por templos paganos. Dos incendios, uno en el 404 y otro en el 532 la destruyeron pero el emperador Justiniano emprendió su reconstrucción para hacer de ella ''la obra más suntuosa desde la época de la Creación'', ordenando a todas las provincias del imperio que suministrasen los mármoles mejores y los materiales más apreciados. Santa Sofía fue así inaugurada por tercera vez en el 537. Durante la conquista de Constantinopla en 1204 es despojada por los cristianos latinos de los adornos más ricos y en 1453, cuando cae en manos de los otomanos, Mehmed II la transforma en mezquita, convirtiéndola en la primera mezquita imperial de Estambul. Durante los tres siglos siguientes el lugar de culto musulmán recibe espléndidos regalos de diversos sultanes hasta que en el Setecientos los mosaicos son cubiertos de cal. En 1847 el sultán Abdulmegid confía a los arquitectos suizos Gaspare y Giuseppe Fossati la tarea de devolver a la luz los mosaicos y de restaurar el edificio. Desde 1935, por voluntad de Ataturk, Santa Sofía es un museo. Los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI lo visitaron siempre durante sus viajes a Turquía.

El Papa Francisco fue recibido por el director del museo en la Puerta del Emperador que lo acompañó en una visita guiada que duró alrededor de media hora. El Santo Padre firmó en el Libro de Oro de Santa Sofía, primero en griego con la frasse Αγία Σοφία του Θεού (Santa Sabiduría de Dios) y luego en latín ''Quam dilecta tabernacula tua Domine'' (¡Cuán hermoso es tu santuario, Señor! (Salmo 83).

Después de visitar Santa Sofia Francisco fue a la representación pontificia donde le esperaban los miembros de las comunidades católicas (latina, armenia, siria y caldea) de Estambul y donde recibió el saludo del presidente de la Conferencia Episcopal Turca el arzobispo Ruggero Franceschini OFM Cap.



El cardenal Schönborn enviado especial del Papa a Kiev


Ciudad del Vaticano, 29 noviembre 2014 (VIS).-Se ha publicado hoy la carta, escrita en latín y fechada el 18 de noviembre en la que el Papa Francisco designa al cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, como su enviado especial para la celebración del 25 aniversario de la recuperación de la libertad de la Iglesia greco-católica en Ucrania, ( 10 de diciembre 2014, Kiev.)


La misión que acompañará al purpurado estará formada por los reverendos Yurij Kolasa, Vicario para los greco -católicos en Austria e Ihor Sfiaban, Jefe de la Comisión Ecuménica de la Curia del arzobispo mayor. 

viernes, 28 de noviembre de 2014

El Papa llega a Turquía, ''tierra que puede favorecer un encuentro de civilizaciones e identificar vías factibles de paz y de auténtico progreso''


Ciudad del Vaticano, 28 noviembre 2014 (VIS).-El Papa Francisco ha comenzado esta mañana el sexto viaje apostólico de su pontificado. Su visita a Turquía tiene un carácter esencialmente ecuménico, como lo tuvo el de sus predecesores, ya que ese país ocupa un lugar privilegiado en la geografía de los viajes pontificios desde la época del Delegado Apostólico Angelo Roncalli, al que las autoridades turcas, después de su elección con el nombre de Juan XXIII, definieron como ''el primer papa turco de la historia''. Turquía fue también la meta del quinto viaje apostólico de Pablo VI (1967) y de alguna forma el corolario de su histórico viaje a Tierra Santa en el que tuvo lugar su histórico abrazo con el Patriarca Ecuménico Atenágoras en Jerusalén. Juan Pablo II continuó la tradición con su cuarto viaje (1979) al igual que Benedicto XVI en 2006.

El Santo Padre que salió del aeropuerto romano de Fiumicino a las 9.00 llegó a la capital turca, Ankara, a las 13.00 (hora local) donde fue recibido por las autoridades civiles y religiosas y desde allí se desplazó en automóvil al mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk, fundador y primer presidente de la República Turca, el ''Padre de los Turcos'' que marcó la ruptura radical del país con su pasado otomano y sentó, en la Constitución de 1937, las bases de un estado laico moderno. A su llegada el Papa fue recibido por el Comandante del Cuerpo de Guardia y después de subir la escalinata de honor depositó una corona de flores en el monumento donde rezó unos minutos. A continuación fue acompañado a la cercana Torre del Pacto Nacional, que forma parte del complejo monumental, y firmó en el Libro de Oro con estas palabras: ''Formulo mis mejores deseos para que Turquía, puente natural entre dos continentes, sea no solamente un cruce de caminos, sino también un lugar de encuentro, de diálogo y de convivencia serena entre los hombres y mujeres de buena voluntad de cualquier cultura, etnia o religión''.

Finalizada su visita se trasladó al Palacio Presidencial, ''Ak Saray'', el Palacio Blanco, inaugurado hace apenas dos meses por el presidente Recep Tayyip Erdogan, que sustituye al histórico Palacio de Cankaya. El presidente Erdogan acogió al Santo Padre y ambos conversaron unos minutos en privado antes de que Francisco pronunciase su primer discurso en tierra turca dirigido a las autoridades reunidas en el Ak Saray.

''Me alegra visitar su país, rico en bellezas naturales y en historia, plagado de huellas de antiguas civilizaciones y puente natural entre dos continentes y entre diferentes expresiones culturales -dijo Francisco- Esta tierra es bien querida por todos los cristianos por haber sido cuna de san Pablo, que fundó aquí diferentes comunidades cristianas; por haberse celebrado en esta tierra los siete primeros concilios de la Iglesia, y por la presencia, cerca de Éfeso, de lo que una venerable tradición considera la ''Casa de María'', el lugar donde la Madre de Jesús vivió durante unos años, y que es meta de la devoción de tantos peregrinos de todas las partes del mundo, no sólo cristianos, sino también musulmanes.

''Pero las razones de la consideración y el aprecio por Turquía -señaló- no se deben sólo a su pasado, a sus antiguos monumentos, sino también a la vitalidad de su presente, la laboriosidad y generosidad de su pueblo, el papel que desempeña en el concierto de las naciones. Es para mí un motivo de alegría tener la oportunidad de continuar con ustedes un diálogo de amistad, estima y respeto, en la línea emprendida por mis predecesores, el beato Papa Pablo VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI, diálogo preparado y favorecido a su vez por la actuación del entonces Delegado Apostólico, Mons. Angelo Giuseppe Roncalli, después san Juan XXIII, y por el Concilio Vaticano II''.

El Papa reiteró la necesidad de un diálogo que ''profundice el conocimiento y valore con discernimiento tantas cosas que nos acomunan, permitiéndonos al mismo tiempo considerar con ánimo lúcido y sereno las diferencias, con el fin de aprender también de ellas. Es preciso llevar adelante con paciencia el compromiso de construir una paz sólida, basada en el respeto de los derechos fundamentales y en los deberes que comporta la dignidad del hombre. Por esta vía se pueden superar prejuicios y falsos temores, dejando a su vez espacio para la estima, el encuentro, el desarrollo de las mejores energías en beneficio de todos''.

Para ello, ''es fundamental que los ciudadanos musulmanes, judíos y cristianos, gocen – tanto en las disposiciones de la ley como en su aplicación efectiva – de los mismos derechos y respeten las mismas obligaciones. De este modo, se reconocerán más fácilmente como hermanos y compañeros de camino, alejándose cada vez más de las incomprensiones y fomentando la colaboración y el entendimiento. La libertad religiosa y la libertad de expresión, efectivamente garantizadas para todos, impulsará el florecimiento de la amistad, convirtiéndose en un signo elocuente de paz''.

''El Medio Oriente, Europa, el mundo, esperan este florecer. El Medio Oriente, en particular -constató Francisco- es teatro de guerras fratricidas desde hace demasiados años, que parecen nacer una de otra, como si la única respuesta posible a la guerra y la violencia debiera ser siempre otra guerra y otras de violencias.¿Por cuánto tiempo deberá sufrir aún el Medio Oriente por la falta de paz? No podemos resignarnos a los continuos conflictos, como si no fuera posible cambiar y mejorar la situación. Con la ayuda de Dios, podemos y debemos renovar siempre la audacia de la paz. Esta actitud lleva a utilizar con lealtad, paciencia y determinación todos los medios de negociación, y lograr así los objetivos concretos de la paz y el desarrollo sostenible''.

Dirigiéndose al presidente Erdogan, el Papa reafirmó que para llegar a una meta tan alta y urgente, ''una aportación importante puede provenir del diálogo interreligioso e intercultural, con el fin de apartar toda forma de fundamentalismo y de terrorismo, que humilla gravemente la dignidad de todos los hombres e instrumentaliza la religión. Es preciso contraponer al fanatismo y al fundamentalismo, a las fobias irracionales que alientan la incomprensión y la discriminación, la solidaridad de todos los creyentes, que tenga como pilares el respeto de la vida humana, de la libertad religiosa – que es libertad de culto y libertad de vivir según la ética religiosa –, el esfuerzo para asegurar todo lo necesario para una vida digna, y el cuidado del medio ambiente natural. De esto tienen necesidad con especial urgencia los pueblos y los Estados del Medio Oriente, para poder ''invertir el rumbo'' finalmente y llevar adelante un proceso de paz exitoso, mediante el rechazo de la guerra y la violencia, y la búsqueda del diálogo, el derecho y la justicia''.

''En efecto, hasta ahora estamos siendo todavía testigos de graves conflictos. En Siria y en Irak, en particular, la violencia terrorista no da indicios de aplacarse. Se constata la violación de las leyes humanitarias más básicas contra los presos y grupos étnicos enteros; ha habido, y sigue habiendo, graves persecuciones contra grupos minoritarios, especialmente – aunque no sólo – los cristianos y los yazidíes: cientos de miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y su patria para poder salvar su vida y permanecer fieles a sus creencias. Turquía, acogiendo generosamente a un gran número de refugiados, está directamente afectada por los efectos de esta dramática situación en sus confines, y la comunidad internacional tiene la obligación moral de ayudarla en la atención a los refugiados. Además de la ayuda humanitaria necesaria, no se puede permanecer en la indiferencia ante lo que ha provocado estas tragedias. Reiterando que es lícito detener al agresor injusto, aunque respetando siempre el derecho internacional, quiero recordar también que no podemos confiar la resolución del problema a la mera respuesta militar. Es necesario un gran esfuerzo común, fundado en la confianza mutua, que haga posible una paz duradera y consienta destinar los recursos, finalmente, no a las armas sino a las verdaderas luchas dignas del hombre: contra el hambre y la enfermedad, en favor del desarrollo sostenible y la salvaguardia de la creación, del rescate de tantas formas de pobreza y marginación, que tampoco faltan en el mundo moderno''.


''Turquía, por su historia, por su posición geográfica y por la importancia en la región -finalizó el Papa- tiene una gran responsabilidad: sus decisiones y su ejemplo tienen un significado especial y pueden ser de gran ayuda para favorecer un encuentro de civilizaciones e identificar vías factibles de paz y de auténtico progreso. Que el Altísimo bendiga y proteja Turquía, y la ayude a ser un válido y convencido artífice de la paz''.

Indulgencias por el Año de la Vida Consagrada


Ciudad del Vaticano, 28 noviembre 2014 (VIS).-El Santo Padre, con ocasión del Año de la Vida Consagrada, concederá indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre) a todos los miembros de las instituciones vida consagrada y a los demás fieles verdaderamente arrepentidos y movidos por un espíritu de caridad, a partir del primer domingo de Adviento de este año hasta el 2 de febrero 2016, día de clausura del Año de la vida consagrada. La indulgencia puede aplicarse también como sufragio por las almas del Purgatorio.

La indulgencia se obtendrá:

En Roma, cada vez que participen en las reuniones y celebraciones internacionales establecidas en el calendario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y por un período de tiempo apropiado mediten con piedad, concluyendo con Padre nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima aprobada e invocaciones a la Virgen María.

En todas las Iglesias particulares, cada vez que en los días diocesanos dedicados a la vida consagrada y en las celebraciones diocesanas organizadas para el Año de la Vida Consagrada, visiten la catedral u otro lugar sagrado designado con el consentimiento del Ordinario del lugar, o una iglesia conventual o el oratorio dede un monasterio de clausura y recen públicamente allí la Liturgia de las Horas, o un período de tiempo apropiado meditarán con piedad concluyendo con Padre nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima aprobada e invocaciones a la Virgen María.

Los miembros de los Institutos de vida consagrada que, por enfermedad u otra causa grave no puedan visitar los lugares sagrados, podrán obtener la indulgencia plenaria si, con total desapego de cualquier pecado y con la intención de poder cumplir tan pronto como sea posible las tres condiciones habituales, efectuen la visita espiritual con profundo deseo y ofrezcan las enfermedades y molestias de su vida a Dios misericordioso a través de María misericordioso, añadiendo las oraciones más arriba indicadas.

Para facilitar el conseguimiento de la gracia divina por medio de la caridad pastoral, la Penitenciaría Apostólica, -que firma el decreto de indulgencia- pide a los canónigos,los miembros del capítulo, los sacerdotes de los Institutos de Vida Consagrada y a todos los que tienen la facultades de escuchar las confesiones que administren con frecuencia el sacramento de la Penitencia y la Sagrada Comunión a los enfermos.


Aviso


Ciudad del Vaticano, 28 noviembre 2014 (VIS).-Con motivo del viaje apostólico del Papa Francisco a Turquía el VIS transmitirá también su boletín el sábado 29 y el domingo 30 de noviembre.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Servid vino nuevo en odres nuevos, dice el Papa a los representantes de la vida consagrada

Ciudad del Vaticano, 27 de noviembre 2014 (VIS).-La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica ha celebrado su asamblea plenaria reflexionando sobre la actualidad de la vida consagrada en la Iglesia, cincuenta años después de los documentos conciliares ''Lumen gentium'' y ''Perfectae caritatis''. El tema elegido era ''Vino nuevo en odres nuevos'' y el Papa Francisco, recibiendo esta mañana a ochenta de sus participantes, ha basado su discurso en los múltiples significados de esa frase.

''En la parcela de la viña del Señor representada por los que han elegido imitar a Cristo más de cerca mediante la profesión de los consejos evangélicos,ha madurado la uva nueva uva y se ha exprimido el vino nuevo - observó el Pontífice- En estos días os habéis propuesto discernir la calidad y el sabor del "vino nuevo" cosechado en la larga temporada de la renovación, y al mismo tiempo evaluar si los odres que lo contienen, representados por las formas institucionales presentes hoy en día en la vida consagrada, son adecuados para contener este "vino nuevo" y favorecer su plena madurez. Como os he recordado otras veces no debemos tener miedo de dejar los "odres viejos": es decir, de renovar los hábitos y las estructuras que, en la vida de la Iglesia y, por tanto, también en la vida consagrada ya no responden a lo que Dios nos pide hoy para que su Reino avance en el mundo: las estructuras que nos dan falsa protección y condicionan el dinamismo de la caridad y los hábitos que nos alejan del rebaño al que hemos sido enviados y nos impiden escuchar el grito de los que esperan la Buena Nueva de Jesucristo''.

''No os escondéis -prosiguió- los puntos débiles que puede tener la vida consagrada en nuestros días como la resistencia de algunos sectores al cambio, la menor fuerza de atracción, el importante número de abandonos, la fragilidad de algunas rutas de formación, el afán por las tareas institucionales y ministeriales a expensas de la vida espiritual, la difícil integración de la diversidad cultural y generacional, el problemático equilibrio en el ejercicio de la autoridad y en el uso de bienes.. Me preocupa también la pobreza... San Ignacio decía que la pobreza es la madre y también el muro de la vida consagrada. Y es madre también porque da vida y como muro protege de la mundanidad. Seguís queriendo escuchar las señales del Espíritu que abre nuevos horizontes y empuja a nuevos caminos, siempre partiendo de la regla suprema del Evangelio e inspirados por la audacia creativa de vuestros fundadores y fundadoras''.

El Papa enumeró después los criterios de orientación a seguir en la ''ardua tarea de evaluar el vino nuevo y comprobar la calidad de los odres'', citando entre ellos, la originalidad evangélica de las opciones, la fidelidad carismática, la primacía del servicio, la atención a los más pequeños y frágiles y el respeto por la dignidad de cada persona.

Antes de finalizar, animó a los presentes a seguir trabajando con generosidad e ingenio en la viña del Señor, ''para cosechar el vino bueno que revitaliza la vida de la Iglesia y alegra los corazones de tantos hermanos y hermanas necesitados de vuestra atención'' y subrayó que ''tampoco la sustitución de los odres viejos por los nuevos no es automática sino que requiere el compromiso y la capacidad para proporcionar el espacio idóneo para acoger y hacer fructificar los dones con que el Espíritu sigue embelleciendo a la Iglesia su esposa''. ''No os olvidéis -concluyó- de proseguir el camino de renovación iniciado y ,en gran medida, realizado en los últimos cincuenta años, examinado toda novedad a la luz de la Palabra de Dios y escuchando las necesidades de la Iglesia y del mundo contemporáneo y utilizando todos los medios que la Iglesia pone a vuestra disposición para avanzar en el camino de vuestra santidad personal y comunitaria. Y entre estos medios el más importante es la oración...Decid a los nuevos miembros, por favor, que rezar no es perder tiempo, que adorar a Dios y alabarlo no es perder tiempo. Si nosotros, los consagrados, no nos detenemos cada día ante Dios en la gratuidad de la oración, el vino se volverá vinagre''.

Migrantes y pobres, doble desafío de la pastoral urbana

Ciudad del Vaticano, 27 noviembre 2014 (VIS).-Francisco ha recibido en audiencia esta mañana, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, a los participantes de la segunda fase del Congreso Internacional de la Pastoral de las Grandes Ciudades, que se celebró en Barcelona (España) del 24 al 26 de noviembre. El Santo Padre ha aprovechado la ocasión para profundizar sobre cuatro desafíos y posibles horizontes de la pastoral urbana, ''los lugares desde donde Dios nos está llamando -ha dicho-... y los aspectos a los cuales creo que debemos prestar especial atención ''.

En primer lugar ha mencionado la necesidad de ''implementar un cambio en la mentalidad pastoral'' ya que según el Pontífice, ya no estamos en la época de la cristiandad en la que la Iglesia era el único referente de la cultura, y como autentica maestra, sentía la responsabilidad de delinear y de imponer no sólo las formas culturales sino también los valores. ''Hoy ya no somos los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados. Por tanto, necesitamos un cambio de mentalidad pastoral, pero no de una ''pastoral relativista'', que para estar presente en la ''cocina cultural'' pierde el horizonte evangélico, dejando al hombre abandonado a sí mismo y emancipado de la mano de Dios. ¡No, esto no!. Este es el camino relativista, el más cómodo. ¡Esto no puede llamarse pastoral! Quien hace esto no tiene ningún interés real en el hombre, sino que lo deja a merced de dos peligros igualmente graves: le ocultan a Jesús, y la verdad sobre la persona. Es un camino que lleva al ser humano a la soledad de la muerte''. Por eso ''es necesario el valor de conducir una pastoral evangelizadora audaz y sin miedos, por que el hombre, la mujer, las familias y los diferente grupos que habitan la ciudad lo esperan de nosotros, y necesitan en sus vidas, la Buena Nueva que es Jesús y su Evangelio''.

Como segundo desafío ha destacado ''el diálogo con la multiculturalidad'' y la necesidad de un diálogo pastoral sin relativismo, que no negocia la propia identidad cristiana, pero que quiere llegar al corazón de los demás, incluso de aquellos que son diferentes a nosotros, y sembrar allí el Evangelio. ''Necesitamos una actitud contemplativa, que sin rechazar la contribución de las diversas ciencias para aprender sobre el fenómeno urbano trata de descubrir el fundamento de las culturas, que en su núcleo más profundo están siempre abiertas y sedientas de Dios''. Para superar este reto, Francisco ha señalado que será de gran ayuda conocer los imaginarios y las ciudades invisibles, es decir, los grupos y/o territorios humanos que se identifican en sus símbolos, lenguajes, rituales y formas de hablar de la vida.

''La religiosidad del pueblo'', ha sido el tercer punto a tratar. ''En ella tenemos que apurar el auténtico sustrato religioso, que en muchos casos es cristiano y católico -ha proseguido reconociendo que en cada continente es diferente-. No debemos negar ni despreciar esta experiencia de Dios que, aunque a veces dispersa o mezclada, pide ser descubierta y no construida. Allí se encuentran las semillas de la Palabra sembradas por el Espíritu del Señor''. El Papa ha recordado a todos los migrantes y pobres que llenan las ciudades, ''peregrinos de la vida -les ha llamado- en busca de salvación'', que constituyen un doble desafío: Ser hospitalarios con ellos, cosa que la ciudad en general no es, sino que los aparta, y aumentar su fe. El tema de ''los pobres urbanos'', ha sido el cuarto aspecto con el que el Santo Padre ha concluido su reflexión. Pobres, excluidos, y descartados. ''La Iglesia no puede ignorar su grito, ni entrar en el juego de los sistemas injustos, mezquinos e interesados que tratan de hacerlos invisibles''.

Dos han sido las propuestas de Francisco ante estos cuatro desafíos: Salir para encontrar a Dios que vive en la ciudad y en los pobres, facilitando a la gente el encuentro con el Señor, y trabajar por una Iglesia samaritana, ''con un testimonio concreto de misericordia y dulzura presente en las periferias existenciales y pobres, actuando directamente sobre el imaginario social. Orientando y ofreciendo sentido a la vida de la ciudad''.

A la Familia Paulina: Llevad el hálito del Evangelio a las culturas y ambientes sociales más dispares

Ciudad del Vaticano, 27 de noviembre 2014 (VIS).-El Papa Francisco ha recibido esta mañana en audiencia a los miembros de la Familia Paulina, el grupo de instituciones que agrupa entre otras a la Sociedad de San Pablo y a las Hijas de San Pablo (Paulinas), dedicadas al apostolado a través de los medios de comunicación. Fundada por el beato Giacomo Alberione (1884-1971) la Familia Paulina está compuesta por diez miembros: cinco congregaciones religiosas, cuatro institutos seculares y una asociación de cooperadores. Este año celebran el centenario de su fundación y recordando ese aniversario Francisco les ha invitado a ''renovar el compromiso de vivir la fe y comunicarla'', en particular a través de las herramientas editoriales y multimedia que forman parte de su carisma.

También los animó a proseguir el camino que su fundador abrió y que la Familia ha recorrido hasta ahora ''siempre con la mirada puesta en vastos horizontes'' porque no hay que olvidar nunca que ''la evangelización está estrechamente unida con la proclamación del Evangelio a los que no conocen a Jesucristo o lo han rechazado siempre...Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a ninguno''. ''Este impulso hacia las gentes pero también hacia las periferias existenciales -recalcó- este empuje católico lo lleváis en la sangre, en el ADN por el hecho mismo de que vuestro fundador se inspiró en la figura y en la misión de San Pablo''.

Francisco explicó que el beato Alberione veía en el anuncio de Cristo y del Evangelio a las masas populares ''la caridad más auténtica y más necesaria que se pudiera ofrecer a los hombres y mujeres sedientos de verdad y justicia''. ''También vosotros -añadió-estáis llamados a servir a la gente de hoy según os indique el Espíritu, con creatividad y fidelidad dinámica a vuestro carisma individuando las formas más idóneas para que Jesús sea anunciado...La fantasía de la caridad no tiene límites y sabe abrir caminos siempre nuevos para llevar el hálito del Evangelio a las culturas y los ambientes sociales más dispares''.

''El Concilio Vaticano II nos presentó a la Iglesia como un pueblo en camino... una visión expresiva de la esperanza cristiana. Efectivamente nuestro ser Iglesia en camino, mientras nos radica en el compromiso de anunciar a Cristo y su amor por cada criatura- finalizó el Santo Padre- nos impide permanecer prisioneros de las estructuras terrenas y mundanas; mantiene abierto el espíritu y nos hace capaces de perspectivas e instancias que encontrarán su cumplimiento en la beatitud del Señor''


Calendario de las celebraciones presididas por el Papa en diciembre 2014 y enero 2015

Ciudad del Vaticano, 27 de noviembre 2014 (VIS).-Sigue el calendario de las celebraciones presididas por el Papa Francisco en los meses de diciembre de 2014 y enero de 2015

Diciembre

-Lunes, 8: Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. A las 16.00 en la Plaza de España, acto de veneración a la Inmaculada.

-Viernes, 12: Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de Guadalupe. En la basílica de San Pedro, a las 18.00, Santa Misa por América Latina.

-Domingo, 14: Visita pastoral a la parroquia romana “San Giuseppe all'Aurelio” a las 16.00

-Miércoles, 24: Solemnidad de la Natividad del Señor. A las 21.30, en la basílica vaticana, el Papa celebrará la Santa Misa del Gallo.

-Jueves, 25: Solemnidad de la Natividad del Señor. A las 12.00, desde el balcón central de la basílica vaticana, el Papa impartirá la bendición "Urbi et Orbi".

-Miércoles, 31: Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios A las 17.00, en la basílica vaticana, el Santo Padre presidirá las primeras vísperas y el Te Deum en acción de gracias por el año transcurrido.

ENERO

-Jueves, 1: Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios y XLVIII Jornada Mundial de la Paz. A las 10.00, en la basílica vaticana, Santa Misa.

-Martes, 6: Solemnidad de la Epifanía del Señor. A las 10.00, en la basílica vaticana, Santa Misa.

-Domingo, 11: Festividad del Bautismo del Señor. En la Capilla Sixtina, a las 9.30, Santa Misa y bautismo de los niños.
-Lunes 12 -Lunes 19: Viaje apostólico a Sri Lanka y Filipinas.

-Domingo, 25: Solemnidad de la conversión de San Pablo Apóstol. En la basílica de San Pablo Extramuros, a las 17.30, celebración de las vísperas.

Cristianos y musulmanes condenan el extremismo y la violencia cometidos en nombre de la religión

Ciudad del Vaticano, 27 de noviembre 2014 (VIS).- El Centro para el Diálogo Interreligioso de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso celebraron su IX Coloquio del 25 al 26 de noviembre en Teherán (Irán) bajo la presidencia conjunta de Abuzar Ibrahimi Turkaman, presidente de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas y del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Al final de la reunión, los participantes estuvieron de acuerdo en lo siguientes puntos:

1. Dos décadas de diálogo entre las instituciones antes mencionadas han proporcionado la ocasión para un mejor conocimiento y comprensión mutua.

2. Los participantes hicieron hincapié en que el diálogo constructivo entre cristianos y musulmanes juega un papel crucial en la construcción de una sociedad mejor.

3. La espiritualidad es un tanto un don divino y el fruto de un viaje humano que conduce a la verdad.

4. Una espiritualidad genuina nos permite reconocer la presencia y acción de Dios en nosotros y en el mundo.

5. Los medios de comunicación están llamados a desempeñar su papel distintivo en la promoción de las relaciones positivas entre cristianos y musulmanes.

6. Los participantes condenaron todo tipo de extremismo y violencia, especialmente los cometidos en nombre de la religión.

Los participantes decidieron celebrar su próximo coloquio en Roma en 2016, que será precedida por una reunión preparatoria en 2015.

Audiencias

Ciudad del Vaticano, 27 de noviembre 2014 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en audiencias separadas:

-Arzobispo Michael A. Blume, nuncio apostólico en Uganda


-Arzobispo Ramiro Moliner Inglés, nuncio apostólico en Albania

miércoles, 26 de noviembre de 2014

El Papa habla con los periodistas en el vuelo de regreso a Roma: ''Nunca doy nada por perdido''


Ciudad del Vaticano, 26 noviembre 2014 (VIS).- En el viaje de regreso de Estrasburgo, donde pronunció sendos discursos ante el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa, el Papa Francisco respondió a las preguntas de los periodistas que lo acompañaban en el avión. Reproducimos a continuación las preguntas de los informadores y las respuestas del Santo Padre.

P. ''Su Santidad ante el Parlamento Europeo ha pronunciado un discurso con palabras pastorales, pero que pueden sonar también como palabras políticas y pueden parecerse, en mi opinión, a un sentimiento socialdemocráta. Por ejemplo, cuando dice que hay que evitar que la fuerza real expresiva de los pueblos sea removida por el poder de las multinacionales. ¿Podríamos decir que Su Santidad es un Papa socialdemócrata?''.

Francisco .-''Sería reductivo. Me siento como en una colección de insectos: "Este es un insecto socialdemócrata ...". No, yo diría que no. No se si soy un Papa socialdemócrata o no ... No oso calificarme de uno u otro partido. Me atrevo a decir que lo que afirmo procede del Evangelio: Es el mensaje del Evangelio, asumido por la Doctrina Social de la Iglesia. Concretamente en esa frase y en otras coas - sociales o políticas - que he dicho, no me he separado de la Doctrina social de la Iglesia. La Doctrina social de la Iglesia viene del Evangelio y de la tradición cristiana. Lo que dije acerca de la identidad de los pueblos es un valor evangélico, ¿verdad? Y yo lo digo en este sentido. Pero la pregunta me hizo reír, gracias!''

P. No había casi nadie esta mañana en las calles de Estrasburgo. La gente se sentía decepcionada. ¿Se arrepiente de no haber ido a la catedral de Estrasburgo, que este año celebra el milenio? ¿Y cuando efectuará su primer viaje a Francia, y dónde? ¿Tal vez a Lisieux?

Francisco.- ''Todavía no hay nada previsto, pero habrá, ciertamente que ir a París, ¿no? Hay una propuesta para ir a Lourdes ... Yo he pedido visitar una ciudad a la que no haya ido nunca ningún Papa para saludar a sus ciudadanos. Pero todavía no se ha establecido ningún plan. Y por cuanto respecta a Estrasburgo, se había pensado, pero ir a la catedral habría significado ya una visita a Francia. Ese ha sido el problema''.

P. Me llamó la atención en el discurso ante el Consejo de Europa, el concepto de transversal, sobre todo referido a sus encuentros con jóvenes políticos de diferentes países. De hecho, también mencionó la necesidad de algún tipo de pacto entre generaciones, un acuerdo intergeneracional al margen de esta ''transversalidad''. Y si me permite, una curiosidad personal: ¿Es verdad que es un devoto de San José y que tiene una imagen suya en la habitación?''.


Francisco.- ''Sí, es verdad. Y siempre que he pedido algo a San José me lo ha concedido. El concepto de "transversal" es importante. Me he dado cuenta en los diálogos con los jóvenes políticos, en el Vaticano, sobre todo de diferentes partidos y naciones, de que hablan con una música diversa que tiende a lo transversal y es un valor. No tienen miedo de salir de su pertenencia, sin negarla, de salir para hablar. ¡Y son valientes! Creo que es lo que hay que imitar; y también el diálogo intergeneracional. Este ir a buscar a las personas de otras pertenencias para dialogar: Esto es lo que necesita hoy Europa.

P. ''En su segundo discurso, ante el Consejo de Europa, habló de los pecados de los hijos de la Iglesia. Me gustaría saber cómo recibió la noticia de lo ocurrido en Granada (supuestos abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes de esa archidiócesis española n.d.r) que Su Santidad, de alguna manera ha sacado a la luz''.

Francisco.- ''Recibí una carta que me habían enviado; llamé al remitente y le dije: ''Mañana, tu vas a ver al obispo"; y escribí al obispo para que pusiera en marcha la encuesta, para que siguiera adelante. ¿Como recibí esta noticia? Con tanto dolor, con un dolor grandísimo. Pero la verdad es la verdad, y no hay que ocultarla''.

P.-En sus discursos y ahora en Estrasburgo, ha hablado a menudo tanto de la amenaza del terrorismo como de la amenaza de la esclavitud, actitudes que también son típicas del estado islámico, que amenaza gran parte del Mediterráneo, también a Roma y a su persona. ¿Cree que también se puede dialogar con estos extremistas o es tiempo perdido?

Francisco.- ''Yo nunca doy nada por perdido, nunca. Tal vez no se pueda dialogar, pero nunca hay que cerrar la puerta. Es difícil, se puede decir "casi imposible", pero la puerta está siempre abierta. Usted ha utilizado dos veces la palabra "amenaza". Es cierto, el terrorismo es una realidad amenazadora ... Pero la esclavitud es una realidad insertada en el tejido social de hoy en día, ¡pero desde hace tiempo! El trabajo esclavo, la trata de personas, el comercio de los niños ... ¡son dramas! No hay que cerrar los ojos ante todo esto. Hoy, la esclavitud es una realidad, la explotación de la gente ... Y luego está la amenaza de estos terroristas. Pero también hay otra amenaza y es el terrorismo de Estado. Cuando la situación se vuelve crítica, cada Estado, por su cuenta, siente que tiene el derecho de masacrar a los terroristas, y con los terroristas caen muchos que son inocentes. Esta anarquía de alto nivel es muy peligrosa. Hay que combatir el terrorismo pero repito lo que dije en el viaje anterior: Cuando hay que detener al agresor injusto, hay que hacerlo con el consenso internacional''.

P.-Con el corazón ¿ha viajado a Estrasburgo, como Sucesor de Pedro, como obispo de Roma, o como arzobispo de Buenos Aires ?


Francisco.- ''Creo que como los tres. La memoria es la del arzobispo de Buenos Aires, pero ya no es así. Ahora soy Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, y creo que viajo con ese recuerdo, pero con esta realidad: viajo con estas cosas. Europa, en este momento, me preocupa y está bien que sea así para ayudarme a seguir adelante y esto como Obispo de Roma y como Sucesor de Pedro, allí soy romano''.

Audiencia General: La Iglesia en camino hacia el Reino de los cielos


Ciudad del Vaticano, 26 noviembre 2014 (VIS).- El Santo Padre ha dedicado la catequesis de la Audiencia General de esta mañana a una ''verdad fundamental que el Concilio Vaticano II tenía muy presente y que no hay que olvidar nunca: la Iglesia no es una realidad estática, quieta, un fin en sí misma, sino que está continuamente en camino en la historia, hacia la meta última y maravillosa que es el Reino de los Cielos, del que la Iglesia en la tierra es la semilla y el inicio''. ''Cuando nos dirigimos hacia este horizonte -ha dicho el Papa- nos damos cuenta que nuestra imaginación se para, descubriéndose capaz de intuir el esplendor del misterio que sobrepasa nuestros sentidos. Y surgen en nosotros algunas preguntas espontáneas: ¿cuándo sucederá este paso final? ¿Cómo será la nueva dimensión en la que entrará la Iglesia? ¿Qué será entonces de la humanidad? ¿Y de la creación que la rodea?''. Preguntas que no son nuevas ya que los discípulos de Jesús se las planteaban en su momento.

Francisco ha explicado que ante estos interrogantes, la Constitución conciliar Gaudium et spes afirma que ''ignoramos el momento en el que la tierra y la humanidad llegará a su fin y no sabemos de qué manera se transformará el universo. Claramente, el aspecto de este mundo, deformado por el pecado, pasa. En cambio, sabemos por la Revelación, que Dios prepara una nueva morada y una nueva tierra donde habita la justicia, y cuya felicidad saciará abundantemente todos los anhelos de paz que surgen en el corazón de los hombres... Estaremos -ha añadido Francisco- completamente llenos de la alegría, la paz y el amor de Dios, sin ningún límite, cara a cara con Él''.

De esta manera, el Pontífice ha destacado que es bello percibir la continuidad y la comunión que hay entre la Iglesia que está en el cielo y la que aún está en camino sobre la tierra sin olvidar que estamos siempre invitados a ofrecer buenas obras, oraciones y la misma Eucaristía para aliviar el sufrimiento de las almas que todavía están esperando la felicidad sin fin, ya que en la perspectiva cristiana, la distinción no es entre los que ya están muertos y los que aun no lo están, sino entre los que están en Cristo y los que no. Un factor que el Papa ha caracterizado de ''realmente decisivo para nuestra salvación y para nuestra felicidad''.


''Al mismo tiempo, -ha continuado- la Sagrada Escritura nos enseña que el cumplimiento de este maravilloso diseño no puede no afectar a todo lo que nos rodea, y que ha nacido del pensamiento y el corazón de Dios... Lo que se prevé, como el cumplimiento de una transformación que en realidad está ya actuando tras la muerte y resurrección de Cristo, es por lo tanto una nueva creación, no una aniquilación del universo y de todo lo que nos rodea, sino un llevar todo a su plenitud del ser, de verdad, y de belleza. Este es el plan que Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, desde siempre quiere realizar y está realizando'. Así, -ha finalizado- cuando pensamos en esta estupenda realidad que nos espera, nos damos cuenta de cuanto sea maravilloso el don de pertenecer a la Iglesia que lleva inscrita una vocación altísima''.
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